Nuestro propósito es triple: “Detener nuestro endeudamiento compulsivo sin garantía, compartir nuestra experiencia con el recién llegado y llevar el mensaje a otros deudores.
Gastar compulsivamente se puede explicar cómo una acción que llevamos a cabo como respuesta al sentimiento de tener que gastar. Por lo común, es una necesidad de gastar con el fin de evitar de manera consciente o inconsciente un sentimiento incómodo. Cuando gastamos a pesar de la decisión o el deseo de no hacerlo, o cuando gastamos en nuestro propio detrimento, estamos gastando compulsivamente.
Algunos efectos de gastar compulsivamente:
Gastar compulsivamente socava nuestra autoestima. Gastar compulsivamente a largo plazo, causa que la gente confíe cada vez menos en nosotros e incluso puede poner en riesgo las relaciones con nuestra familia o amigos. Puede resultar en negligencia hacia nuestros hijos cuando llegamos tarde a recogerlos de la escuela porque hemos ido a “sólo una tienda más” o cuando no hay suficiente dinero para la excursión escolar porque se gastó en algo para complacer nuestro capricho. Debido a que a menudo utilizamos tarjetas de crédito u otras formas de débito, gastar compulsivamente con frecuencia lleva a pedirle prestado a nuestro futuro, y al final, nos encontramos con que nuestra manera de gastar nos ha dejado con poco o ningún ahorro y sí con deudas asombrosas.
Señales de gasto compulsivo:
Tu… ¿incurres en deudas para adquirir algo? ¿vas a tiendas sin una lista de lo que necesitas con costos estimados, o sin saber de dónde sacarás el dinero para pagar lo adquirido? ¿adquieres espontáneamente artículos que se muestran en el aparador de la salida / usualmente compras algo extra en la tienda de abarrotes o en la gasolinera? ¿haces adquisiciones mayores sin investigar las características comparativas y los precios o sin considerar el impacto financiero a largo plazo de las adquisiciones? ¿hojeas catálogos de venta por correo, Internet, o tiendas sin tener una adquisición particular en mente? ¿ves un canal de compras por la televisión? ¿compras como si fuera una de tus actividades recreativas? ¿inviertes mucho tiempo pensando y hablando sobre compras y las grandes ofertas que has conseguido? ¿adquieres grandes cantidades del mismo artículo? ¿tienes un clóset lleno de ropa sin estrenar, anaqueles llenos de libros sin leer, una bodega llena de herramientas, equipo de hobby u otros artículos, sin utilizar? ¿racionalizas tus adquisiciones porque lo conseguiste usado o de barata? ¿compras cosas para alguien más cuando no puedes racionalizar comprarlas para ti? ¿gastas dinero para satisfacer o impresionar a otros? ¿ocultas lo que adquieres? ¿regresas con frecuencia lo que adquieres? ¿sientes arrepentimiento, remordimiento , culpa o vergüenza después de una compra? ¿sientes depresión después de que termina un viaje de compras?
¿compras para alegrarte? ¿compras para tranquilizarte? ¿careces de dinero para el pago de básicos después de haber adquirido cosas menos esenciales? ¿tienes un esposo, padre o hijo que te critica o se preocupa por tu manera de gastar?
Has… ¿(tú o tus amigos) bromeado con respecto de tus hábitos de compra? ¿desatendido responsabilidades básicas por el tiempo que has pasado de compras? ¿robado artículos cuando no tenías dinero para comprarlos? ¿creído que una adquisición determinada arreglaría algún aspecto de tu vida? ¿perdido un trabajo o relación debido a tu forma de gastar?
Si has respondido sí a tres o más de estas señales, puedes ser un comprador compulsivo y Deudores Anónimos puede ayudarte
Recuperándose de Gastar Compulsivamente
¿Es posible recuperarse de comprar compulsivamente? ¡Seguro que sí! El primer paso en la recuperación es reconocer que tenemos un problema con las compras y que podemos ser compradores compulsivos. Si tú estas leyendo este panfleto, probablemente estás próximo a admitir que eres impotente ante tu manera de gastar y que tu vida es ingobernable debido a tu forma de gastar. Al admitir esto, has dado el primero de los Doce Pasos de Deudores Anónimos (DA) para la recuperación y has empezado a andar el camino hacia una vida más serena y feliz, llena de significado y propósito. Hay dos caminos paralelos a seguir para la recuperación de gastar compulsivamente. Uno es modificar conductas que nos ponen en riesgo de gastar inadecuadamente. La otra es eliminar o reducir las causas espirituales o emocionales fundamentales de nuestra manera compulsiva de gastar. Como un tren, no podemos avanzar a menos que nuestras “ruedas” estén en ambos rieles.
