Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
7 JUNIO
«ESPERANZA A LARGO PLAZO»
Puesto que la mayoría de nosotros nacemos con una abundancia de deseos naturales, no es de extrañar que a menudo les dejemos que se conviertan en exigencias que sobrepasan sus propósitos originales. Cuando nos impulsan ciegamente, o cuando exigimos voluntariosamente que nos den más satisfacciones o placeres de los que nos corresponden, este es el punto en el que nos desviamos del grado de perfección que Dios desea que alcancemos en esta tierra. Esta es la medida de nuestros defectos de carácter o, si prefieres, de nuestros pecados.
— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 62
Aquí nace la esperanza a largo plazo y se obtiene la perspectiva de la naturaleza de mi enfermedad y el camino de mi recuperación. La belleza de A.A. está en saber que mi vida irá mejorando con la ayuda de Dios. El viaje en A.A. se hace más fructífero, el conocimiento se convierte en verdad, los sueños se hacen realidad — y el hoy es para siempre.
Al entrar en la luz de A.A., mi corazón se llena de la presencia de Dios.
Del libro Reflexiones diarias
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Gran parte de mi problemática en la actividad era no querer lo que tengo y entonces dejarme guiar por todo aquello que iba en contra de la espiritualidad pues regía mi vida a través de la consecución de todo aquello del mundo material.
Al leer el Sexto Paso encuentro que cuando yo quiero que se cumplan mis deseos de deleite, gozo, euforia y agrado, cuando exijo tener las delicias, el éxtasis, el encanto y disfrute en demasía o exageración incluyendo en contra del orden, de la moralidad, de lo correcto voy en contra de la Voluntad de Dios y lo que busco imponer es mi propia voluntad, mis intenciones y la satisfacción de mis instintos por el simple hecho de buscar saborear el poder, el dinero, el sexo y alimentar a mi ego con la soberbia, la avaricia, la lujuria sin importarme mucho si para lograrlo dejo correr mi ira, mi gula, mi omisión (pereza) y aún logrando algo de esto seguir sintiendo envidia de los demás por todo lo que yo no tengo, lo que no hago y lo que no he logrado tener ni he logrado hacer. En realidad estoy siempre buscando tener lo que quiero y esto crea n descontento, una inconformidad, una insatisfacción, un enojo, una decepción y una frustración constantes.
Gran parte de mi problemática en la actividad era no querer lo que tengo y entonces dejarme guiar por todo aquello que iba en contra de la espiritualidad pues regía mi vida a través de la consecución de todo aquello del mundo material, pues incluso en el aspecto afectivo y amoroso lo que realmente buscaba era la satisfacción de la posibilidad del encuentro sexual o la alimentación de mi apetito por ser aceptado, reconocido y admirado.
En mi experiencia puedo darme cuenta que no sabia realmente valorar lo esencial de la vida como es la tranquilidad, la serenidad, la sinceridad, la tolerancia, el auténtico amor a mis semejantes y a Dios y por lo mismo no sabía disfrutar de lo bello que es el despertar y progresar en la vida interior, en el espíritu y con ello llegar al encuentro armonioso con Dios.
Me gusta mucho saber que hay un “grado de perfección que Dios desea para nosotros aquí en la tierra” y que por tanto Él sabe cuál es y yo solamente tengo que poner en acción los principios espirituales que me regalan los Doce Pasos ya que al hacerlos una práctica cotidiana en mi vida no tengo que presionarme por llegar “para el próximo jueves” a un estado de perfección o de un alto grado de espiritualidad, sino simplemente puedo aplicar mi Programa de veinticuatro horas para saber que sólo por hoy debo hacer lo mejor posible y que mi desarrollo espiritual se da un día a la vez. Esto sin duda que me da esperanza a largo plazo sin tener que pensar en ello sino simplemente concentrarme que aquí y ahora puedo estar enteramente dispuesto que Dios elimine mis defectos de carácter y me regale en el presente el grado de perfección que hoy toque para mí.
Felices 24 horas de esperanza de acercarme al grado de perfección que Dios desea para mi.