Sabias que…
❏ ‘Cualquiera, dondequiera…’
Un alcohólico extiende su mano pidiendo ayuda… y la mano de A.A. está allí, a menudo superando considerables barreras de idioma, cultura y geografía. Es una historia tan vieja como la Comunidad misma, que se repite diariamente de uno a otro oscuro rincón del mundo.
Como dijo nuestro cofundador Bill W.: “Desde el mismo comienzo, la comunicación en A.A. no ha sido una mera transmisión de ideas y actitudes útiles. Ha sido una comunicación extraordinaria y a veces singular.
Debido a la afinidad que tenemos por nuestro sufrimiento común, y debido a que los medios comunes de nuestra liberación solo nos dan resultados cuando los compartimos constantemente con otros, nuestras vías de comunicación siempre han estado cargadas con el lenguaje del corazón.”
Para aportar otra prueba de la Declaración de Responsabilidad de A.A. —“Cuando cualquiera, dondequiera, extienda su mano pidiendo ayuda, quiero que la mano de A.A. siempre esté allí; y por esto: Yo soy responsable”— recientemente se escribió otro capítulo de la larga historia de A.A. de comunicación entre un alcohólico y otro. El intercambio, como muchos otros, empezó con un correo electrónico dirigido al despacho Internacional de la OSG por un alcohólico de habla inglesa que buscaba ayuda en Dimitrovgrad, Bulgaria. El miembro del personal que recibió el correo contestó con prontitud, compartiendo experiencia, fortaleza y esperanza –– y con la promesa de buscar contactos de A.A. en las cercanías. Se le dieron algunos nombres, y se le envió alguna literatura para ofrecerle al alcohólico un comienzo. No obstante, dio la casualidad de que el miembro del personal también conocía a un miembro de A.A. con experiencia que compartir y puso en contacto a los dos alcohólicos en línea.
Por medio del correo electrónico, el segundo alcohólico se puso en contacto con el primero. “Me llamo Mike, y soy alcohólico. Llevo sobrio dos años y medio. Mi esposa y yo llegamos a A.A. en abril de 2009 después de muchos años de alcoholismo funcional y progresivamente más disfuncional.
“Vivo y trabajo en Tajikistan. Mi esposa y yo somos voluntarios del Cuerpo de Paz. Nos conocimos en un bar en Casablanca. Durante muchos años nuestras vidas estaban centradas en torno al ambiente de fiestas y bares de los expatriados. Ahora podemos ser parte de ese ambiente y beber café, te, jugos o sodas. Una de las cosas que hemos descubierto es que siempre había gente que no bebía. Simplemente no nos dábamos cuenta de que estaban allí. En el pasado bebía hasta que me metía en la cama, y ahora leo, converso o veo películas. Hay vida y diversión después de la botella.
“También hay muchas menos situaciones embarazosas y mañanas duras. Un beneficio adicional: tengo mucho más dinero al final del mes. Pero trato de no sentirme confiado en mi sobriedad porque la botella me puede sorprender y golpearme en el cuello como un bate de béisbol. Cuando pienso lo agradable que sería tomarme un trago, me pregunto a mí mismo, ¿quiero un trago o toda la botella?
“Como dicen por aquí, un trago es demasiado y 100 no son suficientes. Así que vivo un día a la vez. No vamos a reuniones porque aquí no hay reuniones, pero podemos ser nuestra propia reunión y los libros y otros materiales son reuniones en sí mismos. Hay muchos como nosotros en la comunidad internacional. He descubierto que es más fácil decir ‘solía beber y ahora no bebo’. A la mayoría de la gente no le importa o ni siquiera se dan cuenta.
“Vas a estar bien. Solo ten paciencia y recuerda lo horrible que te sentías cuando decidiste que ya estabas harto. Tenlo siempre presente. La vida sigue, y es cada vez mejor.
Tranquilízate y tómatelo con calma. Lee el Libro Grande o cualquier material de A.A. que puedas encontrar en línea.
Pon tu problema en las manos de tu poder superior y ten fe en que las cosas mejorarán, porque así será.
“No creo tener inclinación a ser padrino, pero tal vez mi esposa o yo te podemos echar una cuerda de salvamento”.
Y seguimos adelante.
Box 4-5-9, Otoño 2012