¿Cuáles son nuestras probabilidades de recuperación?
Nosotros, quienes sufrimos de gastar compulsivamente, hemos encontrado que cuando tenemos la disposición de seguir el camino de la recuperación que miles de miembros de DA han seguido, tenemos mucha más probabilidad de ser liberados del dolor y la destrucción que el gasto compulsivo y la deuda ocasionan. Encontramos que a través de la práctica del programa de Deudores Anónimos, en compañía de miembros de DA, somos capaces de llevar vidas sanas, satisfactorias y plenas.
Acción es la palabra mágica.
Pocos de nosotros pudimos llevar a cabo y sostener la recuperación solos, lo logramos sólo cuando asistimos regularmente a las reuniones de DA, haciéndonos de un Padrino y practicando los Doce Pasos de DA. Fue entonces que vimos que la recuperación está al alcance de todos nosotros. A continuación una lista de algunas sugerencias que han ayudado a muchos miembros de DA a recuperarse del dolor de comprar compulsivamente:
Detener el incurrir en deuda no asegurada un día a la vez. Cancelar y romper todas las tarjetas de crédito no asegurado y cancelar líneas de crédito. Asistir regularmente a reuniones de DA de apoyo de grupo para contrarrestar la publicidad y otras presiones de la sociedad para gastar y deber. Desarrollar un plan de gastos. Registrar y revisar todos los gastos e ingresos y mantener registros del banco en balance.(Ver el folleto de DA “Mantenimiento de Registros”). Reconocer las señales internas que nos incitan a comprar compulsivamente, tales como la sensación de urgencia o reto. Ir a tiendas sólo para hacer compras planeadas. Cancelar los catálogos de compras por correo y evitar examinar rutinariamente los anuncios del periódico. Dejar de ver los canales de compras, comerciales mudos y enfocar la atención en otra cosa mientras los comerciales están al aire Entrar al Internet sólo para un propósito determinado. Identifica tus “zonas resbalosas” tales como librerías, ventas de Garaje, tiendas para el mejoramiento de la casa, invernaderos, sitios de compras por Internet, etc. Y mantente alejado de ellas. Deja el efectivo, la chequera, y las tarjetas de débito en casa cuando estés haciendo comparaciones para realizar una adquisición planeada. Emplea la regla de las 72 horas. Espera 72 horas después de haber elegido algo antes de comprarlo. Durante el tiempo de espera, utiliza el teléfono para discutir la compra propuesta con tu padrino o con otro miembro de DA. Pregúntate y honestamente responde a “¿Está adquisición esta en mi plan de gastos?” Analiza tus razones para hacer la compra en este momento y cómo la adquisición afectará tus demás metas de compra. Mantén reuniones regularmente para liberar la presión, para ayudarte a distinguir entre necesidades y deseos y para ayudarte a identificar la diferencia entre lo que es verdadero y los deseos satisfechos y obsesiones momentáneas. Re organiza el tiempo de compras, para que te puedas dedicar a otras actividades y entretenimientos que disfrutes.
La verdad sobre comprar compulsivamente
Una verdad sobre la obsesión de comprar compulsivamente es que tienes que alimentarla para que siga viva. Tendemos a creer que seguir la obsesión de nuestra adicción nos dará alivio, sin embargo, es al contrario. Cuanto más compulsivamente actuemos en nuestra obsesión por comprar, más alimentaremos la obsesión y más fuerte se hará. Y al contrario, la obsesión con el tiempo se debilita si la dejamos de alimentar, o sea cuando no actuamos compulsivamente para ella. Iniciar una o todas las nuevas conductas sugeridas puede ayudar a romper con el poderoso hábito que nos derrota, de gastar compulsivamente. En DA, no vamos solos ni lo hacemos todo al mismo tiempo; con el apoyo y el estímulo de otros miembros de DA gradualmente vamos siendo capaces de llevar a cabo el cambio a nuestro propio paso y de la mejor manera para nosotros.
