Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

14 FEBRERO

«ESPERANZAS Y EXIGENCIAS»

Graba en la conciencia de cada individuo el hecho de que se puede poner bien a pesar de cualquier otra persona. La única condición es que confíe en Dios, y haga una limpieza de su interior.

— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 98

En nuestras reuniones a menudo tratamos del tema de las esperanzas. No tiene nada de malo esperar progresos de mí mismo, buenas cosas de la vida o buen trato por parte de otra gente. Lo malo está en dejar que mis esperanzas se conviertan en exigencias.

No lograré ser lo que quiero ser, y las situaciones se desarrollarán de tal manera que no me complacerán, porque la gente de vez en cuando me fallará.

La única pregunta es:

“¿Qué voy a hacer al respecto?” ¿Sumirme en la ira o en la lástima de mí mismo? ¿Vengarme y hacer que la situación vaya de mal en peor? O, ¿confiaré en el poder de Dios para traerme bendiciones a los líos en los que me encuentre? ¿Le preguntaré a qué debo dedicarme a aprender? ¿Sigo haciendo las debidas cosas que yo sé hacer, sea lo que sea? ¿Me tomo la molestia de compartir mi fe y mis bendiciones con otras personas?

Del libro Reflexiones diarias
Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

Es claro que no había entendido que se trata de salvar mi vida, en primer lugar, y después de ponerla en el mejor orden posible.

¡Feliz 14 de Febrero!, porque mi mente torcida piensa que si digo Día de San Valentín, interpreta “ya valió” y me voy por “la libre”, así que sólo por hoy haré lo correcto.
Hablando de relaciones amorosas, amistosas o de  interés, normalmente basado en mi egoísmo, es que en algún momento pensé que mi recuperación era para mantener mi matrimonio, para que mis hijos se sintieran bien, para que mi madre estuviera tranquila, para que mis hermanos no sintieran una carga, para que mis amigos me vieran mejor. También llegué a pensar que mi situación de estar activo era por “culpa” de una novia traicionera, de una esposa con falta de comprensión, de la falta de reconocimiento en mi trabajo, por la falta de cercanía de mis hermanos, porque mis hijos no me querían lo suficiente, y así sucesivamente.

Entonces partía de una posición errónea, “mi recuperación” no era “mi recuperación”, sino la recuperación de las personas y las cosas, incluso creía que se trataba de “su recuperación”. Es claro que no había entendido que se trata de salvar mi vida, en primer lugar, y después de ponerla en el mejor orden posible.

Otras ocasiones pensaba que no me era posible iniciar mi recuperación o seguir con ella si estaba rodeado de personas que desconocen mi enfermedad, que no se preocupan por ella, que no la comprenden, que no saben realmente en que consiste, en que hacen todo lo posible por desestabilizarme, que no tienen consideración de mí, que en el fondo quieren que vuelva a caer porque les estorbo y muchas otras cosas más que pasaban por mi mente.
A pesar de cualquier persona o situación, hoy tengo claro que el que tiene que estar en recuperación soy yo, y esta palabra no solamente es un  adjetivo sino un verbo en gerundio que implica acción constante y de tracto sucesivo, no es algo que termine (por algo le llaman en gramática presente continuo), y que mejor modo verbal que mantenerme en un sólo por hoy continuo y constante, y dejar a un lado lo que pasó (que solamente me causa frustración porque ya no puedo remediarlo) y tampoco preocuparme por mañana (pues quien sabe si llegue).

He aprendido a dejar la dependencia de las personas y las cosas, pues eso me hace preso además de que les cargo mi vida, porque les hago sentir, y me lo creo que dependo de los demás y al mismo tiempo pienso que “soy independiente”, incongruencia total.

Qué romántico se escucha “te necesito”, “sin ti no puedo vivir”, “eres mi todo”, “eres mi vida”. Qué egoísmo el mío pretender que otra persona cargue con mi vida, que apenas ha de poder con la suya, y sin embargo, cuando con total sinceridad y humildad se me pide que ponga mi vida y mi voluntad al cuidado de Dios no me parece tan fácil “ni tan romántico” decirle a Dios “Te Necesito”, “Sin Ti No Puedo Vivir”, “Eres Mi Todo”, “Eres Mi Vida”, pues de inmediato entra mi falta de fe porque no lo veo, porque no tengo un contacto físico, porque simplemente pongo en duda su existencia.

Al fin, cuando todo el programa de AA, NA y/o Grupos de Doce Pasos me ha habilitado para encontrar a mi Poder Superior, es que comienzo a estar en verdadera recuperación porque dejo de pelear conmigo mismo, dejo de discutir con los demás y admito que Dios es quien está a cargo y que por eso es mi Director, mi Jefe y mi Padre, yo solamente debo cumplir con sus directrices, con sus instrucciones y aceptar su amor.

Cada mañana cuando abro mis ojos digo: ¿quién manda hoy: TÚ o yo? y me respondo ¡TÚ!, entonces todo estará bien, porque si ¡TÚ Estás conmigo!, ¿quién contra mí?, y procedo a darle gracias por todo lo que me da y me ha dado, hago la Oración de San Francisco y me preparo para meditar en que debo olvidarme de mí mismo en el sentido de pedirle a Dios que haga a un lado mi egoísmo y mis defectos de carácter, solamente por hoy, y le agradezco que me guíe hacia las virtudes y cualidades necesarias para estar en una buena recuperación de mi vida y principalmente de mi alma.

Yo no podría mantener tolerancia, paciencia ni ningún tipo de equilibrio emocional si tuviera que valerme única y exclusivamente de mis propias herramientas, porque nunca funcionaron, de hecho siempre necesité del lubricante que mi enfermedad solicitaba para no sentir o querer sentir a mi manera.

Así las cosas, hoy dejo que Dios pase primero y se haga cargo de las situaciones, pues cuando no lo hago invariablemente me domina la ira, la autoconmiseración, la frustración, la falta de sinceridad, desconsideración, depresión y otras linduras que siempre me han puesto mal.
Hoy quiero decirle a Dios: “Eres mi gran Amor y mi mejor Amigo, por tanto en ti creo y en ti confío”.

Felices 24 horas llenas de amor y afecto con Dios.

COMENTARIO 2015

La verdad es que me esta costando creer en la idea de un poder superior, aunque la verdad es que cada vez me lo creo mas, me cuesta hacer como si, pero pensando si siempre tengo a dios a mi lado, eso significa que nunca estoy sola. Y esa idea me gusta, nunca me ha gustado sentirme sola y abandonada, esa sensacion de que no soy importante, de que a nadie le importo me duele.

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