DIOS NO LLLAMA A LOS CALIFICADOS. DIOS CALIFICA A LOS LLAMADOS ¿ ESTOY ESCUCHANDO?

Al escuchar compañeros que rehuyen del servicio por considerarse inútiles, considero que su concepción de un Poder Superior no es la de alguien o algo tan superior, porque de otra manera sabrían que con su ayuda pueden lograr grandes cosas.  Está bien reconocer nuestras limitaciones pero no hay que olvidar que como parte de nuestro proceso de recuperación le pedimos cumplir su voluntad o sea, le pedimos ser sus instrumentos y eso posiblemente supondrá hacer cosas para las que nos creemos incapaces.

Dios no busca seres especiales para cumplir sus propósitos. Solo espera que mostremos disposición  para ser capacitados por él. Pero si empiezo con excusas, nunca podre ser su instrumento. Eso equivale a nunca crecer.

Muchos de los grandes servidores con que contamos en la hermandad no siempre fueron así. Seguramente han escuchado sus historias de superación personal. Yo mismo me sorprendo al considerar las cosas que he hecho con la ayuda  y la gracia de Dios. No se esperaba mucho de mí y yo tampoco creía que fuera a lograr mucho en la vida.

Mi tímidez era un obstáculo que parecía insalvable y que a todas luces me impediría hacer mucho por mí  y mucho menos por los demás. Con lo que no contaba es que cuándo uno quiere ser parte del equipo de Dios, él nos ayuda para que logremos cosas maravillosas con el fin de que cumplamos sus designios.

Dios nos ha elegido a todos para un propósito especial. Nada más está esperando que para variar dejemos de dirigirnos a él para decirle «dame» o «ayúdame» y nos atrevamos a vencer nuestra falta de confianza en nosotros mismos o nuestra enfermiza comodidad, para decirle «úsame».

Él  te necesita y te está llamando. Solo espera que le prestes atención y le respondas.

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