Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
3 ABRIL
«ACEPTAR QUE SOMOS HUMANOS»
Finalmente llegamos a darnos cuenta de que el inven- tario debía ser el nuestro y no el de la otra persona. Así que admitimos nuestros errores honestamente y nos dispusimos a enmendarlos.
— COMO LO VE BILL, p. 222
¿Por qué el alcohólico es tan reacio a aceptar responsabilidades? Solía beber a causa de las cosas que otra gente me hacía. Una vez que entré a A.A. se me dijo que buscara en dónde me había equivocado.
¿Qué tenía yo que ver con todos estos asuntos? Cuando yo simplemente aceptaba que había tenido mi parte en ellos, pude ponerlo por escrito y verlo como era — cosas humanas.
No se espera que sea perfecto. Yo he cometido errores antes y los seguiré cometiendo. El ser honesto respecto a ellos me permite aceptarlos —y aceptarme a mí mismo— y a aquellos con quienes tenía diferencias; desde ahí, la recuperación está sólo a una corta distancia.
Del libro Reflexiones diarias
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La primera reacción que me viene cuando siguiendo el Libro Grande me preparo a trabajar en el Cuarto Paso, es que mi lista de resentimientos no debe ser muy grande; cuando comienzo me doy cuenta que la lista de resentimientos es amplia, que incluso haya varios que se repiten en las mismas personas, y que “todo lo que me han hecho” es la causa de que “yo esté mal”; incluso cuando listo mis temores, los coloco como causa de algo externo a mí. De esta forma es muy adictivo comenzar a hacer el inventario de todas las demás personas, de observar todos sus errores, todo aquello que hacen mal, todo el daño que “me causan y causan”, cómo son capaces de imbuir miedos para paralizarme y paralizar a otros, en fin no me cabe duda que “mi problema no soy yo sino los demás”.
Cuando recapacito tengo que recordar que el enunciado me dice que el inventario moral es de mí mismo, y el hecho de detectar y admitir mis resentimientos y mis temores, con que personas los tengo, que los causó real o imaginariamente, cómo podría haberlo evitado es para que corrija y pueda tener elementos claros para reconocer ante Dios y ante otro ser humano la naturaleza exacta de mis defectos de carácter para después solicitarle a mi Poder Superior que los elimine y me guíe a las cualidades, fortalezas y virtudes necesarias para actuar correctamente y hacer Su Voluntad.
El Cuarto Paso me permite hacer un ejercicio de completa honestidad, de absoluta sinceridad puesto que es un ejercicio y un trabajo conmigo mismo con nadie más, yo soy quien toma papel y lápiz para comenzar a escribir, y aunque mi enfermedad de la adicción me ha enseñado a ser un gran mentiroso e incluso a mentirme a mí mismo y llegar a creérmelo (no completamente como el mitómano), sé que al comenzar a escribir no tengo que quedar bien con nadie, no se trata de guardar apariencias, no se busca suavizar las consecuencias, no se tienen que usar eufemismos para hablar de mí o de los demás; en fin la verdadera idea de este auto análisis profundo es llegar a un mayor conocimiento de mí mismo con la finalidad e poder poner acción a lo que hay que cambiar de juicios y actitudes.
“Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, también.”; ”Por culpa de un clavo se callo la herradura, por culpa de la herradura se perdió un corcel, por culpa de un corcel no llego un mensaje y por culpa del mensaje que no llego se perdió la guerra” y otras muchas frases como éstas me ejemplifican la tendencia a justificar y culpar a otros, para no hacerme responsable de mis propios actos, para no hacerme responsable de mi forma de pensar, de sentir; para quedarme en una zona de confort y no hacer los cambios que requiero.
Se me olvida que “veo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”; que “apunto con un dedo a alguien cuando los otros tres apuntan hacia mí”; y que esto quiere decir que debo mirarme a mí mismo primero que nada; que debo revisar mis pensamientos, mis conductas, las consecuencias y efectos para saber qué es lo que he hecho y he estado haciendo mal, en que estoy equivocándome pues de otra forma no podré lograr el cambio profundo de personalidad que el Programa de recuperación me ofrece, y por esta razón es indispensable no saltarse ningún Paso, estudiarlos, practicarlos, ejercerlos y hacerlos parte de mi vida diaria; y en cuánto al Cuarto Paso saber que es necesario comenzar la liberación interior a través de enfrentarme a mí mismo con valor para encontrar mis emociones negativas, mis pensamientos erróneos, mis obsesiones, en fin para desmenuzar mi enfermedad de la adicción con todos sus componentes.
El guardar silencio me hiere y el hablar me sana; lo tengo claro porque estoy afectado de “no decir” (a [no] dicción [decir]) y precisamente esta incapacidad mía para transmitir lo que pienso y siento me ha causado mucha frustración, me llevado a consumir para “poder decir lo que pienso y siento”, me ha llevado a “tener valor” para actuar; y esta frustración, ira, temores hacen que mis palabras salgan chuecas y que mis actos sean de locura, por tanto nadie me entiende y me frustro más, porque precisamente busco comunicarme y obtengo como resultado todo lo contrario, es tanta mi ira, mi depresión, se aumenta mi abatimiento y mi frustración que me aíslo, buscando compañía equivocadamente, buscando comprensión momentánea, intentando demostrar mi sin razón.
Para cambiar tengo necesidad de revisarme, de aprender y practicar los principios espirituales que me regalan los Doce Pasos y todo el Programa; si cambio, lo importante es mi transformación profunda de personalidad para lograr un despertar espiritual y después continuar con mi progreso interno.
He fallado una y otra vez, me he levantado otras tantas y por eso puedo aspirar al éxito de la recuperación (sobriedad, limpieza, equilibrio emocional).
Felices 24 horas aceptando mis errores como ser humano.