Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

7 ABRIL

«UN ANCHO ARCO DE GRATITUD»

Y, por mi parte y por la del Dr. Bob, afirmo con toda gratitud que, si no hubiera sido por nuestras esposas, Anne y Lois, ninguno de los dos podríamos haber vivido para ver los comienzos de A.A.

— COMO LO VE BILL, p. 67

¿Soy capaz de tan generoso tributo y gratitud para con mi esposa, padres y amigos, sin cuyo apoyo nunca hubiera sobrevivido para llegar a las puertas de A.A.? Yo trabajaré en esto y trataré de ver el plan que mi Poder Superior me está enseñando y que vincula nuestras vidas.

Del libro Reflexiones diarias
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Recuerdo que muchas veces mis padres me pedían que parara de beber, que lo controlara, que usara mi inteligencia, en fin de todas las formas posibles buscaban que encontrara el rumbo y parara con mi forma de beber; incluso recuerdo que mi padre me dijo “es más fácil abstenerse que controlar algo”; sin embargo yo pensaba que podía.

Desde entonces, a su manera, tuve el apoyo de mis hermanos por la serie de líos en que me metía, las broncas que les causaba, la agresión que les dirigía en muchas ocasiones, los resentimientos a flor de piel y culparlo de muchos de mis males; mis parejas tuvieron que soportar muchísimo y a mi esposa le ha tocado el vaivén de verme abstemio y en la actividad, lo último puso en descontrol a mis hijos y a mi esposa.

En la actividad pensaba que todo lo que me decían para que dejara de consumir era para hacerme sentirme mal, para remarcar mis errores, para hacer más grande las consecuencias de mis actos; inclusive porque tenían envidia de que yo pudiera llevar mi vida “tan libremente”, aunque muchas veces oí que yo vivía en el libertinaje.

Sin embargo, algo dentro de mí me hacía sentir y pensar que no estaba bien (cuando no conocía de mi enfermedad) y después sabiéndolo mi problema era la impotencia que yo creía poder controlar, entonces no tenía duda de mi problema pero mi fuerza de voluntad estaba totalmente nulificada y además había hecho a un lado a mi Poder Superior.

Dulcemente razonable he logrado caminar por la recuperación, un día a la vez y al avanzar con sinceridad agradezco a mis padres, mis hermanos, mis parejas, mis hijos, mi esposa, a mis compañeros que me permitan estar sobrio, sólo por hoy, ya que si no hubiera contado con su apoyo, con su ayuda, con su afecto, con su amor (con todo y codependencia) es seguro que me habría más a pique y seguramente no hubiera llegado nunca al Programa, mucho menos hubiera regresado y sería imposible estar en recuperación.

Cuando me molesto por las actitudes de alguna o algunas de estas personas, recuerdo lo que les he causado y agradezco su acompañamiento, así como he dejado de sentir culpa, pues cuando mi relación con cada uno se basaba en la culpa no había forma de sentirme digno ni de tener un equilibrio emocional para agradecer, reparar y servir.

Ahora lo que hago es que al comprender soy tolerante para ponerme en su lugar y aceptar que, si no lo han trabajado, seguramente hay por ahí algunos o muchos resentimientos que los atacan para contrarrestar el aprecio y el afecto que pueden o han podido tenerme; busco cambiar yo y que mi nueva forma de pensar y de actuar sean las que con la Voluntad de Dios me permitan recomponer estas relaciones y tener el momento de agradecerles directamente, cuando esto sea posible, o de mostrar mi agradecimiento al trabajar y servir a otros.

Ser agradecido con aquellos a quienes les he inflingido sufrimiento, dolor, malos momentos, decepción, tristeza e ira es una parte fundamental para mi recuperación. Hoy en especial doy gracias a mi esposa y a mis hijos que me han acompañado en el camino de recobrar la sobriedad y que me han ayudado para encaminarme a encontrar a Dios dentro de mi ser.

Felices 24 horas de un ancho arco de gratitud.

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