Sabias que…
❏ La Conferencia une las muchas voces, opiniones y esperanzas de A.A.
Sin andarse con rodeos respecto al futuro de A.A., el cofundador Bill W. dijo que «unidos vivimos; desunidos pereceremos» (Como lo ve Bill, pag. 229). Ahora, al final del siglo que vio el nacimiento y el fenomenal desarrollo de la Comunidad por todo el mundo, puede parecer que el lema de la Conferencia de Servicios Generales de 1999 -«Hacia adelante: Unidad por medio de la humildad»- es una elección obvia. Pero párense a pensarlo: Seleccionar el lema y el contenido de la Conferencia, que tendrá lugar en el Crowne Plaza Manhattan la semana del 18 al 24 de abril, no es asunto sencillo para el Comité de Agenda de la Conferencia. Y como ocurre con casi todas las cosas que pueden afectar a A.A. en su totalidad, el proceso de decisión es largo, meticuloso y democrático.
Dave M., delegado de Delaware, que coordina el comité que considerará el lema de la Conferencia del 2000, dice: «Somos muy conscientes de que los 130 y tantos participantes en la Conferencia, aunque están unidos por su afinidad como miembros de A.A., son de diferentes procedencias, y tienen diferentes puntos de vista. La diversidad es enorme, y nuestra tarea es escoger un lema que refleje el espíritu de toda la Conferencia -una cubierta, por decirlo así, bajo la cual todo el mundo se siente cómodo.»
El antiguo delegado del Sur de California, Joe V., es el anterior coordinador del comité, que está compuesto de ocho delegados que sirven dos años. «La mayor parte del trabajo para la Conferencia de 1999 se llevó a cabo hace un año,» informa Joe. «Durante las reuniones de nuestro comité en la Conferencia de 1998, consideramos todos los lemas sugeridos por las áreas de los EE.UU. y Canadá, y eliminarnos los que se habían utilizado en la pasada década. Además, consideramos la información, tanto positiva como negativa, de los asistentes a anteriores Conferencias. Luego participarnos en una especie de gabinete estratégico espiritual con miras a elegir un lema -oportuno y de actualidad, si es posible. Por ejemplo, la elección del lema del año pasado, ’Nuestro Trabajo de Paso Doce,’ estuvo influenciada por el hecho de que muchas instituciones de tratamiento habían cerrado, con lo cual, el trabajo de Paso Doce de A.A. es más urgente que nunca.»
Además, sigue diciendo Joe, «buscarnos temas de presentación/discusión que se derivaran del lema principal, asegurándonos de que fueran atractivos para la mayoría e inclusivos. Tratamos de aprender de la experiencia de Conferencias anteriores, y nos preguntamos a nosotros mismos “¿hubo demasiadas presentaciones?” “¿se mantuvo la calidad?” “¿eran temas oportunos?” y otras consideraciones.
Nuestra tarea se hizo más fácil porque en el mes de septiembre anterior enviamos una carta a los delegados de Área, custodios, directores y miembros del personal de la Oficina de Servicios Generales. En ella se decía, entre otras cosas, que ’esperamos que nos ayuden pidiendo a los miembros de sus áreas que ofrezcan sugerencias para el lema y temas de las presentaciones y mesa de trabajo de la próxima Conferencia. Durante nuestras sesiones consideramos numerosas sugerencias. Cuando acordamos estar en desacuerdo, o llegamos a un punto muerto, Dios se presentó y realizamos nuestro trabajo.» Entre los temas de presentación/discusión previstos para la Conferencia de este año se incluyen: «Nuestra responsabilidad con la unidad de A.A.,» «Muchas caras – una Comunidad» y «Nuestro futuro juntos.»
Los temas de la mesa de trabajo incluirán: «Armonía en la Comunidad de A.A .,»»El principio de rotación» y «La importancia espiritual del anonimato.» Joe dice: «El proceso de selección fue una magnífica experiencia espiritual de la que yo saqué más de lo que puse. Al final de la semana se presentaron nuestras recomendaciones ante el pleno de la Conferencia para discusión. Lo último que hicimos fue elegir a un nuevo coordinador -Dave M.- para el Comité de Agenda de la Conferencia de 1999.»
Al reflexionar sobre el lema de este año, a Linda H., delegada del Noroeste de Texas, que sirve como coordinadora suplente del comité, le parece que destaca la importancia de la armonía en la Comunidad de A.A. «Lo que me sugiere a mí,» explica ella, «es que la unidad llega por medio de la humildad – poner a un lado nuestros intereses personales, de grupo y de área para hacer lo que es mejor para A.A. en todas partes. Por ejemplo, después de llevar un tiempo en recuperación, pude devolver algo de la fortaleza que se me había dado para ayudar a otro borracho.
Luego, después de un tiempo en el servicio, me di cuenta de que este mismo concepto se puede aplicar a los grupos que se unen para compartir lo que tienen con la Comunidad de todo el mundo. Bill W. lo dijo muy bien: ’Todo progreso de A.A. se puede calcular en término de solo dos palabras: humildad y responsabilidad.» (ibid., pag. 271) Con el futuro de A.A. bien presente en sus mentes durante la última Conferencia de este siglo, los 133 miembros votantes – delegados, custodios, directores, y miembros del personal de la G.S.O. y del Grapevine – se dedicaron a lograr un consenso en asuntos de vital importancia para A.A. «Cada persona, cada comité y elemento de la estructura de la Conferencia,» dice Dave, «está vinculado estrechamente por nuestro Propósito Primordial somos realmente un microcosmos de A.A. Cuando todos se ponen juntos, como la maquinaria sincronizada de un reloj gigante, los compartimientos formarán una gran conciencia de grupo–asegurando de nuevo a A.A. el baluarte de unidad esencial para nuestra supervivencia y desarrollo en los años venideros.»
Box 459 abril-mayo 1999