Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
1 MAYO
«SANAR EL CORAZÓN Y LA MENTE»
Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 52
Ya que es verdad que Dios viene a mí a través de la gente, puedo ver que si mantengo a distancia a la gente, también estoy manteniendo a distancia a Dios. Dios está más cerca de mí de lo que yo crea y puedo experimentarlo a Él amando a la gente y permitiendo que la gente me ame. Pero si yo dejo que mis secretos se interpongan no puedo amar ni ser amado.
El que domina es el lado mío que yo rehúso ver. Tengo que estar dispuesto a mirar mi lado oscuro a fin de sanar mi mente y mi corazón porque éste es el camino hacia la libertad. Tengo que adentrarme en las tinieblas para encontrar la luz y en el temor para encontrar la paz.
Revelando mis secretos —y deshaciéndome así de la culpabilidad— puedo efectivamente cambiar mi manera de pensar; cambiando mi manera de pensar, puedo cambiarme a mí mismo. Mis pensamientos crean mi futuro. Lo que piense hoy determina lo que seré mañana.
Del libro Reflexiones diarias
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Cuando leí el enunciado del Quinto Paso por primera vez pensé en la confesión de mi religión y no profundicé. Después cuando habiendo elaborado y trabajado mi primer Cuarto Paso estuve listo para “dar el Quinto Paso”, estaba tan “espiritualmente emocionado” por no seguir cargando yo solo mis problemas, mis aflicciones en fin mis defectos de carácter que se me ocurrió que podía dar el Quinto Paso enfrente de mi grupo o de mis compañeros más cercanos. Entonces mi Padrino se río y me hizo ver que este paso era algo muy serio, que lleva tantas cosas íntimas de mi ser que no es posible hacerlo enfrente de todos y que por eso solamente se sugiere que sea con una persona.
De hecho cuando he leído con calma el Quinto Paso me doy cuenta del énfasis necesario de liberarme a través de externar todo aquello que me hace daño e incluso hay alguna sugerencia para poder recurrir no solamente a una persona sino a varias individual y separadamente, mas no guardarme nada porque mantendría algo de mi carga, que por tratarse en sí de resentimientos y temores, con el tiempo seguirán creciendo y volverán a atacarme sin piedad.
Hay ocasiones que he escuchado la sugerencia de que ciertos temas, hechos o actos concretos no se traten en le tribuna “porque son Quinto Paso”, en mi caso personal considero que no hay nada que no pueda decirse para liberarme, precisamente porque la catarsis se trata de expulsar sentimientos y emociones del enfermo de adicción en la tribuna; sin embargo reconozco que la confianza y la discreción no siempre es posible al cien por ciento ni mucho menos evitar que mis compañeros realicen juicios, y que en materia de la cuestión sexual es complicado que alguien no tenga un criterio aunque el Programa es explícito en decir que en ese tema “no somos árbitros” .
En mi caso personal y en mi experiencia, con el Quinto Paso obtengo indulgencia, comprensión, benevolencia incluso, gracias de Dios, el perdón de mis actos y de las consecuencias de los mismos cometidos en contra de otros seres humanos, en contra de mí mismo y por tanto en contra de mi Dios, y al mismo tiempo me reconcilia primero conmigo mismo y con Dios, así como con los demás a los que he ofendido con mis actos derivados de mis defectos de carácter.
El Quinto Paso me permite expresar mi conversión pues me lleva a manifestar todo lo que he avanzado en mi autoconocimiento y permite que mi Padrino o quien recibe y escucha mi Quinto Paso me haga ver con claridad la naturaleza exacta de mis defectos, primero porque es un instrumento de Dios y segundo porque probablemente ha vivido y padecido los mismos defectos; al hacerlo hay un expiación con un auténtico propósito de enmienda; además al hacerlo evoco un proceso de cambio personal; esta confesión ante otro ser humano me permite relacionar mi pesar por el arrepentimiento, la firme intención de que Dios me libere de mis defectos de carácter y por otro lado me permite sentir la liberación e indulto de todo lo que he realizado en mi actividad adictiva y por mi enfermedad emocional, quedando en posibilidad de reconciliarme conmigo y con los demás.