Trabajando los Doce Pasos para recuperarse de gastar compulsivamente.
Para parar y liberarnos de la compulsión de gastar compulsivamente y tambien aclarar los problemas que ha creado, estudiamos y trabajamos los doce pasos de Deudores Anónimos. Admitir que tenemos un problema es el primer paso hacia una vida más equilibrada. Dado que hemos sido incapaces de resolver nuestros problemas solos, llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros podría devolvernos el sano juicio en cuanto a nuestra manera de gastar. Al principio, para algunos de nosotros, el poder será cualquier sabiduría y apoyo que venga de nuestro pensamiento distorsionado, tales como la conciencia de que podemos elegir, el apoyo que recibimos de otros miembros en recuperación de DA y de los principios del programa de DA. A medida que progresamos en nuestra recuperación, muchos de nosotros nos volvemos hacia una fuente espiritual como Poder Superior y damos el tercer paso, tomando la decisión de entregarle nuestra voluntad y nuestra vida para que El se ocupe. Con este paso, encontramos que nuestra recuperación empieza a hacerse profunda y a ganar impulso. En los pasos cuatro y cinco, sin miedo, hacemos un inventario moral de nosotros mismos y compartimos ese inventario con nuestro Poder Superior y con otro ser humano. Estos pasos nos ayudan a identificar los asuntos personales y los defectos de carácter que se interponen en el camino de nuestra recuperación.
Un Inventario de Gastos Compulsivos.
Aunque los detalles del inventario de cada persona varían debido a las experiencias de vida y a la individualidad personal, los compradores compulsivos comparten algunas características fundamentales. En nuestros inventarios, muchos de nosotros descubrimos que, como compradores compulsivos, tendemos a querer evitar o escapar de retos de la vida más que a trabajar para conseguirlos. Las compras también nos distraen de asuntos o tareas que preferiríamos no enfrentar y sentimientos que preferimos no sentir. Como nos inventariamos a nosotros mismos con relación a nuestra manera de gastar, muchos de nosotros nos damos cuenta de que comprar nos da la ilusión de que hemos logrado algo. Además, tendemos a obtener tranquilidad y placer momentáneos a partir de la compra. Esta gratificación inmediata, nos pone un vendaje en nuestro dolor, y nos deja pensar que hemos hecho lo correcto para nosotros. Muchos de nosotros hemos encontrado que a medida que las compras compulsivas progresaron perdimos hasta lo bueno que obteníamos de comprar. En el inicio del inventario del cuarto paso, muchos descubrimos que nuestra vaguedad financiera perpetuaba nuestros gastos compulsivos. Cuando utilizamos la herramienta de DA de Mantenimiento de Registros, obtenemos conciencia de nuestros recursos y exactamente cuanto y cuando gastamos. Empezamos a ver patrones que preceden a nuestros episodios de compras. Para algunos de nosotros, este puede ser un periodo de tacañearía seguido por un gasto excesivo, para otros, puede seguir a un largo periodo sin entretenimiento o “comodidades”, otros nos daremos cuenta de que gastamos después de visitar a ciertos parientes, después de discusiones familiares o al comienzo de una nueva relación. Con la ayuda de nuestro padrino y nuestro grupo para aliviar la tensión, utilizamos la información que obtenemos al llevar nuestros registros para equilibrar nuestras categorías de gastos. Esto minimiza la sensación de privación y nos lleva a atender situaciones emocionales que disparan nuestros episodios de gastos. Al revisar nuestros registros de compras, podemos enfrentarnos con la realidad de que sufrimos de otras compulsiones. Muchas veces, una de las causas fundamentales de nuestra manera compulsiva de comprar, es la necesidad de pagar el costo de mantener otra adicción o hábito compulsivo- Gastamos para complacer a otras personas o para guardar las apariencias. Incluso hemos gastado compulsivamente en comida, alcohol, tabaco u otras adicciones. Asistir a otros programas de doce pasos que se enfocan en otros procesos adictivos al mismo tiempo que mantenemos nuestro programa de DA, por lo general