Echa los cimientos
Se han echado los cimientos.
¿No lo ves?
¿No entiendes que todo lo que has pasado ha tenido un propósito?
Había una razón, una buena razón, para la espera, la lucha, el dolor y finalmente la liberación.
Se te ha preparado. De la misma manera como el constructor debe derribar y escarbar lo viejo para construir lo nuevo, tu Poder Superior ha estado limpiando los cimientos de tu vida.
¿Alguna vez has observado a un constructor en una construcción? Cuando comienza su trabajo, se ve peor que antes de que empezara. Lo que está viejo y deteriorado se debe retirar. Lo que es insuficiente o demasiado débil para soportar la nueva estructura se debe retirar, remplazar o reforzar. Ningún constructor a quien le importe su trabajo pondría una nueva superficie sobre un sistema de apoyo insuficiente. Los cimientos se desplomarían. La construcción no duraría.
Si el producto terminado va a ser como se desea, se tiene que llevar a cabo un exhaustivo trabajo de los cimientos hacia arriba. A medida que progresa la obra, a menudo parece un cataclismo. Con frecuencia no parece tener sentido. Podría parecer una pérdida de tiempo y de esfuerzo, porque aún no podemos ver el producto terminado. Pero es muy importante que los cimientos se echen como debe ser si es que el trabajo divertido, los toques finales, van a ser como queremos que sean.
Esta época larga, difícil de tu vida ha sido para echar los cimientos. No carecía de propósito, aunque a veces el propósito no haya sido evidente o aparente.
Ahora se han echado ya los cimientos. La estructura es solida.
Ahora es tiempo ya de los toques finales, de la terminación.
Es tiempo de poner los muebles dentro y de disfrutar los frutos de la labor.
Felicidades. Has tenido la paciencia para soportar las partes duras. Has confiado, te has sometido y le has permitido a tu Poder Superior y al Universo que te curen y te preparen.
Ahora disfrutaras de lo bueno que ha sido planeado.
Ahora veras el propósito.
Ahora todo se conjuntara y tendrá sentido.
¡Disfrútalo!
“Hoy me someteré al echar los cimientos –las bases- de mi vida. Si es tiempo de disfrutar la colocación de los toques finales, me someteré a ello y disfrutaré eso también. Me acordaré de estarle agradecido a un Poder Superior que es un Maestro Constructor y únicamente tiene en mente mis mejores intereses, creando y construyendo mi vida. Estaré agradecido por el cuidado y la atención a los detalles de mi Poder Superior al echar los cimientos, aunque me ponga impaciente a veces. Miraré con reverencia la belleza del producto terminado de Dios”.