El perdón a mí mismo es lo que recibo y cuando mi Padrino me hace ver que no he sido culpable, me deja ver lo grave de mi enfermedad emocional y la naturaleza de mi adicción, entonces me marca mi responsabilidad de trabajar en el Programa y seguir trabajando los Pasos para que Dios me libere de mis defectos de carácter y esté en posibilidad de hacer reparaciones de daños. En lo personal me permitió sentirme unido nuevamente a mi esposa, a mis hijos, a mi familia y a la sociedad.
Tenía cierta objeción en admitir esto ante otro ser humano, pues no es sacerdote ni terapeuta profesional, más entendí que así como el Grupo funciona porque estoy entre iguales, precisamente se requiere de otro enfermo de adicción, como yo, para que entienda y me otorgue el beneficio del puente de comprensión además de que su experiencia sería de gran utilidad, además es un acto de humildad importante en la reducción y desinflamiento de mi ego; y sobre todo porque estoy convencido que Dios se manifestará a través de mi Padrino y compañero para que me percate de Su presencia.
Con mi minucioso inventario moral puedo avanzar mucho, sin embargo si lo hago sin recurrir al padrino y a mis compañeros de gran confianza es posible que deje fuera algo, que ponga resentimientos que no son, temores que invento, en fin que no lo realice de la manera correcta, y al irlo enderezando para lograr ese equilibrio de mis fortalezas, mis debilidades, mis defectos, mis cualidades y con base en ese inventario no solamente describir mi historial, sino ir encontrando las respuestas a las preguntas para profundizar en mi autoconocimiento, saber cuáles son los resentimientos y temores que me han acompañado y me acompañan, en fin poder desmenuzar mi existencia. De esta manera poder ir vislumbrando la naturaleza exacta de mis defectos.
Para poder ir entendiendo mi Padrino me hizo ver que naturaleza se refiere a la esencia y propiedad característica específica de mi ser, mi carácter, mi temperamento, siendo el principio u origen de mi realidad, de lo que soy en esencia y en espíritu con mis capacidades, mis limitaciones, mis mecanismos de defensa, mies pensamientos y mis emociones, por lo que el trabajo en el Quinto Paso es admitir la exactitud de la naturaleza de mi ser interno con sustento en el minucioso inventario moral que es el mero comienzo de una práctica que nos habrá de durar toda la vida.
Al descubrir cuáles han sido y siguen siendo mis debilidades, cuándo, cómo y dónde se retorcieron mis instintos naturales y he afrontado la infelicidad que esto ha causado a otras personas y a mí mismo, revelar cuáles son mis deformaciones emocionales puedo comenzar a corregirlas con la Gracia de Dios, y para ello es indispensable que lo hable con alguien para deshacerme de este lastre, de estos fantasmas del pasado, deje mi egoísmo y soberbia para dejar de vivir a solas todas estos problemas, aflicciones, perversiones que mis defectos de carácter agravan, por lo que debo admitir y hablar de lo que realmente me molesta, me estorba, me enoja, me deprime, me frustra, me excita, me fantasea, me causa furor, en fin me enloquece, me trastorna y saca lo peor de mí.
Mi finalidad al practicar y vivir el Quinto Paso es destapar, revelar, desnudar, sacar, descifrar, esclarecer, encontrar la naturaleza exacta de mis defectos de carácter, hacerlo con humildad ante la presencia de Dios y comunicárselo a otro ser humano, como yo, para que por su medio haga su intervención mi Poder Superior.
En mi caso personal, considero que si el Cuarto Paso es una práctica constante y por eso la necesidad del inventario diario a que se refiere el Décimo Paso, sé que dar el Quinto Paso implica una experiencia enriquecedora y liberadora además de muy ilustrativa para conocerme más a fondo y, sólo por hoy, cada vez que me apadrino intento vivir el Quinto Paso para mantener el conocimiento de la naturaleza exacta de mis defectos de carácter y esté enteramente dispuesto a dejar que Dios me libere mis defectos de carácter y humildemente pedirle que me elimine mis fallas, desperfectos, deterioros, lacras, desviaciones e imperfecciones en mis emociones, mis pensamientos y que no dejan aflorar las cualidades de mi espíritu.
Felices 24 horas sanando el corazón y la mente.