Si eres del tipo de personas que llaman a su pareja 10 o más veces al día para saber dónde y con quién está, desconfías de lo que te dice, sospechas y temes constantemente que te sea infiel y te enfadas si sale sola con sus amistades, posees una conducta posesiva poco saludable.

Aunque muchas personas confunden o justifican este comportamiento con “un gran amor”, la realidad es que la posesividad no es más que una CLARA SEÑAL DE PERSONALIDAD INSEGURA y llena de temores. Así lo explica el doctor en psicología Daniel Georg Guttfreund.

“Si soy posesivo trato de controlar a los otros para que estén conmigo, para reasegurarme de que me quieren o que hagan lo que yo quiero. Quien tiene la necesidad de controlar es una persona insegura, que SE SIENTE INSATISFECHO CONSIGO MISMO”, explica el psicólogo, quien asocia una conducta posesiva con trastornos de personalidad dependiente.

“Este trastorno hace que una persona se aferre a otra por miedo a la separación. También puede ser alguien con un trastorno de personalidad narcisista, que es quien necesita ser el centro de atención y admiración constantemente. Cuando no se lo dan se siente altamente herido. La posesividad podría ser una combinación de ambos trastornos”, afirma Guttfreund. […]

La inseguridad que está detrás de un posesivo o posesiva es adquirida por lo general durante el proceso de sociabilización que vive en los primeros años de vida, explica Daniel Guttfreund.

“Si un niño tiene padres que NO le demuestran afecto, que NO celebran sus logros por muy pequeños que sean, y por el contrario le gritan y le pegan constantemente seguramente va a ser un niño desconfiado, con muchas dudas y miedos, y de adulto será inseguro y tal vez posesivo.”

El exceso de control en una relación de pareja desencadena en muchos casos en violencia. Ya sea esta física, sexual o psicológica. Las personas que han sufrido maltrato físico o sexual en la niñez o vida adulta experimentan mala salud con mayor frecuencia. Las víctimas de violencia están en mayor riesgo de padecer depresión, intentos de suicidio, lesiones físicas, síndrome de colon irritable, entre otros. […]

¿QUÉ HACER?

Guttfreund aconseja que lo primero que se debe hacer para sanar una personalidad controladora es reconocer que existe ese problema y estar consciente de las razones. Teniendo en cuenta que LA RAÍZ DE LA POSESIVIDAD ES LA INSEGURIDAD, se debe trabajar para tener una buena autoestima.

“La autoestima se puede fomentar haciendo cosas que le den satisfacción, que lo hagan sentirse mejor, mejorar su físico, realizando actividades donde se obtengan logros”, ejemplifica Guttfreund.

También es necesario que la persona posesiva tenga autocontrol y aprenda a confiar en los demás, poner de su parte para, por ejemplo, no llamar a su pareja más de tres veces al día. Otras recomendaciones son buscar ayuda espiritual, leer libros de autoayuda y si tiene las posibilidades puede consultar a un psicólogo.

“Lo esencial es entender que ser posesivo no es sano, es problemático y que hace daño a quien lo siente y a los que lo rodean”, concluye el psicólogo.

FUENTE: ElSavador.com

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