Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

7 AGOSTO

“UN DESIGNIO PARA VIVIR”

Por nuestra parte, nosotros hemos buscado la misma salida con toda la desesperación del hombre que se está ahogando. Lo que al principio parecía un endeble junquillo ha resultado ser la amante y poderosa mano de Dios. Se nos ha dado una vida nueva o si se prefiere “un plan para vivir” que resulta verdaderamente efectivo.

— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 28

Cada día trato de levantar mi corazón y mis manos en gratitud a Dios por enseñarme un “plan para vivir” que realmente funciona por medio de nuestra hermosa Comunidad. Pero, ¿qué es exactamente ese “plan para vivir” que “realmente funciona”? Para mí, es la práctica de los Doce Pasos lo mejor que pueda, la continua conciencia de un Dios que me ama incondicionalmente y la esperanza de que, cada día, hay un propósito para mi ser. Yo soy verdaderamente bendecido en la Comunidad.

Del libro Reflexiones diarias
Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

Tener una idea, un propósito y una aspiración para vivir, eso es lo que me otorga el Programa de recuperación para sustituirlo por mi manera de sobrevivir con base en una obsesión, un disparate y una abulia que me llevaban a la conclusión de consumir porque no sabía vivir sin la sustancia.

Un disparate, un despropósito y una insensatez constantes me llevaban a pensar que toda la incomprensión de la que estaba rodeado; que toda la carencia afectiva que experimentaba; que todo el fracaso personal, familiar, profesional y social; que todo mi enojo; que todo mi sufrimiento; que mi postura de víctima; que mi tristeza; que mi falta de amor; en fin que todos mis problemas materiales que todos mis problemas emocionales quedarían resueltos y satisfechos al beber, al adormecerme con los tranquilizantes, al tener sexo desvirtuado, al comprar lujos y comodidades, al hundirme en el autoengaño de pretender ser lo que no era, de tomar valor porque estaba lleno de temores, de buscar aprobación para sentirme pertenecer, de fingir constantemente y luchar encarnizadamente por disfrutar del consumo y que al mismo tiempo no se me notara que había consumido; en fin estar inmerso en una locura atormentada, ansiosa y agitada.

Estando en ese estado es de imaginarse la desmoralización y consternación que me invadía porque no encontraba una forma de parar con este círculo vicioso que implica sentir culpa, frustración, tristeza, vergüenza de mis actos y consumir para ahogar mis penas, que al perder la conciencia torno en triunfos que no son otra cosa que producto de mis mentiras y de mi fantasía que me hacen pregonar y hasta auto-creerme éxitos que son inexistentes, amores que nunca logré, afectos que nunca tuve y aciertos que siempre erré.

Entonces recibo el mensaje de que sí hay una forma de recuperarme y la esperanza inmensa que esto me proporciona. Así me identifico plenamente con esta parte del Libro Grande, Capítulo II, “Hay Una Solución”, que dice: “Por nuestra parte, nosotros buscamos el mismo resultado, con la energía desesperada de aquél que se va ahogar. Y aquello que en el inicio semejaba ser una pequeña vara hueca de la cual asirse, resultó ser la mano de Dios. Nos fue dada una vida nueva o, si se prefiere “un modo de vida”. El cual es verdaderamente eficaz para nosotros.”

Cuando me dicen que sí hay una solución, que el ejemplo vivo está en cada uno de mis compañeros que un día a la vez no han consumido; que por veinticuatro horas tienen un estilo de vida digno; que sólo por hoy tienen equilibrio emocional y esto les permite acercarse a ser útiles y felices, entonces no puedo dejar de preguntar ¿cómo le hicieron? e invariablemente recibí la respuesta de trabajando o haciendo los Doce Pasos porque en ellos existe un sencillo juego de herramientas espirituales para que yo lo recoja para ponerme en acción y así ir contrarrestando mi ego y pueda quedar habilitado para encontrar a mi Poder Superior y que Él me libere de la obsesión del consumo y me guíe a la armonía decidiendo poner mi voluntad y mi vida a Su cuidado.

Me parecía algo demasiado sencillo para mi situación desesperada y muy compleja; y nuevamente mis compañeros entraron a quitarme la duda al decirme “háztela simple” teniendo mente abierta para captar las sugerencias del Programa, buena voluntad para poner en práctica dichas sugerencias y sinceridad para expresar la realidad y la verdad de mi vida, ya que no hay ningún compañero que no me entienda y que no haga puente de comprensión puesto que hemos sufrido lo mismo solamente en diferentes escenarios.

Al fin, he aprendido que no se trata exclusivamente de un Programa de recuperación, en mi caso se trata de un Programa de Acción Para Vivir y De Mi Vida, que funciona, que es eficiente, que es eficaz y que hace milagros, pues se sustenta en la humildad de reconocer mi impotencia y mi ingobernabilidad para que Dios, como yo lo concibo, se haga cargo de aportar el poder y el gobierno a mi espíritu de esta manera en lo cotidiano tengo un claro designio para vivir y sereno un modo de vivir.

Felices 24 horas con un propósito de vivir bien.

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