Transformación a través de la pena
Estamos luchando por la aceptación en la recuperación, la aceptación de nosotros mismos, de nuestro pasado, de otras personas y de
nuestras circunstancias actuales. La aceptación trae paz, curación y libertad, la libertad para cuidar de nosotros mismos.
La aceptación no es un proceso de un solo paso. Antes de lograr la aceptación, vamos hacia ella atravesando etapas de negación, de ira,
de negación y de tristeza. A estas etapas les llamamos el proceso de pena. La pena puede ser frustrante. Puede confundirnos. Podemos
vacilar entre la tristeza y la negación. Nuestras conductas pueden ser vacilantes. Puede ser que los demás no nos entiendan. Puede ser
que tampoco nosotros nos entendamos a nosotros mismos ni a nuestra conducta mientras estamos penando por nuestras pérdidas. Luego, un día, las cosas comienzan a aclararse. Se levanta la neblina y vemos que hemos estado batallando para afrontar y aceptar una realidad en
particular.
No te preocupes. Si hemos estado dando pasos para cuidar de nosotros mismos, atravesaremos este proceso exactamente al ritmo correcto. Sé comprensivo contigo mismo y con los demás por la manera tan humana como atravesamos la transición.
Hoy aceptaré la manera en que atravieso el cambio. Aceptaré el proceso de pena y sus etapas como la forma en que la gente llega a aceptar la perdida y el cambio.