Desde el desarrollo por parte de nuestra especie del Neocórtex (o capa cerebral más “moderna”) los humanos fuimos conscientes de que podíamos pensar, y comenzamos a hacernos preguntas para tratar de darle respuesta y comprender todo aquello que no solamente ocurría fuera de nosotros, sino también en nuestro interior y de como se relacionaban entre sí ambos “mundos”.

Tratar de comprendernos a nosotros mismos es, por lo tanto, una tarea inherente al ser humano; algo que constantemente estamos haciendo para mejorar y para sentirnos más en equilibrio y seguros con nosotros mismos y con nuestro entorno (supongo que éste es, en gran parte, uno de los aspectos de nuestro éxito evolutivo como especie).

Pero curiosamente, la misma lógica que hemos aprendido y desarrollado durante nuestra evolución para tratar de comprender las situaciones exteriores, es la que queremos utilizar para entender lo que nos pasa por la mente, nuestros procesos internos de pensamiento.

El tema que últimamente ha estado rondando mi neocórtex es el de las paradojas que aparentemente se dan al emplear en nuestro mundo psicológico (mundo interno) herramientas de actuación que nos sirven en el día a día para afrontar las situaciones en nuestro entorno (mundo exterior)

Es bueno tener este tema presente al disponernos a recorrer nuestro camino de crecimiento personal, para que cuando detectemos alguna de estas paradojas o contradicciones sepamos que no es que hayamos caído en un error, sino que realmente es así como funciona nuestro cuerpo a nivel interno, a nivel cerebral, que es de esta manera como nuestra mente se regula.

Es este mundo interior (el del pensamiento y del análisis mental) un cosmos con sus propias leyes y reglas, que en muchos casos nos pueden parecer contradictorias si las OBSERVAMOS y JUZGAMOS desde nuestra perspectiva exterior, pero es que en nuestro mundo interior, esa es la lógica que impera.

A continuación expongo algunos ejemplos de estos aparentemente “contrasentidos o paradojas” que he ido viendo en mi proceso de introspección y que resultan cuanto menos curiosos y yo diría que hasta divertidos en algunos casos.

La próxima vez que te enfades contigo por pensar que deberías ser de otra manera o que eres de una forma que no te gusta o piensas que no te hace bien, …la próxima vez que te encuentres deseando algo fervientemente y asiéndote a ello de forma adictiva y concediéndole el poder de hacerte feliz o infeliz… recuerda este artículo.

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