La empatía es una de las habilidades interpersonales más importantes. Empatía significa “sentir dentro”. Es la identificación mental y afectiva de una persona con el estado de ánimo de otra. Tener empatía implica saber ponerse en el lugar del otro, entenderlo por más que pueda ser una persona muy diferente a nosotros.
Según Daniel Goleman, la empatía es un componente fundamental de la inteligencia emocional, y esta habilidad es más importante a la hora de trabajar con personas que las habilidades técnicas. La capacidad de entender y ponerse en el lugar del otro nos permite anticipar y solucionar conflictos interpersonales, tener una mayor influencia en los demás, lograr una mayor conexión emocional con las otras personas, ser más persuasivos, aumentar la probabilidad de que los demás confíen en nosotros, etc.
Queda claro que la empatía es una habilidad que vale la pena adquirir. Sin embargo, a veces no resulta tan fácil ponerse en el lugar del otro. Hoy quiero presentarte un ejercicio que te va a ayudar a desarrollar la empatía. El ejercicio consiste en tres pasos y te lo presento a continuación:
Paso 1: Escribir el nombre de 3 personas que no te agraden, detallando qué es lo que no te agrada de ellos. Puede tratarse de una persona conocida o un grupo de personas. Cuanto más conozcamos de esta persona más adecuada va a ser para el ejercicio.
Ejemplo: los políticos, mi cuñado, mi vecino de enfrente. No me gustan los políticos porque son falsos. No se puede confiar en ellos. Dicen mucho pero no hacen nada.
Paso 2: Tomar una por una a estas personas que no te agradan. Ponerse en su lugar y describir su propósito más elevado buscando una intención positiva. Para realizar esta parte es fundamental que puedas salir de tu lugar de crítica y ponerte de lleno en el lugar del otro sin juzgarlo.
Ejemplo: Los políticos son personas que tienen un ideal, que al principio creen poder alcanzar. Son perseverantes. Corren el riesgo de ser demolidos por la crítica de todos. Se adaptan a condiciones cambiantes y a opiniones diversas.
Paso 3: Describir un comportamiento propio similar al comportamiento negativo de estas personas que no te gustan. Para esto te recomiendo dejar tu orgullo de lado y observarte con capacidad de auto crítica. Alcanza con encontrar una situación o un contexto en el cual tengas este comportamiento negativo.
Ejemplo: A veces siento que soy falso. Trato de caer bien a las personas aunque no me caigan bien. A veces no me gusta algo pero no lo digo. Oculto la verdad por miedo a confrontar o miento para no quedar mal.
Practicar este ejercicio te va a ayudar a desarrollar la empatía. Una vez que lo hayas hecho te recomiendo tenerlo presente y aplicarlo cada vez que encuentres algo que no te agrada de alguien. Esto te va a ayudar a ponerte en su lugar y a partir de ahí tener más información para realizar una acción determinada. Esto no quiere decir que siempre vamos a ponernos de acuerdo con lo que dice el otro. Sin embargo, cuanto más podamos ponernos en su lugar más fácil va a ser entender cómo se siente la otra persona y a partir de ahí encontrar una solución ganar ganar.
Al ponernos en el lugar del otro dejamos de juzgarlo ya que lo vemos de manera más objetiva. En general aquellas actitudes y comportamientos que no nos gustan de los demás suelen ser en el fondo actitudes y comportamientos que no nos gustan de nosotros mismos, pero que nos cuesta admitir, y por eso optamos por proyectarlos en los demás.
Tomar conciencia y aceptar esto requiere mucho coraje y auto observación, pero nos da la posibilidad de superarnos y de entender más a los demás, y ecaminarnos a crear relaciones interpersonales más efectivas.
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Sinopsis:Las tres actitudes básicas o vitales que una persona puede desarrollar con el fin de salud mental y auto realización son la congruencia, la aceptación incondicional y la empatía, estos tres puntos vitales son el eje que podrían promover un desarrollo psicosocial en el mundo, si tan solo las personas lograran asumir la responsabilidad de estos tres constructos desarrollados por Carl Rogers.
Desarrollo:
Carl Rogers, uno de los psicólogos más destacados de los tiempos, descubrió que toda persona posee capacidades para encontrar su camino y mejorarlo, es decir, tener un estilo de vida ideal y adecuada.
Carl Rogers:
“El individuo posee en si mismo potenciales, recursos para su propia comprensión, para cambiar su auto concepto, sus actitudes y para dirigir su conducta, estos recursos pueden ser liberados a condición de que un determinado clima de actitudes psicológicas facilitadoras pueda ser logrado.” Según Carl Rogers, las tres actitudes básicas pueden crear un marco propicio para que la persona pueda comprenderse así misma de una mejor manera, recobra confianza en sí mismo y obtiene una autoestima indispensable para su bienestar.
Las Tres Actitudes Básicas:
1. Autenticidad:
Carl Rogers también la llama congruencia, esta consiste en que cada persona debe de “ser, lo que es”, es decir, no usar mascaras. (el concepto de mascara en psicología, hace alusión de que una persona no muestra quien es, sino que se oculta detrás de otra personalidad.)
