Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

24 ENERO

«LA PARTICIPACION»

Hay acción y más acción. “La fe sin obras es fe muerta”… Ser útiles es nuestro único propósito.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 88-89

Ya sé que el servicio es una parte vital de la recuperación, pero frecuentemente me pregunto, “¿qué puedo hacer yo?” ¡Simplemente empezar con lo que tengo hoy! Miro a mi alrededor para ver dónde hay una necesidad. ¿Están llenos los ceniceros? ¿Tengo yo pies y manos para vaciarlos y limpiarlos? ¡De repente me veo participando! El mejor orador puede hacer el peor café; el miembro que es mejor con los recién llegados puede que no sepa leer; el que esté deseoso de hacer la limpieza puede que haga un desbarajuste con la cuenta del banco — sin embargo, cada una de estas personas y de estos oficios son esenciales para un grupo activo. El milagro del servicio es éste: Cuando yo uso lo que tengo, me encuentro provisto de más de lo que nunca hubiera podido sospechar.

Del libro Reflexiones diarias
Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

Se dio cuenta que un alcohólico ayuda siempre a otro alcohólico (incluso en la actividad).
Buen fin de semana. Hoy se conmemora el 43 Aniversario del fallecimiento de Bill W., cofundador de AA y está reflexión sobre la participación y el servicio se ajusta a lo que este hombre, con su muy singular despertar espiritual, nos ha legado a millones de adictos, y a millones de personas que han utilizado y utilizan el programa de Doce Pasos para tener un modo de vida nuevo, de una calidad buena y que han logrado un desarrollo espiritual.

Un incansable bebedor, hasta las puertas de la pérdida total de la razón, de tocar afanosamente el dintel de la muerte, el continuo sufrimiento por querer controlar las copas o desear dejar de beber, aún a sabiendas de las consecuencias desastrosas, lastimeras, abominables y repetitivas cada vez que bebía, al igual que yo.

Una vez que se le iluminó el cuarto y tuvo su despertar espiritual, de la misma manera y con mayor ahínco al deseo y la necedad de beber, se dedicó a servir a otros alcohólicos para transmitirles que hay una solución.

De esta búsqueda incansable por servir, se dio cuenta que un alcohólico ayuda siempre a otro alcohólico (incluso en la actividad), descubrió entonces que trabajar con otro adicto siempre funciona para que yo no consuma; así es cómo pudo encontrar, con la guía de Dios, al Dr. Bob.
Durante toda mi estancia en la agrupación he podido conocer los beneficios del servicio como cafetero, juntas de información, padrinazgo, tesorero, secretario y hasta representante de servicios generales; y contrario a lo que pensaba al principio descubrí una nueva fuente de allegarme elementos para trabajar mi recuperación; aprendí que si bien el servicio con otros es sumamente importante para reducir mi ego, el principal servicio es conmigo mismo para no distraerme del objetivo individual trascendente de mi propia recuperación puesto que no puede transmitirse lo que no se tiene.

He ido aprendiendo y ejercitando el servicio con mi esposa, mis hijos, mi familia, mi trabajo y extenderlo con quienes convivo y me ínter relaciono, porque el servicio, para mí, no es una cuestión exclusiva dentro de AA.

“Obras son amores y no buenas razones”, y así tengo presente que mi fe sustentada en la demostración diaria que recibo de los milagros de Dios, al no consumir y ver los avances de mis compañeros, es una fe activa que no requiere de grandes elucubraciones mentales, ni el estudio de teorías teológicas, ni siquiera un dogma sino simple y sencillamente puedo tener fe en que el programa funciona para otros y ha funcionado en mí.

Recuerdo una ocasión en que me sentía muy alterado y ansioso, estaba muy cerca de mi Grupo de la Santa Cruz, y de pronto se me ocurrió que podía pasar a revisar las séptima porque tenía el servicio de tesorero; la verdad no me sentía de humor pero me bajé al grupo y cuando tuve que comenzar a concentrarme para contar la inmensa cantidad de monedas; sucedió que en el silencio del Grupo, de pronto, sentí una gran serenidad que crecía en la medida de cuantificar a cada moneda. Así pude vivir un milagro al hacer un servicio, que no era precisamente el que más me agradaba.

Hoy, además, recuerdo que Lolita siempre dice “compañerito hay que dar servicio y pasar a tribuna”, también hacer catarsis es hacerme un servicio y darlo a los demás.

Felices 24 horas de participación activa.

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