Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
23 ABRIL
«A.A. NO ES UNA PANACEA«
Sería un producto del falso orgullo pretender que A.A. es una panacea universal — aun para el alcoholismo.
— COMO LO VE BILL, p. 285
En mis primeros años de sobriedad estaba lleno de orgullo, pensando que A.A. era el único tipo de tratamiento para lograr una vida buena y feliz. Ciertamente fue el ingrediente básico de mi sobriedad y aun hoy día, con más de doce años en el programa, sigo participando en las reuniones, apadrinamiento y servicio. Durante los primeros cuatro años de mi recuperación, me resultó necesario buscar ayuda profesional, ya que mi salud emocional era muy pobre.
También hay otros que han encontrado sobriedad y felicidad en otras organizaciones. A.A. me enseñó que tenía la opción de hacer todo lo que fuera necesario para enriquecer mi sobriedad. Puede ser que A.A. no sea un curalotodo, pero es el centro de mi vida sobria.
Del libro Reflexiones diarias
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La vida, el mundo y sus avances traen cambios mas la esencia y naturaleza de un enfermo de adicción, como yo, ha sido, es y será la misma porque todo lo negativo de mis emociones y de mis pensamientos afectan a lo inmutable de mi espíritu, atacan su despertar y su progreso, en fin aniquilan (si no pido ayuda) lo más intrínseco y valioso de mi ser.
Cuando observo que Bill W. tuvo la humildad de reconocer que AA no es la panacea universal para resolver mis problemas emocionales negativos, mi ingobernabilidad de vida e incluso mi impotencia me deja claro que por eso el Libro Grande solamente dice “Hay una solución”, a diferencia de haber pretendido expresar “es la única solución”. Sin embargo, en mi caso personal, reconozco que hoy me son de ayuda las recomendaciones terapéuticas psicológicas y psiquiátricas, recomendaciones médicas, conocimientos de desarrollo humano, mi propia religión puesto que el Programa de recuperación (que me regala AA, NA y los Grupos de Doce Pasos) me ha habilitado para encontrar a mi Poder Superior y con ello darme la oportunidad de dejar de consumir para poder ir aclarando mi mente, acomodando mis emociones negativas, autoconocerme y estar dispuesto a vivir bajo el código de tolerancia y amor.
Puedo aprovechar otros conocimientos, otras sugerencias, otra ayuda, incluso compartirlas aunque no sea literatura aprobada por AA, NA y los Grupos de Doce Pasos porque lo primero que me ha enseñado el Programa de recuperación es honestidad, buena voluntad y mente abierta, por lo que negar lo benéfico de alguna sugerencia o enseñanza, lo que puede reforzar mis aprendizajes del Programa, la guía que puede sumarse implica dejar de tener la honestidad para aceptar que no todo gira alrededor de lo que se prevé en nuestra literatura ya que, para empezar, no somos profesionales en los campos de la ciencia de la mente, de las profundidades de las emociones y de la inmensidad del espíritu.
Hoy, he aprendido a tener la humildad de aceptar que no puedo saberlo todo, y viene muy al caso la frase irónica de Sócrates “yo sólo sé que no sé nada”, puesto que en la medida en que voy aprendiendo y conociendo más, necesariamente me doy cuenta de todo lo que me falta por conocer y saber. Es como si pegara mi ojo a la mesa y poco a poco voy subiendo mi cabeza, me levanto, me pongo de pie, me subo en una silla, y así voy subiendo mi mirada, lo que implica que metafóricamente todo lo que voy subiendo y elevando mi visión es lo que voy aprendiendo, conociendo y sabiendo mas todo lo que voy mirando de grandiosidad es lo que me falta por conocer y saber. Por eso entre más altura adquiero más observo una perspectiva amplísima que no abarcaré jamás.
Cuando consumía, a pesar de tener este conocimiento que me debía mostrar mi incapacidad material, física y espiritual de conocer todo, me envalentonaba por mi soberbia intelectual para pensar que “lo sabía todo”, “que yo tenía siempre la razón”, “que los demás están equivocados” y esta actitud no es muy distinta a la que algún día me acometió dentro de la recuperación al pensar que “yo tenía Programa”, “que fuera de la literatura de AA, NA o Grupo de Doce Pasos específico no existe nada”, “que sólo puede compartirse lo que apruebe AA, NA o Grupo de Doce Pasos específico”, “que todo lo que esté fuera del Programa está mal”.
Es muy cierto que la literatura aprobada tiene la gran ventaja de que no es un ejercicio intelectual puro sino que se sustenta en la experiencia, que ha funcionado, funciona y seguirá funcionando porque esta experiencia se soporta, se respalda y se mantiene en la esencia misma de un ser humano, como yo, no en otro tipo de persona con otro tipo de problemática y de circunstancias.
La vida, el mundo y sus avances traen cambios mas la esencia y naturaleza de un enfermo de adicción, como yo, ha sido, es y será la misma porque todo lo negativo de mis emociones y de mis pensamientos afectan a lo inmutable de mi espíritu, atacan su despertar y su progreso, en fin aniquilan (si no pido ayuda) lo más intrínseco y valioso de mi ser.
En los Pasos y en el Libro Grande siempre encuentro referencias a que mi vida no termina aquí, se habla de un más allá, de un Camino Feliz y no es gratuito porque esto implica que lo que auténticamente me ayuda a rescatar el Programa es a mi espíritu, a mi alma, a esa energía que está unida con Dios y por la cual tengo ese insospechado recurso interior que me permite encontrar a mi Poder Superior para dejarle que se encargue de mi enfermedad y me permita lograr un cambio profundo de personalidad, no sólo para dejar de consumir y dejar de sufrir, sino para tener un despertar espiritual que me lleve no a la perfección sino al progreso espiritual.
Sobriedad es la abstinencia de la o las sustancias sumado al equilibrio emocional, en esto el Programa es el sustento y la piedra clave o angular para construir el arco de mi recuperación, mas no es lo único y he aprendido a contrarrestar “mi soberbia espiritual” para tener la humildad de aceptar que hay otros caminos, otras ayudas y otros encuentros en el desarrollo humano y del espíritu.
Lo que sí he experimentado es que, en mi caso personal, nada sustituye a mi grupo, a mi Programa, a la unidad, servicio y recuperación, y que podré salirme del triángulo pero del círculo jamás.
Felices 24 horas de mente abierta y recuperación.