En el ámbito clínico la actitud de la Congruencia se refiere a la autenticidad, sinceridad y transparencia del terapeuta en su contacto con el cliente. Se trata de un encuentro existencial, no intelectual, teórico o técnico, el terapeuta se muestra tal cual es, no como una máscara, sino vivo, con sentimientos.
La autenticidad es una condición difícil de cumplir que implica dos elementos: que el terapeuta esté abierto a sus sentimientos y experiencias pudiendo simbolizarlos, y que esté dispuesto a comunicar esos sentimientos cuando sea necesario, con vistas a que la relación terapéutica sea auténtica y real.
La autenticidad en nuestros tiempos:
La mayoría de las personas utilizan mascaras, se ocultan detrás de personalidades que idealizan o pretenden ser, sin embargo no son ni la mitad de lo dicen. Esta actitud de aparentar algo que en realidad no son puede convertirse en algo patológico.
Por ello mismo, Carl Rogers hace énfasis en que una persona con una actitud congruente, suele ser una persona sana. Ya que se muestra como es, independientemente del lugar.
2. Aceptación Incondicional:
Esta actitud, implica aceptar a la persona como es, con sus sentimientos y experiencias. En el ámbito clínico la aceptación Incondicional es entendida por Rogers como ausencia de evolución o deseo de interferir o modelar, además de respeto e interés positivo hacia el cliente. Es una aceptación total de la persona y sus conductas, que genera un clima de seguridad, que permite al cliente explorar en su interior sin miedos.
La Aceptación incondicional en nuestros tiempos:
Este constructo desarrollado por Carl Rogers, considero uno de los más importantes y difíciles de desarrollar. Digo que es difícil porque aceptar a una persona, es algo difícil, conociendo toda la inmensa gama de personalidades que existen en el mundo, supongo que para mi seria muy difícil aceptar a algunas personas, compartir sus sentimientos y experiencias, esto se puede explicar simple pero no lo es.
Por ejemplo, a mi me gusta ser muy sincero en lo que digo, pienso y escribo, y sinceramente en algunas ocasiones no he podido compartir los sentimientos y/o experiencias de otras personas, lo cierto es que no soy una moneda de oro para caerle bien a todo mundo, pero trato de ser alguien diferente a los demás y ser yo mismo.
Esto lo comprendí en el ámbito clínico, que cuando tu eres tú mismo, empiezas a comprender a los demás, empiezas a compartir sus experiencias y aceptarlo tal como es él o ella. Por lo tanto, para poder aceptar a los demás, primero debemos de aceptarnos nosotros mismos, si no aceptamos quienes somos no podremos aceptar a los demás como son.
En la medida que aceptemos quienes somos, nuestra salud mental estará mas sana y por lo tanto nuestras actitudes siempre serán únicas, sin querer ser alguien a quien idealizamos.
3. Empatía:
Carl Rogers, mencionaba que la empatía es la capacidad que se tiene para comprender la experiencia única de la otra persona, por decirlo así de simple, es “estar dentro de los zapatos de alguien” y comunicar algo de esta compresión. Desde el punto de vista clínico es la capacidad de captar el marco de referencia del cliente, percibir sus significados personales como si fueran propios y acompañarlo en sus sentimientos, de modo que éste pueda explorar con mayor precisión sus experiencias y clarificar sus sentimientos más profundos.
La empatía en nuestros tiempos:
Estar dentro de los zapatos de alguien no tan fácil como parece, en ocasiones se suele criticar a otros y por lo general solamente se critican los errores que el otro pueda cometer, sin saber cuál ha sido la razón o el proceso que lo llevo a cometer tal conducta, actitud o equivocación.
Por ejemplo, muchas veces solamente criticamos la conducta de los indocumentados que viajan hacia los Estados Unidos, tampoco digo que sea lo correcto viajar sin papeles o de una manera legal, sin embargo muchos de ellos viajan de manera ilegal tratando de escapar de problemas sociales, familiares, económicos, entre otros. Y en vez, de apoyarlos primero les cerramos las puertas. Claro, en esto también estoy consciente de que muchos de los indocumentados también en su camino van robando, asaltado, quitándoles dinero a los demás y cometiendo actos ilícitos.
Pero regresando al punto de la empatía, este ejemplo de los indocumentados solamente es uno de miles de ejemplos que se podrían dar, pero pensé en este porque para mí es un fenómeno social que afecta de manera determinante a la sociedad y que se ve cotidianamente.
Cuando escribo esto, trato de comprender del porque Carl Rogers decía que estos tres constructos son de vital importancia para la salud mental del individuo y para su auto realización como persona. Y llegue al punto en el que si todas las personas desarrollaran estos tres puntos vitales, seguramente la humanidad cambiaria, seguramente las personas tendrían otro punto de vista, sin embargo esto es algo muy difícil, pero no imposible.
Bibliografia:
Rogers, Carl (1980) Persona a persona. Editorial Amorrortu, Buenos Aires.
Rogers, Carl (1989) El proceso de convertirse en persona. Editorial Paidós, Barcelona.