Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
19 JULIO
«FALSO ORGULLO»
Muchos de los que nos habíamos considerado religiosos, nos dimos repentina cuenta de lo limitada que era esta actitud. Al negarnos a colocar a Dios en primer lugar, nos habíamos privado de Su ayuda.
— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 72
Muchas falsas concepciones operan en el falso orgullo. La necesidad de dirección para vivir una vida decente se satisface con la esperanza experimentada en la Comunidad de A.A. Aquellos que han seguido el camino por años —un día a la vez— dicen que la vida centrada en Dios tiene posibilidades ilimitadas para el desarrollo personal. Al ser esto así, los veteranos en A.A. transmiten mucha esperanza.
Doy gracias a mi Poder Superior por hacerme saber que Él obra por medio de otra gente, y le agradezco por nuestros servidores de confianza en la Comunidad quienes ayudan a los nuevos miembros a rechazar sus falsos ideales y adoptar aquellos que los guían hacia una vida de compasión y de confianza. Los veteranos de A.A. animan a los recién llegados a “despertarse” — para que puedan “llegar a creer”. Le pido a mi Poder Superior que me ayude a vencer mi falta de creencia.
Del libro Reflexiones diarias
Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.
El falso orgullo, es en realidad la concepción negativa de este concepto porque se opone absolutamente a la humidad
El Séptimo Paso me invita a que revise mi relación con Dios y con esto repasar mi forma de vivir el Paso Tres, cuando leo: “Muchos de nosotros que habíamos creído ser devotos, despertamos a la realidad de que era limitada nuestra situación en ese sentido. Nos habíamos privado de la ayuda de Dios al negarnos a ponerlo en primer lugar.”
Hoy me pregunto ¿cómo concibo a Dios?, pues de mi propia concepción deviene el hecho de que me ponga en una disposición auténtica de ponerlo al frente de mi vida; y aún cuando considero que es un Poder Superior, debo sinceramente preguntarme ¿pongo a mi Dios en primer término?
Recurro a mi Segundo Paso, que fruto de la experiencia de mis compañeros que me han antecedido, de mi padrino y aún de quienes han llegado después de mí, me reafirman que llegamos a creer en un Poder Superior como la única posibilidad de suspender mi consumo y dejar de hacerlo por periodos de veinticuatro horas, absteniéndome de consumir con sano juicio y no forzándome a no beber o dejar de beber con mi “autocontrol”, mi “santa voluntad”, la resistencia de mi carácter, con el forcejeo de mi autoconfianza, con la pujanza de mi inteligencia, con la potencia de mi locura y la actualización de mi falso orgullo.
El falso orgullo, es en realidad la concepción negativa de este concepto porque se opone absolutamente a la humidad, pues es una prevalencia o valoración desmedida de mis intereses, de mis deseos, de mis caprichos, despreciando y menoscabando cualquier hecho, acto y/o logro de los demás. En estricto sentido para mí, el orgullo verdadero es la idea positiva que se asimila a la humildad pues se vincula al respeto y a la correcta valoración que tengo de los demás y de mi propio ser al aceptar mis fortalezas, mis debilidades, mi aciertos, mis errores, así como conocer mis limitaciones, y tener la firme intención de vivir de acuerdo a los valores (axiología) y principios espirituales. Me permite sentirme orgulloso de ser miembro de la Fraternidad de la recuperación.
Así las cosas, cuando al tener una creencia (no fe) en un Poder Superior a mí mismo comienzo a sentir lo beneficios de no consumir porque algo por encima de mí hace ese trabajo. Sin embargo que cierto es que en mi fuero interno se presentó, como a veces en situaciones específicas se presenta, lo que explica muy bien el Tercer Paso: “Sí, en lo que respecta al alcohol tengo que depender todavía de A.A., pero en todo lo demás debo conservar mi independencia. No dejaré que nada me convierta a una nulidad.
Si sigo encomendando mi vida y mi voluntad al cuidado de otro “alguien” ¿Qué va a ser de mi? Voy a parecerme al agujero de una rosca. —Esto desde luego, es el razonamiento con que el instinto y la lógica tratan de reforzar al *egotismo, y así frustrar el desarrollo espiritual. Lo malo es que con esta manera de pensar no se toman en cuenta los hechos. Y los hechos son estos—. Mientras más dispuestos estamos a depender de un Poder Superior, mas independientes somos en realidad. —Por consiguiente, la dependencia como la practica A.A., es en realidad una manera de lograr la verdadera independencia espiritual—“.
Al revisar este párrafo me doy cuenta que lo primero que hago es intentar esquivar mi idea de un Poder Superior porque para evadir mi necesidad de “depender”, la centro en señalar que no estoy dispuesto a depender en todos los aspectos de mi vida de A.A., N.A. y/o del Programa de recuperación, mucho menos depender del grupo que son “una bola de locos”, pues yo tengo tal cúmulo de capacidades que “puedo con mi vida”, pues no soy una nulidad, lo curioso es que ante estas afirmaciones dejo de observar que en el Primer Paso, si quiero que sea al cien por ciento, he debido reconocer que he tenido y tengo una vida ingobernable.
Con el paso del tiempo y aún más importante y trascendente, con el transcurrir del estudio y la práctica de los Doce Pasos voy quitando las telarañas de mi mente y de mi espíritu para percatarme de que necesito de la Comunidad de la recuperación puesto que Dios me habla y me deja conocer Su Voluntad a través de mis compañeros, de mi padrino, de mi terapeuta, de consultores, en fin de los demás porque son Su instrumento y Su conducto. Entonces cuando me niego a participar en esta Fraternidad me estoy negando la posibilidad de recibir el alimento necesario para mi nutrición espiritual y aprender a depender de Dios sin que por ello renuncie a mi libre albedrío, pues es mi propia decisión unificar mi fuerza de voluntad a la Voluntad de Dios.
Solamente en la medida en que fui fortaleciendo mi creencia he podido transitar hacia la fe, esa fe que se practica haciéndomela simple con el resultado tangible y positivo de la recuperación que, sólo por hoy, vivo y la que me comparten mis compañeros.
Felices 24 horas sin privarme de la ayuda de Dios.