Si piensas con voracidad, comes con voracidad
El contento viene cuando estamos satisfechos con lo que tenemos. Como el “pan” es un símbolo de cosas materiales, es fácil usar la comida como sustituto del dinero y de las posesiones que deseamos con avidez. Comer en exceso puede ser una forma de compensar esa seductora riqueza mundana que nos parece tan atractiva, pero fuera de nuestro alcance.
Cuando deseamos más la abstinencia que las cosas materiales, somos capaces de conservarla. Cuando permitimos que las cuestiones y las preocupaciones materiales oscurezcan nuestras metas espirituales, ¡entonces nuestra abstinencia está en peligro! A cada uno de nosotros se nos confronta con la elección de luchar por satisfacer nuestros antojos materiales o trabajar en pos de los ideales espirituales. No podemos servir a dos amos.
Quizá pensamos que podíamos deshacernos de nuestra voracidad por la comida y seguir satisfaciendo nuestra voracidad por otras cosas materiales. Nuestro Poder Superior no funciona de esa manera. Él pide nada más y nada menos que una lealtad total.
Que pueda yo servirte sin reservas.