Sometimiento
Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos. (Paso Tres de Al-Anón).
La manera como adquirimos fuerza es sometiéndonos a un Poder Superior a nosotros mismos. Adquirimos fuerza de una manera nueva, mejor, más efectiva de lo que creíamos posible.
Las puertas se abren. Se abren las ventanas. Ocurren posibilidades. Nuestra energía se canaliza, por fin, a áreas y aspectos que nos funcionan. Nos ponemos en sintonía con el Plan para nuestra vida y con el lugar que ocupamos en el universo.Y hay un Plan y un Lugar para nosotros. Lo veremos. Lo sabremos. El universo se abrirá y nos hará un sitio especial para nosotros, proveyéndonos todas nuestras necesidades. Será algo bueno. Entiende que es bueno ya, ahora.
Aprenderemos a adueñarnos de nuestra fuerza si estamos abiertos a ello. No tenemos que detenernos ante la impotencia y el desamparo. Esos son lugares temporales en los que reevaluamos dónde hemos estado tratando de tener fuerza cuando no teníamos ninguna.
Una vez que nos sometemos, ha llegado el momento de fortalecernos. Deja que la fuerza venga de manera natural. Ahí está. Es nuestra.
“Hoy estaré abierto a la comprensión de lo que significa adueñarme de mi fuerza. Aceptaré mi impotencia cuando no tenga fuerzas; y también aceptaré la fuerza que puedo recibir”.