Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

18 AGOSTO

«MEJORARSE»

Los conflictos emocionales, muy profundos, y a veces totalmente olvidados, persisten de forma desapercibida en el subconsciente.

— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 78

Solamente por acción positiva puedo eliminar los vestigios de culpabilidad y vergüenza causados por el alcohol. En todas mis desventuras de mis días de bebedor, mis amigos me decían, “¿por qué estás haciendo esto? Solamente te estás haciendo daño a ti mismo”. Muy poco sabía yo qué ciertas eran estas palabras. Aunque yo había causado daños a otros, algo de mi comportamiento me había causado graves heridas en el alma. El Paso Ocho me ofrece una manera de perdonarme a mí mismo. Yo alivio muchos de mis daños ocultos cuando hago una lista de aquellos a quienes he herido. Al hacer reparaciones, me libero de cargas, contribuyendo así a mi mejoramiento.

Del libro Reflexiones diarias
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Liberarme de resentimientos y de temores, así como para confesar y admitir abiertamente todos lo malévolo de mi personalidad.

Estas líneas del Octavo Paso me hicieron cimbrarme porque pensaba que al ir trabajando cada uno de los Pasos voy eliminando todos los daños que he hecho, porque ha sido muy común en los grupos y con mis compañeros que me hicieran un énfasis muy grande en el Cuarto y Quinto Pasos como los esenciales para llegar a mi autoconocimiento, liberarme de resentimientos y de temores, así como para confesar y admitir abiertamente todos lo malévolo de mi personalidad. Incluso al pasar de inmediato al Sexto y Séptimo Pasos creo que se va no solo definitivamente mi obsesión por consumir sino que estoy enteramente dispuesto y he pedido que se eliminen defectos de mi carácter con lo que al descubrir mis debilidades, mis fortalezas y mis limitaciones puedo adquirir un poco de humildad para realizar actos humildes y de esta manera tener un avance importante en mi despertar espiritual.

Sin embargo, tengo que reconocer que no puedo dar por sentado que ya he “dado” los Pasos anteriores de manera que pueda dejar de mirar mi pasado sin analizarlo minuciosamente y entonces vuelvo a leer estas líneas del Paso Ocho: “Hay conflictos emocionales muy profundos, algunas veces completamente olvidados que persisten por debajo del nivel de lo consciente.”

Acepto que una cosa es hacer mi inventario moral y admitir la naturaleza exacta de mis defectos de carácter y otra muy distinta tener que listar el daño, la forma y a quien le he causado ofensa, daño y afectación, así como mirar detenidamente el daño que me he infringido a mí mismo sin ninguna misericordia, y que esto ha sido tan severo, tan duro, tan inclemente, tan cruel y tan inexorable que mi mente se defiende enterrando y creyendo cremar conflictos emocionales surgidos de determinada o determinadas circunstancias concretas y por ello utilizo el mecanismo de salvación llamado olvido.

Cuando inicié el Octavo Paso pensaba que mi lista y mi disposición de hacer reparaciones única y exclusivamente se referiría a un trabajo simple y sencillo de escribir y recordar lo más posible, aún cuando viera que hay afectaciones que no estoy tan claro de cómo puedo indemnizar, desagraviar o si son resarcibles, mas con el avance de profundizar en la experiencia y sugerencias que me transmite la literatura, mi padrino y mis compañeros al respecto me voy encontrando con que el primero en la lista de dañados soy yo mismo y a quien primero debo corregir y rectificar es a mí para poder estar en posibilidad de subsanar, remediar y reparar, ya que parto del hecho de que no puedo dar lo que no tengo y no puedo dar perdón, si no me he perdonado; no puedo devolver lo que no es mío sino he avanzado en la honradez; y no puedo auténticamente interesarme en mi prójimo si no he restablecido mi autoestima, entre otras tantas cosas.

Es posible que haya conflictos, problemas y complejidades que no tenga bien identificados y que quizá nunca pueda detectar con precisión, mas con el hecho de mi cambio de personalidad, mi adquisición poco a poco de una nueva conciencia y de mi incipiente experiencia espiritual podré ir resarciendo a los que están más cerca de mí, a los que viven conmigo y así podré ir enmendando con los demás, para que entonces se aligere mi espíritu gracias al Programa de veinticuatro horas de mi recuperación.

Felices 24 horas mejorando.

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