Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
15 JUNIO
«HACER DE A.A. TU PODER SUPERIOR»
“… Puedes… hacer de A.A. tu ‘poder superior’. Aquí tienes un grupo grande de gente que ha resuelto su problema con el alcohol… muchos miembros… han cruzado el umbral exactamente así… su fe se amplió y se profundizó… transformados, llegaron a creer en un Poder Superior…”
— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 25
Cuando bebía, nadie era mejor que yo, por lo menos a mis propios ojos. No obstante, no podía sonreírme a mí mismo en el espejo, así que llegué a A.A. donde, con otros, oí hablar de un Poder Superior. No podía aceptar el concepto de un Poder Superior porque creía que Dios era cruel y desamorado. En mi desesperación escogí como mi Poder Superior una mesa, un árbol y más tarde a mi grupo de A.A. Pasó el tiempo, mejoró mi vida y empecé a pensar en ese Poder Superior. Poco a poco, con paciencia, humildad y un montón de preguntas, llegué a creer en Dios. Ahora mi relación con mi Poder Superior me da la fortaleza para vivir una vida feliz y sobria.
Del libro Reflexiones diarias
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Qué soberbia cuando en la actividad adictiva he ofendido a Dios, a los más cercanos y a mí mismo…
El Segundo Paso me dice que existe una esperanza, que poco a poco se va lejos y solamente por veinticuatro horas, por tanto no tengo que preocuparme de llegar a creer en un Poder Superior ni a tener sano juicio mas que un día a la vez y esto me facilita mucho llegar a creer.
En inicio tenía muy clara la promesa de que encontraría a mi propio Poder Superior y de esta forma alcancé el convencimiento de que puedo contar con un Poder Superior que es amoroso, porque así lo concibo, que me ofrece una nueva forma de vivir, un camino a través de los Doce Pasos y con ello un cambio de juicios y actitudes, además de un Programa en el cual ya no estoy solo y no necesito estar aislado sino por el contrario acompañado por la Fraternidad de la recuperación.
Sin darme cuenta al ir asistiendo mis juntas, poniendo atención y escuchando las tribunas y compartimientos de mis compañeros, haciendo caso a sus sugerencias y al apadrinarme de cualquier cosa, por simple que me pareciera, arribé a la creencia de un Poder Superior y que además se reforzaba y se refuerza dicha creencia en la forma en que escucho a mis compañeros hablar, de narrar y relatar su relación con su Poder Superior, y tener la mente abierta al respecto me ha permitido estar alerta para observar que quienes mejor se encuentran en el equilibrio emocional es porque tienen una conexión frecuente, usual y habitual con el Poder Superior.
Al recordar que el Libro Grande se dice que el Programa tiene como finalidad habilitarme para que encuentre mi Poder Superior, hoy lo entiendo ya que lo que se experimenta al encontrarlo, al concebirlo y al iniciar una relación con Él es una nueva visión; entonces puedo ir experimentando la calidad y tipo de recuperación que se me hace la más atractiva de la Comunidad, una sobriedad y limpieza sustentada en el equilibrio emocional y en unir mi intención a la Voluntad de Dios.
Hoy entiendo que ir concibiendo a mi Poder Superior es más fácil cada día que estoy en recuperación, que busco aprender y entender el Programa, dar cada uno de los Doce Pasos y tocar la vivencia de mis compañeros, porque muchos pensaron primero en que el Grupo era su Poder Superior, lo cual es cierto porque tiene más fortaleza y superioridad que yo solo, además conjuntan muchas veinticuatro horas, tienen una gama mayor de experiencias y en fin el resultado de su sobriedad es mayor a cualquiera que yo haya siquiera soñado solo.
De esta forma la omnipotencia, omnisapiencia y omnipresencia las puedo ver en el amor desinteresado e incondicional de mis compañeros entre nosotros, con otros seres humanos y sobre todo con y de Dios; la perfección con que suceden las cosas en la naturaleza me permiten ver esa inteligencia divina; y que pueda recurrir al Poder Superior donde sea, en cualquier momento y percatarme que está dentro de mí, así como en el interior espiritual de cada uno.
Primordialmente, cuando no tenía la claridad de ahora respecto al Poder Superior, sí podía hacer mío el concepto de que debía experimentar con mente abierta y muy buena voluntad la simple posibilidad de que existe un “algo superior” a mí y que ese algo podía hacer lo que hasta antes de conocer el Programa yo no pude.
Cuando leía que se trataba de devolverme el sano juicio, al principio existía una resistencia porque yo enfocaba mi problema única y exclusivamente a la bebida, no tomaba tan en cuenta la ingobernabilidad; y aún en ambos casos no pensaba que no tuviera sano juicio sino que en lo que respecta a la adicción tenía una impotencia pero no algo tan generalizado que abarcara la gran parte de aspectos emocionales de mi vida. Había momentos en que sentía que era una ofensa (que soberbia cuando en la actividad he ofendido a Dios, a los más cercanos y a mí mismo).
Lo que sí pude llegar a comprender es que el tener sano juicio implica dejar a un lado mis emociones y pensamientos negativos, dejar de actuar de manera autodestructiva, con auto-sabotaje, con un continuo demoler cualquier cosa que construyera en mi vida y acumulando pérdidas mayores cada día. En fin mi compulsión por seguir bebiendo mi obsesión de pensar que la próxima vez sería diferente y que controlaría era una verdadera locura, cómo ahora sé que es demencia e insensatez pensar que yo puedo.
Esta falta de poder afectó mi vida personal, familiar, profesional y social, no daba oportunidad alguna a alimentar ninguna clase de vida espiritual.
Ser honesto conmigo mismo muchas veces fue algo muy difícil, incluso doloroso mas el resultado ha sido grandioso, pues al llegar a creer, al tener este convencimiento pude aceptar, lisa y llanamente, una verdad sencilla pero no por ello grandiosa y profunda; un pequeño paso hacia la humildad como consecuencia de mi admisión de mi impotencia y de mi ingobernabilidad, lo que me ayuda y ayudó a tener la buena voluntad de tener un Poder Superior real, verdadero y eficaz, lo que me va permitiendo vivir la independencia, la libertad y tener una gran esperanza.
Hoy, al haber comenzado a creer en un Poder Superior he podido avanzar en mi fe en el Programa y en Dios, como yo lo concibo, sé que no estoy solo, y que Él es quien manda en mi vida con confianza total, un día a la vez.
Felices 24 horas haciendo de A.A. mi poder superior!