La ciencia revela que unas personas no tienen una capacidad normal para percibir el tiempo de manera precisa, lo que las vuelve impuntuales de manera reiterada
La impuntualidad es un rasgo personal que conlleva varios inconvenientes además de ser visto como un defecto bastante intolerable en ciertos tipos de relaciones, como por ejemplo las laborales. Lo cierto es que algunas personas llegan tarde de manera recurrente, mientras que otras son casi siempre puntuales.
Cualquiera puede llegar tarde alguna vez, pero retrasarse, como mínimo, cinco minutos todos los días es un arte. Un arte frustrante y no demasiado agradable para la persona que espera al que se retrasa. Pues bien, si sois de este tipo de personas no os preocupéis. La ciencia ha descubierto por qué hay gente con tendencia a llegar tarde.
La Universidad de San Diego llevó a cabo recientemente un estudio sobre las razones de la impuntualidad y por qué afecta más a unas personas que a otras. La investigación reveló que existen dos tipos de personas, unas que tienen una capacidad normal para percibir el tiempo de manera precisa y otras a las que les cuesta más y que perciben el tiempo de forma más lenta.
Los psicólogos también apuntan en la misma dirección, y sostienen que las personas impuntuales lo son sencillamente porque piensan que pueden hacer más cosas de las que realmente pueden hacer con el tiempo del que disponen.
En psicología, este fenómeno es conocido como ‘Falacia de la planificación’, y describe la tendencia de algunas personas a percibir el tiempo que emplean en determinadas tareas más breve de lo que en realidad es, por lo que piensan que esas tareas les llevarán mucho menos tiempo del que realmente les ocupan.
El estudio llevado a cabo en la Universidad de San Diego consistía justamente en evaluar la percepción del tiempo de los individuos. Tras separar a los sujetos en dos grupos según si eran puntuales o no, se les pidió que determinaran el tiempo trascurrido al llegar a un minuto. El resultado evidenció que aquellos que decían ser puntuales tenían una percepción casi exacta del tiempo y habían calculado un minuto entre los 58 y los 63 segundos, mientras que los que se confesaban impuntuales pensó que se había cumplido el minuto alrededor de los 77 segundos.
Sin embargo, y aunque los resultados de este estudio expliquen en parte la falta de puntualidad de determinadas personas, la mayoría de calcula el tiempo gracias al reloj, por lo que llegar tarde con frecuencia no tiene excusa.
Hay que destacar que diferentes culturas otorgan valores distintos al concepto. Mientras que en España llegar cinco minutos tarde no se considera impuntual, en países del centro de Europa como Alemania, esos mismos cinco minutos son considerados un retraso considerable y una falta grave.