Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
2 JUNIO
«EL SENDERO HACIA ARRIBA»
He aquí los pasos que dimos…
— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 59
Estas son las palabras que introducen los Doce Pasos. En su directa simplicidad, ellas hacen a un lado todas las consideraciones psicológicas y filosóficas respecto a la virtud de los Pasos. Describen lo que hice: practiqué los Pasos y el resultado fue la sobriedad. Estas palabras no implican que yo deba caminar el sendero trillado por aquellos que fueron antes que yo, sino más bien significan que para mí hay una manera de lograr la sobriedad y que yo debo encontrar esa manera. Es un nuevo sendero, un sendero que me lleva a la luz infinita en la cima de la montaña. Los Pasos me anuncian las pisadas que son seguras y los abismos que tengo que evitar. Me proporcionan las herramientas que necesito durante gran parte del viaje solitario de mi alma. Cuando hablo de este viaje, comparto mi experiencia, fortaleza y esperanza con otros.
Del libro Reflexiones diarias
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“He aquí los Pasos que dimos”. En el Capítulo V, Cómo Trabaja, cuando leo está oración gramatical antes de que se describa el enunciado de cada uno de los Doce Pasos me viene a la mente recordar los inicios de la Fraternidad de AA, cuando comenzó a escribirse el Libro Grande, donde Bill W., el Dr. Bob y los otros que formaban a los primeros cien alcohólicos [anónimos] que se encontraban en recuperación aportaban lo mejor de su experiencia, fortaleza y esperanza.
La sorpresa que fue encontrar aquí un procedimiento que proponía de manera concreta un Programa de acción para alcanzar la sobriedad y mantenerla, habiéndose dado cuenta de que la única forma de hacerlo era con base a un remedio espiritual porque la medicina incluida la psiquiatría y la psicología (ciencias del cuerpo y de la mente) no habían dado resultados. Entonces la cura espiritual era algo que no se había experimentado y mucho menos con el grado de éxito que lo ha hecho A.A.
El mismo Bill W. dice que A.A. no es la panacea ni siquiera en lo que respecta al alcoholismo; sin embargo mi propia experiencia personal me ha enseñado que es el Programa que más individuos en recuperación tiene, así como por la aplicación de sus Doce Pasos en todo lo que respecta a la enfermedad de la adicción, la codependencia y algunos otros trastornos de conducta que tiene su origen en la impotencia, la ingobernabilidad, las emociones y pensamientos negativos.
Yo he vivido dentro del Programa de recuperación que los Doce Pasos son mi doctrina personal porque todo lo que me aportan es sugerido y lo aplico, conforme a mi propia capacidad, en cada una de mis veinticuatro horas, un día a la vez; y de ninguna manera implica que por avanzar en los Pasos ni en el tiempo desaparecen todos mis defectos de carácter o cuando se despiden de mí, tampoco hay mucha garantía de que no regresen por mi falibilidad humana. Además he podido vivir que si bien es mi doctrina personal no deja de tener un carácter comunitario porque para poder experimentarla requiero de trabajar con otros alcohólicos y/o adictos y/o enfermos de sus emociones, como yo.
El ir a mis juntas, tener charlas con los compañeros, apadrinarme y compartir implican el tratamiento continuo de mi enfermedad espiritual y por tanto yo he llegado a la conclusión que la doctrina personal de los Doce Pasos requiere primordial y fundamentalmente el conocimiento empírico, por experiencia, y no el conocimiento intelectual meramente racional, teórico e hipotético. Por eso cuando leo el Libro Grande, los Doce Pasos y la literatura en general tengo que hacerlo a la luz de mi historial de vida en actividad, de mi historial dentro del Programa para poder conocer y reconocer como funciona, qué me funciona, cuándo me funciona y en ocasiones dónde me funciona.
Hoy entiendo cada uno de los Pasos cómo una guía para que pueda tener una experiencia espiritual que sea tan trascedente que revolucione mis creencias, mis pensamientos y mis conductas para ajustarlas a lo que deseo para mi vida física, mental y espiritual de manera sana, positiva que me una a la intencionalidad de mi Poder Superior y de esa forma cumplir la Voluntad de lo que yo llamo Dios.
Invariablemente me vienen la mente la vida de Bill W. y la del Dr. Bob para poder abrir mi mente a comprender ese momento de inspiración divina dónde fueron los instrumentos de Dios para hacerme llegar, como a millones, el Libro Grande y los Doce Pasos. Lo hago de esta manera para poner la cara de sorpresa y de esperanza que surge cuando al leer las medidas que decidieron accionar para encontrar la sobriedad observo que se trata de prácticas pro-positivas, de acciones concretas, de afirmaciones y de ninguna manera de prohibiciones, coacciones y mucho menos dogmas de fe, ya que no estoy obligado a creer en nada sin haberlos experimentado primero, incluso la dolorosa experiencia de ese primer trago que me demuestra lo indispensable de evitarlo porque de otra forma siempre resultan las mismas consecuencias funestas y desastrosas.
Hoy tengo la experiencia para poder decidir y optar por utilizar el sencillo “juego de herramientas espirituales” que me regala el Programa para levantarme de mis escombros, de mi miseria, de mis cenizas, recomponerme, renacer y estar en paz.
Felices 24 horas en el sendero hacia arriba.