Aprendamos de nuestros errores
Podemos aprender de nuestros errores de modo que no tengamos que caer en los mismos una y otra vez. Si una actitud o situación particulares a menudo nos dificulta seguir con nuestro plan de alimentación, entonces necesitamos cambiar esa actitud o situación. Los resbalones no ocurren nada más porque sí. Indican que algo anda mal con nuestro programa y que aún no hemos aprendido lo que necesitamos saber acerca de nosotros mismos.
Estar conscientes de las circunstancias que nos hacen vulnerables a comer en exceso nos ayuda a estar preparados contra la tentación y a encontrar maneras de evitarla siempre que sea posible. Si hay ciertos alimentos que no podemos resistir, entonces no debemos tenerlos a la mano. Si el tratar de abarcar demasiado nos cansa y nos altera emocionalmente, necesitamos entonces ser menos ambiciosos y aprender a delegar responsabilidades. Comer en forma compulsiva o salirnos de quicio en el plano emocional indica que nuestra manera de vivir no satisface nuestras necesidades básicas.
Señor, que aprendamos de nuestros errores.

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