Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

19 AGOSTO

«UN MARCO DE REFERENCIA»

Refiriéndonos una vez más a nuestra lista (inventario), quitando de nuestras mentes los errores que los demás habían cometido, buscamos resueltamente nuestras propias faltas. ¿Cuándo habíamos sido egoístas, interesados, faltos de sinceridad y habíamos tenido miedo?

— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 67

El no necesitar la constante aprobación de mis colegas en el trabajo ni de mis seres más queridos me produce una maravillosa sensación de libertad. Me hubiera gustado saber de este Paso antes, porque una vez que establecí un marco de referencia, me sentí capaz de hacer la siguiente cosa correcta, sabiendo que la acción correspondía a la situación y que ésta era la cosa apropiada que había que hacer.

Del libro Reflexiones diarias
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El no necesitar la constante aprobación de mis colegas en el trabajo ni de mis seres más queridos me produce una maravillosa sensación de libertad.

En el Libro Grande, Capítulo V, “Como Funciona”, al explicarme y compartirme la experiencia de lo que implica el Cuarto Paso dice: “Volvamos a nuestra lista. Enfrentamos resueltamente nuestros errores, poniendo completamente aparte los males que otros nos habían hecho a nosotros. ¿Cuándo habíamos sido nosotros los egoístas, los deshonestos, los miedosos?” Lo cual tiene una relación directa con mi lista del Octavo Paso porque no es suficiente que identifique mis resentimientos, mis temores, mi inadecuado manejo de la sexualidad y del placer porque al principio me quedo con la idea de lo que los demás hicieron para causar mi enojo, mi ira, mi temor y su participación en mi desconocimiento de lo que implica el placer auténtico y el sexo como una parte de la entrega corporal, mental y espiritual hacia otra persona. Y por eso es que estas líneas del Libro Azul me sugieren que asuma mis errores, mis culpas, mis extravíos y no tome en consideración los errores, las faltas, las incorrecciones e incluso las injusticias de los demás pues en realidad los pensamientos y las conductas fueron mías llenas de egoísmo y por ende de falta de sinceridad, de temor, de ira y de frustración.

Mi mecanismo de defensa sustentado en mi ego y por tanto solamente ver lo que me pasa a mí, hace que intente buscar el grado de responsabilidad de los demás para justificar y racionalizar mis actos, querer minimizar mis consecuencias inclusive establecer una “corresponsabilidad” para no sentirme tan mal; y la experiencia de tantos enfermos de adicción que me han antecedido en vivir realmente el Programa de recuperación me participan de su conocimiento empírico y en el mismo Libro Grande me dicen: “Aunque no hubiéramos sido del todo responsables de una cierta situación, tratamos de olvidar el papel hecho por las otras personas. ¿Cuándo habíamos sido nosotros los culpables? Hicimos el inventario de nuestro comportamiento, no el de los demás. Una vez descubiertos nuestros errores, los pusimos en una lista. En blanco y negro estaban ante nuestros ojos. Admitimos honestamente nuestros errores y expresamos la voluntad de corregirlos.”

El minucioso inventario moral es nuevamente revisado por mí o simplemente vuelvo a realizar otro, ya que es un trabajo para toda la vida, con la finalidad de ir avanzando en mi autoconocimiento, en mi autoanálisis, en ahondar en el conocimiento de mi deformada personalidad y por tanto aceptar todo lo que he actuado de manera maligna, perversa, nefasta, execrable, adúltera, infame y cruel realizarlo de una manera muy concreta al completarlo con mi lista de personas, hechos, circunstancias y actos que cometí con otras personas y conmigo mismo; para llegar a unificar mi voluntad con la Voluntad de mi Dios y entonces ponerme en acción para corregir, modificar, subsanar, enmendar, resarcir y reparar los daños, afectaciones, perjuicios, así como aceptar mis pérdidas, mis agravios, mis deslealtades y todos los desperfectos de mi vida.

Cuando comienzo a vivir, un día a la vez, de esta manera sin tener que estar preocupado, inquieto, ansioso e impaciente por conocer y que se eliminen de un solo golpe todos mis defectos de carácter, así como por reparar todos los daños de manera directa e indirecta en un santiamén descubro lo maravilloso de tener un Programa de vida por veinticuatro horas, donde me debo ocupar de vivirlo bien por el día de hoy y en este día poner en práctica los Doce Pasos en todos los asuntos de mi vida, de esta manera he experimentado una paso gigantesco hacia la serenidad y este es mi marco de referencia.

Felices 24 horas haciendo lo apropiado.

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