es la mejor elección para tratar otras compulsiones existentes. Algunos de nosotros, en el curso de nuestro inventario, encontramos que somos solitarios y que compramos o salimos a comer fuera para interactuar socialmente con los dependientes de las tiendas o con los meseros. Frecuentamos las mismas tiendas a las mismas horas del día o de la semana para que se nos salude por nuestro nombre y adquiramos el “estatus” que tienen los clientes frecuentes. Una característica común en los compradores compulsivos es que vivimos nuestras vidas basándonos en lo que los demás puedan pensar de nosotros. Creemos que nuestro valor está en lo que poseemos y cómo nos vemos. Nos engañamos pensando que poseyendo cosas nuestras vidas se cumplen. Otra característica que comparte mucha gente con conductas compulsivas es que no tomamos acción hacia nuestros proyectos, o, si lo hacemos, no buscamos la voluntad e nuestro Poder Superior para con nosotros en esos asuntos. Podemos decir que no tenemos un proyecto para nosotros, aunque viéndolo más de cerca, esto rara vez es cierto. Por otro lado podemos saber conscientemente dónde descansan nuestros intereses reales, más no los perseguimos. En lugar de coser un nuevo vestido, apilamos en existencia metros y metros de tela. En lugar de tomar una clase de fotografía, compramos diferentes cámaras. O en lugar de empezar un negocio de carpintería, compramos herramientas poderosas que nunca o rara vez usamos. Podemos trabajar en un empleo que odiamos y entonces “darnos” cenas caras y entretenimiento en un esfuerzo para compensarnos por someternos a una vida de trabajo que no disfrutamos. Muchos de nosotros encontramos a través de nuestros inventarios, que es el miedo el que no nos deja vivir nuestras vidas activamente. En lugar de vivir, acumulamos. En lugar de “tener una vida” gastamos dinero. En el paso seis de DA nos disponemos a cambiar, incluyendo el hecho de que el miedo nos sea eliminado. Con el paso siete, le pedimos a Dios que nos elimine los defectos de carácter que impiden nuestra recuperación. A través del trabajo continuo de los pasos, el uso de las herramientas de DA y la búsqueda de la voluntad de nuestro Poder Superior para con nosotros, empezamos a diseñar nuestras vidas y vivir lo diseñado. Nos damos cuenta de que algunos de nuestros defectos, de hecho se nos han eliminado. Experimentamos una nueva gratitud y alegría. Encontramos placer en devolverle al programa que nos dio con tanta libertad. Pasamos de gastar compulsivamente a vivir creativa mente. A través de los pasos ocho y nueve de DA, tuvimos la oportunidad de hacer reparaciones a otros y a nosotros mismos por el daño que hemos causado por el mal uso del tiempo, el dinero y la atención, que ocasionó nuestra manera de gastar compulsivamente. Hacer reparaciones nos ayuda a restaurar nuestra auto estima y a recuperar la confianza de los demás en nosotros, Cuando demostramos una disposición genuina al hacer reparaciones, empezamos a experimentar la curación en nuestras relaciones. Los resentimientos se desvanecen a medida que apreciamos a la gente en nuestras vidas. Con la ayuda de los mini inventarios diarios y la reparaciones del paso diez, nos mantenemos financiera y espiritualmente en el camino. Al mismo tiempo, por medio de la oración y la meditación diaria del paso once, establecemos y mejoramos nuestra relación con Dios, como cada quien lo concibe. A medida que nuestra conexión con Dios y con otras personas se fortalece, nuestra preocupación por nuestras posesiones materiales se desvanece y nuestra necesidad de distraernos constantemente de nuestras vidas disminuye. Nos damos cuenta de quiénes somos realmente y lo que realmente nos interesa. Aprendemos a relacionar nuestras vidas con algo mayor que objetos materiales y apariencias. Nuestra necesidad de poseer, hacer, ir y ser vistos, disminuye; y experimentamos paz a medida que nos tomamos nuestro tiempo para determinar cómo gastaremos o ahorraremos nuestra riqueza diaria de recursos. Gradualmente llegamos a experimentar una vida más allá de nuestros más aventurados sueños a medida que avanzamos con esperanza.