Inventario diario
Cuando no estamos funcionando con constancia, necesitamos descubrir cuál es el problema. Si el día comienza a desmoronarse y nos sentimos agobiados e incapaces de afrontarlo, puede ser una buena idea detenernos y hacer un inventario.
Un buen lugar para comenzar es examinar la calidad de nuestra abstinencia. ¿Hemos permitido pensamientos que implican hacer una pequeña excepción aquí y otra allá? ¿Estamos pensando demasiado en lo que vamos a comer en la próxima comida? ¿Sustituimos algo por una cantidad mayor de carbohidratos que la que podemos ingerir?
Si el problema no es con la abstinencia, entonces debe ser en relación con nuestra vida emocional o espiritual. ¿Hemos albergado resentimientos que nos están envenenando? ¿Hemos cometido algún error que no queremos admitir? ¿Hay algo que necesitemos hacer por algún miembro de la familia que hayamos estado postergando? ¿Estamos negándonos una necesidad legítima propia?
Señor, dame la honestidad para confrontar mis debilidades.

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