Cuidemos de nosotros mismos
No tenemos que esperar a que los demás vengan en nuestra ayuda. No somos víctimas. No estamos desamparados.
Dejar ir los pensamientos equivocados significa que debemos darnos cuenta de que no hay caballeros de caballo blanco, ni abuelas mágicas mirándonos desde el cielo, esperando a rescatarnos.
Nos podrán llegar maestros, pero no nos rescatarán. Nos enseñaran.
Vendrá gente que se interese por nosotros, pero no nos rescatará. Se preocupará por nosotros.
Vendrá la ayuda, pero la ayuda no rescata. Nosotros somos nuestros propios rescatadores.
Nuestras relaciones mejorarán dramáticamente cuando dejemos de rescatar a los demás y dejemos de esperar que nos rescaten.
“Hoy dejaré ir los miedos y las dudas acerca de mí mismo que me impiden tomar una acción asertiva de acuerdo con lo que mejor me conviene. Yo puedo cuidar de mí mismo y dejar que los otros hagan lo mismo por ellos mismos”.

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