Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

29 JUNIO

«UN EFECTO DE ONDA»

Ya que habíamos aprendido a vivir con tanta felicidad, podríamos enseñar a todos los demás a hacer lo mismo… Sí, nosotros los A.A. teníamos estos sueños. Era natural que los tuviéramos, puesto que la mayoría de los alcohólicos somos idealistas en bancarrota… ¿Por qué no compartir nuestra manera de vivir con todo el mundo?

— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 151

El gran descubrimiento de la sobriedad me llevó a sentir la necesidad de divulgar las “buenas nuevas” al mundo a mi alrededor. Regresaron los grandiosos pensamientos de mis días de bebedor. Más tarde, me di cuenta de que concentrarme en mi propia recuperación era un proceso de plena dedicación. A medida que me iba convirtiendo en un ciudadano sobrio de este mundo, observaba un efecto de onda el cual, sin ningún esfuerzo consciente de mi parte, alcanzaba cualquier “entidad allegada o empresa ajena”, sin desviarme de mi propósito primordial de mantenerme sobrio y ayudar a otros alcohólicos a lograr la sobriedad.

Del libro Reflexiones diarias
Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

Ser altruista, filántropo, caritativo, en fin generoso con los demás es un alimento para mi espíritu y esto es algo para lo cual me preparan los Doce Pasos, pues es una manera muy eficiente y eficaz para reducir mi ego y ser responsable.

En el Libro Grande, en el Capítulo Undécimo, Una Visión Para Ti, viene este relato que para mí es muy alentador: “había tres alcohólicos en esa población que sentían que tenían que dar a otros lo que habían encontrado o de lo contrario se hundirían. … apareció un cuarto hombre… Resultó ser un joven al que no le importaba nada y cuyos padres no podían darse cuenta de si quería dejar de beber o no. Tuvo tres visitantes. Al poco rato de oírlos dijo: “La forma en que ustedes ponen la cosa espiritual tiene sentido. Estoy listo para entrar en tratos… Así se sumó uno más a la Comunidad. … Estos hombres habían encontrado algo completamente nuevo en la vida. Aunque sabían que tenían que ayudar a otros alcohólicos para permanecer sobrios, este motivo se volvió secundario. Fue superado por la felicidad que encontraron en darse a otros… Año y medio más tarde, estos tres habían tenido éxito con siete más. Como se veían muy a menudo, era rara la noche que no hubiese una pequeña reunión en casa de algunos de aquellos hombres y mujeres, felices por su liberación y pensando constantemente en cómo poder dar su nuevo descubrimiento al recién llegado.”

En esta parte del Libro Grande a mí me queda claro que se reitera el trabajo con otros como el objetivo primordial de la recuperación que es “mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad” y además me regala una nueva visión porque al realizar el trabajo de Paso Doce, al igual que esos tres primeros alcohólicos, encuentro la felicidad de tener un auténtico interés por los otros y un genuino amor por el prójimo, aunque al principio tenía un motivo muy egoísta que era mantener mi sobriedad porque si no comparto la dádiva recibida no puedo mantenerla; sin embargo al paso de las veinticuatro horas he podido ir aprendiendo a ser legítimamente altruista.

Sólo por hoy ofrecer y dar una atención desinteresada a los otros, a mi prójimo, aún cuando la actividad, la acción y/o la labor transgreda, limite, reduzca y ajuste mi propio beneficio es algo que he ido aprendiendo a practicar como un hábito de vida para poder reducir mi ego, ya que al intentar ser generoso, dadivoso, benévolo y bondadoso me dirijo del lado opuesto al egoísmo y me pongo en acción para que Dios elimine al padre de todos mis defectos de carácter. De lo que se trata es aspirar, probar y procurar vivir para servir pues de lo contrario no sirvo para vivir.

Gestionar y facilitar la felicidad de otros, comprendiéndolos, consolándolos, perdonándolos, en fin amándolos es algo que he ido ejercitando con mis compañeros y este aprendizaje, en el jardín de niños espiritual, me sirve para intentar hacerlo una realidad cotidiana en mi hogar, con mi esposa y con mis hijos, que en razón de estar tan cerca muchas veces no los veo y doy por sentado que están bien y que les doy mi apoyo, mi escucha y mi compañía, puesto que es precisamente con mi esposa y mi familia que se me complica más ser altruista y reducir mi egoísmo, mi egolatría, mi egocentrismo y mi egotismo.

La caridad es uno de los pilares de las relaciones interpersonales, y eso es algo que se ejercita y se encuentra en la felicidad de ayudar a otros, porque no se trata de sentir pesar o lástima por el otro sino que es un deseo sincero de ver y saber que está bien, de procurarle beneficio, de ayudarle en todo lo que pueda y de impulsarlo a crecer espiritualmente, sin pretender nada a cambio. En fin se trata de pensar y sentir benevolencia, de ponerme en acción y tener actos basados en mi creencia de la bondad y de la valía de los demás.

Así como los primeros tres alcohólicos que tuvieron la determinación de buscar a otros que estuvieran sufriendo es importante que yo le de una mano a los alcohólicos y/o adictos que aún están sufriendo porque quieren parar y dejar de beber y no encuentran la solución, así como aquellas personas menos afortunada o menos favorecidas, no sólo en lo material sino de manera muy especial a quienes se encuentran muy desprovistas espiritualmente, comenzando por escuchar sus problemas, compartirle mi experiencia de vida y transmitirle la esperanza de que sí existe una salida y que puede adquirir la fortaleza necesaria.

De ese primer encuentro de los Cofundadores, de su acción para sumar a Bill D. (tercer alcohólico) y continuar buscando, en el trigésimo aniversario de A.A. en la Convención Internacional 1965 surgió esta declaración que es una guía que me ayuda a pensar en los demás con ahínco: “Yo soy responsable, cuando cualquiera, dondequiera extienda su mano pidiendo ayuda, quiero que la mano de A.A. siempre esté allí, y por eso yo soy responsable.”
Ser altruista, filántropo, caritativo, en fin generoso con los demás es un alimento para mi espíritu y esto es algo para lo cual me preparan los Doce Pasos, pues es una manera muy eficiente y eficaz para reducir mi ego y ser responsable.

Felices 24 horas de determinación para las buenas causas.

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