Responsabilidad económica
Somos económicamente responsables de nosotros mismos.
Qué sentimiento tan atemorizante, tan de adulto, es ése para muchos de nosotros, asumir la responsabilidad del dinero y de nuestros asuntos económicos. Para muchos de nosotros, ceder a otros la responsabilidad de nuestros asuntos de dinero ha sido parte de nuestro toma y daca codependiente de nuestras relaciones.
Algo de nuestra dependencia emocional hacia los demás, de esa estrecha liga que nos ata a los otros, no por amor, sino por necesidad y desesperación, se relaciona directamente con la dependencia económica. Nuestros miedos y nuestra renuencia a asumir la responsabilidad por nuestros asuntos económicos puede ser una barrera para la libertad buscada en la recuperación.
La responsabilidad económica es una actitud. El dinero sale para pagar necesidades y lujos. El dinero debe entrar para poder salir. ¿Cuánto necesita entrar para igualar la cantidad que sale?
Impuestos… planes de ahorro…. hábitos de gastar adecuados que demuestren una actitud de responsabilidad económica… Parte de estar vivos significa aprender a manejar el dinero. Incluso aunque tengamos un sano contrato con alguien que nos permita depender de su dinero, seguimos teniendo la necesidad de entender cómo funciona el
dinero. Seguimos teniendo la necesidad de adoptar una actitud de responsabilidad económica. Incluso aunque en el contrato esa persona cubra nuestras necesidades económicas, necesitamos entender cómo funciona el dinero que ganamos y que gastamos en nuestra vida.
La autoestima se incrementará cuando incrementamos nuestro sentido de que somos económicamente responsables de nosotros mismos. Podemos empezar en donde estamos, y con lo que tenemos hoy.
“Dios mío, ayúdame a estar dispuesto a dejar mis miedos y mi renuencia a enfrentar la parte necesaria del manejo responsable del dinero en mi vida. Enséñame las lecciones que debo aprender acerca del dinero”.

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