Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

24 MARZO

«ACTIVO, NO PASIVO»

“El ser humano debe pensar y actuar. No fue creado a la imagen de Dios para ser un autómata”.

— COMO LO VE BILL, p. 55

Antes de unirme a A.A. a menudo no reflexionaba sino que reaccionaba ante las situaciones y la gente. Cuando no reaccionaba, actuaba de una forma mecánica. Después de unirme a A.A. empecé a buscar una orientación diaria de un Poder superior a mí mismo, y a aprender a estar atento a esa orientación. Luego empecé a tomar decisiones y a llevarlas a cabo, en vez de reaccionar ante ellas. Los resultados han sido constructivos; ya no permito que otros tomen decisiones por mí y que luego me critiquen por ello.

Hoy —y todos los días— con el corazón lleno de gratitud y el deseo de que la voluntad de Dios se haga por medio de mí, mi vida es digna de compartir, especialmente con mis compañeros alcohólicos. Sobre todo, si yo no hago una religión de nada, ni siquiera de A.A., entonces puedo ser un cauce abierto para la expresión de Dios.

Del libro Reflexiones diarias
Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

Efectivamente vivía como autómata porque dentro de la actividad han existido diferentes periodos uno en que “beber era para divertirse”[…]; otro en que “beber era una cuestión de convivencia social” […]  aquel en que “beber era para desinhibirme y poder relacionarme con las mujeres”[…]; “beber era para relajarme por los problemas del trabajo, de la esposa, de la familia”[…]; en fin consumir por cualquier circunstancia que se relacione con mi egoísmo de querer que la vida sea como yo pretendo […].

La recuperación para mí consiste en que por estas veinticuatro horas sea un instrumento de Dios para actuar y pensar correctamente, en adecuación con la Voluntad de Dios, lo cual implica dar, practicar y vivir los Doce Pasos, un día a la vez, porque debo admitir que soy impotente ante la sustancia, ante cualquier tipo de control que pretenda ejercer y que soy ingobernable por lo que requiero que mi Poder Superior me devuelva el sano juicio, cuide de mi vida y mi voluntad; requiero inventariar mis defectos de carácter, comunicárselo a Dios y a otro ser humano, estar dispuesto y pedirle que elimine mis defectos de carácter; reconocer a quienes he dañado; reparar los daños; detectar, admitir y corregir; hacer oración y meditar para hacer contacto consciente con Dios; y aplicar todos estos principios espirituales no sólo dentro de AA, NA  y Grupos de Doce Pasos sino en todos los asuntos, ámbitos y áreas de mi vida.

Reconozco que en la actividad estaba muy alejado de la imagen y semejanza de Dios, primero porque no me amaba puesto que me dañaba continuamente con el consumo y con mis pensamientos y emociones negativos en los cuales buscaba, a cómo diera lugar, que las cosas fueran como yo quería, como yo deseaba, incluso cómo mis más locas fantasías. Tengo que admitir que muchas veces en lo profundo pensaba que “Dios fuera a mi semejanza” porque no le reconocía una autoridad práctica en el diario vivir; no le tenía fe  en lo cotidiano porque sólo cuando “se me ofrecía”, “cuando estaba en serios problemas”; “cuando quería evitar consecuencias”, “cuando entraba el arrepentimiento” me acordaba de Él, bueno mi creencia era que “para eso estaba”.

Efectivamente vivía como autómata porque dentro de la actividad han existido diferentes periodos uno en que “beber era para divertirse” (demuestra que no entendía lo que era alegría); otro en que “beber era una cuestión de convivencia social” (demuestra mi incapacidad para socializar); aquel en que “beber era para desinhibirme y poder relacionarme con las mujeres” (demuestra mi temor a la soledad”); “beber era para relajarme por los problemas del trabajo, de la esposa, de la familia” (demuestra mi necesidad de evasión porque mis pensamientos y emociones negativos son los que imperan); en fin consumir por cualquier circunstancia que se relacione con mi egoísmo de querer que la vida sea como yo pretendo, como yo imagino, como yo decido y que nada la contravenga ni nadie se contraponga.

Debo pensar y actuar pero de manera correcta, uniendo mi intención a la de mi Poder Superior, solicitando en todo momento conocer Su Voluntad y ser agraciado con la fortaleza para cumplirla; en principio me es fácil porque entiendo que la Voluntad de Dios es que no consuma y aunque me queda claro que también es su Voluntad que viva bien, aquí entra el trabajo de reducir mi ego para no pensar y sentir “que la Voluntad de Dios es que las cosas las logre sin esfuerzo”; “que todo se me facilite en la vida”; “que tenga abundancia económica (cómo yo la concibo)”; “que no tenga problemas ni diferencias con esposa, hijos, hermanos, jefes, amigos”; “que me permita siempre tener la razón”; y una serie de conceptos equivocados porque son “la reacción común que he tenido” y precisamente por la frustración de que el mundo no sea tal y cómo la veo yo, entonces es que nace esa idea de consumir para evadir y alimentar la fantasía “que el consumo proporciona”.

Si en el Segundo Paso he llegado a creer que solamente un Poder Superior puede devolverme el sano juicio, implica que me hago responsable de saber que puedo pensar adecuadamente con la ayuda de Dios, a través de la práctica del Programa, y por tanto no puedo evitar mi compromiso con el Poder Superior de pensar y actuar en consecuencia, y debo pedir siempre guía puesto que cuando suceden las dificultades y las aflicciones es muy fácil que yo reaccione, que tienda a los sentimientos de abatimiento, de odio, de revancha, de desquite, de depresión; y cuando acontecen sucesos favorables es fácil tender a la euforia, al triunfalismo personal, al olvido del agradecimiento, al engrandecimiento de los atributos personales, todo esto porque el vacío espiritual en que he vivido, lo turbio de mis pensamientos, la oscuridad de mis emociones han estado mucho tiempo presentes en mi vida.

Con el Programa, he aprendido realmente que al vivir conforme a lo que me sugieren los Doce Pasos y conforme a la experiencia positiva de mis compañeros es posible encontrar un insospechado recurso interior (conciencia, voz interior) y ahí he ubicado la parte divina que existe en mi espíritu para poder armonizar con Dios y entonces, actuando y pensando de la manera que no me dañe, que no dañe a nadie, que intente dar a cada quien lo que le corresponde, en fin vivir con honestidad, tolerancia y verdadero amor a Dios y a los semejantes estaré haciendo la Voluntad de Dios.

Felices 24 horas pensando y actuando en congruencia con Dios.

error: Content is protected !!