Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
3 JUNIO
«EN ALAS Y EN UNA ORACIÓN»
… entonces pasamos al Sexto Paso. Hemos insistido en que la buena voluntad es indispensable.
— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 76
Los Pasos Cuatro y Cinco fueron difíciles pero valieron la pena. Ahora estaba atascado en el Paso Seis y, desesperado, tomé el Libro Grande y leí esta parte. Estaba afuera orando por lograr la buena voluntad, y al levantar la mirada vi una enorme ave ascendiendo hacia el cielo. La vi de repente entregarse a las poderosas corrientes de aire de la montaña. Arrastrada por el viento, abatiéndose y elevándose, el ave hizo cosas aparentemente imposibles. Fue un ejemplo inspirador de una criatura “dejándose llevar” por un poder superior a ella. Me di cuenta de que si el ave hubiera “tratado de recobrar los controles” y volar con menos confianza, usando sólo su fuerza, habría echado a perder su aparente vuelo libre. Este discernimiento me concedió la disposición de rezar la oración del Séptimo Paso.
No siempre es fácil reconocer la voluntad de Dios. Debo buscar y estar listo para aprovechar las corrientes de aire, y en esto me ayudan la oración y la meditación. Ya que yo, por mí mismo, soy nada, le pido a Dios que me haga conocer Su voluntad y me dé el poder y el valor para cumplirla hoy.
Del libro Reflexiones diarias
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Leemos atentamente los primeros cinco, preguntándonos si habremos olvidado algo, porque estamos a punto de construir un arco a través del cual vamos a pasar para encontrarnos afuera totalmente libres. ¿Nuestra labor, hasta este punto, ha sido buena? ¿Las piedras de nuestra construcción están bien colocadas ? ¿Intentamos fabricar cemento sin arena?
En el Capitulo VI, En Acción, del Libro Azul al referirse a la parte final del Quinto Paso cuando ya lo hemos ejecutado, realizado y/o practicado dice: “Es posible que en el pasado nosotros hayamos creído en algo o en alguien; ahora, sin embargo, vamos a comenzar a vivir una experiencia espiritual. A menudo tendremos la impresión de que el problema del alcohol ha desaparecido. Tenemos la sensación de estar finalmente sobre la Amplia Avenida, y de caminar de la mano con el Espíritu del Universo.
Al regresar a casa buscamos un lugar tranquilo donde podamos estar en paz una hora, al menos, y repasamos cuidadosamente lo que hicimos. Agradecemos a Dios con todo el corazón, porque Lo conocemos mejor. Tomamos este libro [Libro Grande] y lo abrimos en la página donde se encuentran los Doce Pasos del Programa. Leemos atentamente los primeros cinco, preguntándonos si habremos olvidado algo, porque estamos a punto de construir un arco a través del cual vamos a pasar para encontrarnos afuera totalmente libres. ¿Nuestra labor, hasta este punto, ha sido buena? ¿Las piedras de nuestra construcción están bien colocadas ? ¿Intentamos fabricar cemento sin arena?
Si estamos satisfechos con las respuestas, leemos lo que dice el Sexto Paso [pasamos al Sexto Paso]. Habíamos subrayado el hecho de que la buena voluntad es indispensable.
La sugerencia del Libro Azul me permite repasar, regresar y revisar mis defectos de carácter, tal como los escribí en el Cuarto Paso y de la forma en que los admití en el Quinto, así como me alienta a examinar los primeros cinco Pasos con la finalidad de que pueda corregir, enmendar, rectificar y subsanar cualquier deficiencia, carencia y escasez que pudiera existir en los Pasos que ya he dado.
Al leer el Libro Grande, en mi caso personal, consideré que inmediatamente después de dar el Quinto Paso dedo abordar el Sexto una vez que he leído el enunciado del Paso Uno al Cinco inclusive, me siento honestamente satisfecho con el trabajo que he hecho en cada uno y he complacida y favorablemente a las preguntas que me sugiere me plantee con auténtica sinceridad.
El Sexto Paso tiene como un elemento indispensable abordarlo con buena voluntad porque al ir avanzando, tengo la certeza y ya no me engaño, de que solamente Dios puede eliminar mis defectos de carácter, solamente Él me puede devolver el sano juicio, el Poder Superior es el único que me libera, un día ala vez, de mi enfermedad de la adicción, solamente el Espíritu del Universo es quien retira mi obsesión por seguir consumiendo.
Cuando leía que el Sexto Paso se encontraba en el Capítulo VI, En Acción, pensaba que se trataba de que “yo trabajara mis defectos de carácter” lo que significaba “que tenía que dejar de enojarme”, “que tenía que dejar de envidiar”, “que tenía que dejar de temer”, “que tenía que … y más que”, confundiendo que solamente Dios me puede eliminar mis defectos de carácter y que a mí me toca la acción de estar humildemente dispuesto y pedir al Poder Superior que me los elimine, en sus tiempos, sus momentos y de acuerdo a Su Voluntad no la mía.
El Sexto Paso me invita a tener muy claro mi inventario y por tanto la naturaleza exacta de mis defectos de carácter para poder estar en posibilidad de tener la sumisión, fidelidad y acatamiento de estar dispuesto a que sean eliminados y a pedir con total sinceridad, humildad, honestidad y honradez que Dios me los quite, pues de otra manera no sé ni a qué estoy dispuesto ni que es lo que deseo que se extirpe.
En mi experiencia personal para abordar el Sexto Paso hice la siguiente oración: “Querido Dios, estoy listo para recibir tu ayuda para librarme de los defectos de carácter de los cuales ahora me doy cuenta son un obstáculo en mi recuperación. Ayúdame a continuar siendo honesto conmigo mismo y guíame hacia la salud mental y espiritual.”
De esta manera ejercí mi decisión de pedir la honestidad, la mente abierta y la honestidad necesarias para con autenticidad, exactitud y veracidad tener la aptitud y la actitud indispensables para estar enteramente dispuesto a que Dios me liberase de mis defectos de carácter.
Felices 24 horas en alas y en una oración.