Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

9 JUNIO

«VIVIR EN EL PRESENTE»

Primero, tratamos de vivir en el momento presente para poder mantenernos sobrios. Y esto funciona. Una vez que esta idea se convierte en parte integrante de nuestra forma de pensar, nos damos cuenta de que vivir la vida dividida en trozos de 24 horas es una manera eficaz y satisfactoria de enfrentarnos con otros muchos asuntos.

— VIVIENDO SOBRIO, p. 23

“Un día a la vez”. Dichos como éste y otros pueden parecer ridículos a un recién llegado. Las “contraseñas” de la Comunidad de A.A. pueden ser líneas salvavidas en momentos de tensión. Cada día puede ser como un botón de rosa abriéndose de acuerdo al plan de un Poder superior a mí mismo. Mi programa debe ser plantado en el sitio apropiado, así como habrá que cuidarlo, alimentarlo y protegerlo de las enfermedades. El cultivo requerirá que sea paciente y que tenga en cuenta que algunas flores serán más perfectas que otras. Cada etapa de apertura de los pétalos puede brindar encanto y admiración si yo no interfiero ni dejo que mis esperanzas sobrepasen mi aceptación — y esto trae la serenidad.

El regalo del día de hoy es un amanecer a un sin número de oportunidades para avanzar espiritualmente y que eso tenga sus efectos en la parte material de mi vida (profesional, personal, afectiva, económica, social) y por eso debo abocarme y enfocarme en el instante que vivo porque de verdad no sé que va a suceder ni siquiera en el minuto siguiente.

En el libro Viviendo Sobrio he aprendido muchas sugerencias para comenzar a practicar el Programa, me ayuda a entenderlo y a poder irme adentrando en el punto de vista de otros enfermos de adicción, como yo, respecto a la forma de cómo le hicieron para ir trascendiendo asuntos concretos que las circunstancias de la vida me ponen.

Vivir en el presente es algo que yo no comprendía mucho, pues si bien podía entender que no tengo certeza del fututo, que ya lo pasado es pasado no me quedaba claro porque una enfermedad que tengo para siempre no debo atacarla para siempre estableciendo lo que no debo hacer.

El regalo del día de hoy es un amanecer a un sin número de oportunidades para avanzar espiritualmente y que eso tenga sus efectos en la parte material de mi vida (profesional, personal, afectiva, económica, social) y por eso debo abocarme y enfocarme en el instante que vivo porque de verdad no sé que va a suceder ni siquiera en el minuto siguiente.

Cuando escuché por primera vez que solamente no bebiera por veinticuatro horas realmente no entendía el significado de un Programa así, porque si me habían convencido que tenía una enfermedad consistente en una obsesión y en una alergia (compulsión) que no se cura, que es progresiva y por tanto no hay un solo momento del día ni un día en que no la tenga, para que buscaban engañarme con algo que es para toda la vida.

Con el tiempo entendí que la carga emocional y mental de pensar que nunca más volvería a tomar es causante de mucha ansiedad, en mi caso, y por tanto me hacía sentir una carga muy pesada de llevar y entonces la frustración podía fácilmente hacer su aparición y finalmente volverme a llevar a consumir.

Después pude entender que es mucho más fácil soltarle a Dios mi enfermedad, la aflicción, el fastidio, la incomodidad, el agobio, en fin el peso de mis emociones negativas, la obsesión, la malignidad, la desviación, el desequilibrio y la carga de mis pensamientos, y que al deshacerme del lastre solamente por un día a la vez, es más sencillo para mí dejar que mi Poder Superior actúe y así yo vuelvo a tomar el fardo de mi enfermedad cada noche al dormir para darle el flete al día siguiente al despertar a Dios.

De esta forma, en mi caso, aprendí a no tener que preocuparme por futurizar y pensar que haría al día siguiente sino simple y sencillamente abocarme a lo que acontece hoy y a lo que realizaré cada día, pues si algo está demostrado es que ni siquiera sé que voy a hacer dentro de cinco minutos exactamente, pues muchas veces en mi vida cuando me duele algo es muy común que diga “hace un rato no me dolía nada”, o cuando falla la computadora “estaba funcionando perfectamente”; o cuando se me borra algo que estoy trabajando “no sé que pasó, ni porque pasó, ni en qué momento hice algo”, siendo así a mí me queda claro que no puedo ser un hombre de planes a futuro sino que puedo ser un hombre de propósitos constructivos con base en la práctica de los Doce Pasos, de hecho dejar de futurizar me ha ayudado a evitar la frustración porque dejo de tener tantas expectativas.

Hay una contraseña en los grupos de A.A., N.A. y Grupos de Doce Pasos que dice “si quieres que Dios se ría, cuéntales tus proyectos” porque efectivamente en mí no está la capacidad de que algo realmente suceda en el futuro, lo que yo pongo es la acción en el presente para que lo que acumule espiritual, material, intelectual y emocionalmente me vaya sirviendo para afrontar y vivir cada día y así por periodos de un día a la vez.

Con el tiempo he ido aprendiendo, como dice el Paso Once, a tener una imaginación constructiva, pues ninguna casa puede construirse adecuadamente si no se planea, esto implica trabajar aquí y ahora, accionar para desarrollarme hoy y entones poder estar en aptitud de que como consecuencia de ello algo suceda.

Felices 24 horas de vivir en el presente.

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