Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
27 ENERO
«LIBERADO DE LA CULPA»
En lo que respecta a otra gente, teníamos que eliminar la palabra “culpa” de nuestro vocabulario y de nuestros pensamientos.
— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 44
Cuando llego a estar dispuesto a aceptar mi propia impotencia, empiezo a darme cuenta de que el echarme a mí mismo la culpa de todos los problemas de mi vida puede ser una especie de engreimiento que me precipitaría nuevamente a la desesperación. El pedir ayuda y escuchar atentamente los mensajes inherentes en los Pasos y en las Tradiciones, hacen posible cambiar esas actitudes que retardan mi recuperación. Antes de unirme a A.A. tenía tal deseo de aprobación por parte de personas en posición de poder, que estaba dispuesto hasta sacrificarme a mí mismo y a otros para ganarme un puesto en el mundo. Invariablemente fracasaba. En el programa tengo verdaderos amigos que me aman, que me entienden, que se interesan en ayudarme a descubrir la verdad acerca de mí mismo. Con la ayuda de los Doce Pasos, yo estoy capacitado para construirme una mejor vida, libre de culpabilidad y de necesidad de autojustificación.
Del libro Reflexiones diarias
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He ido aprendiendo que no soy culpable pues ni siquiera tenía conciencia de mi enfermedad, de hecho más de una vez está inconsciencia fue alimentada por mi gran impotencia ante la sustancia y mi mayor ingobernabilidad de vida; ahora si bien no soy culpable, sí soy responsable.
Buen inicio de semana! La culpa fue uno de los grandes sentimientos negativos para que yo pudiera auto castigarme y auto sabotearme a tal grado que para poder “liberarme” entonces bebía, porque mis pensamientos y emociones negativos hacían que tuviera una serie de actos desastrosos y desventurados con atroces consecuencias que causaban daño y entonces a mí me hacían sufrir y esto md llevaba a sentir culpa. Entonces la culpa que me llenaba de angustia, tristeza, ira y desesperación hacían que galopara rápidamente toda mi ingobernabilidad y mi impotencia para vivir, luego entonces tenía que beber para sobrevivir.
La culpa es un sentimiento que me infrinjo a mí mismo porque permito tener esa emoción lastimera de mí, para hacerme creer que soy “el peor ser humano” y entonces “convertirme en víctima”, “pobre de mí”, “el ser más desafortunado”, “la persona a quién nadie quiere” y así sólo verme a mí. Incluso cuando pensaba en los daños y sufrimientos de los otros que me rodean me culpo por lo mal que me siento, no por cómo se sienten pues sigue siendo egoísmo puro.
He ido aprendiendo que no soy culpable pues ni siquiera tenía conciencia de mi enfermedad, de hecho más de una vez está inconsciencia fue alimentada por mi gran impotencia ante la sustancia y mi mayor ingobernabilidad de vida; ahora si bien no soy culpable, sí soy responsable y debo trabajar mi programa para que al dar cada uno de los Doce Pasos pueda ir aligerando mi carga y aprender a no sentir culpa, a aprender a no ser manipulado con la conmiseración, la ira, la frustración, la falta de sinceridad, la desconsideración y los temores de los demás y los míos propios.
La culpa es mi propio encadenamiento para vivir mal puesto que nada del exterior me daña tanto y aunque siempre pensé que los demás causaban mi culpa, hoy sé que el único que le da entrada soy yo mismo.
Le pido a Dios que me libere de la culpa por estas veinticuatro horas y que me guíe al sentido de cumplir con mi responsabilidad.
Felices 24 horas libre de culpa.