LAS ADICCIONES Y LOS CONFLICTOS EMOCIONALES

Las adicciones son MAMÁ, nos hablan de un conflicto con el amor maternal (real o simbólico), madre sobreprotectora o ausente en la mayoría de los casos, no recibo todo el amor que quiero o de la manera que quiero de mi madre. Antes que nada remarcar, que cuando hablamos de adicciones no hablamos de vicios, y que esta visión siempre será subjetiva, una persona no tiene porqué dejar de fumar, si lo hace en coherencia y paz y no es un conflicto para ella, no tendrá esa necesidad, pero quizás le sirva de información saber el para qué, en este caso de fumar. Una adicción marca una falta de algo anclada en el inconsciente, que el organismo compensa reclamando ya sea tabaco, alcohol o cualquier elemento adictivo, de forma que compense esa falta. Es adictivo porque cuando se termina, el organismo vuelve a tener la sensación de que le falta algo, y por lo tanto, vuelve a tener esa necesidad de volver a llenarse con un cigarrillo más, por ejemplo.

Si yo presento algún tipo de adicción ya sean drogas, alcohol, tabaco, tranquilizantes, etc, hay una necesidad consciente o inconsciente de que mi madre esté a mi lado para afrontar un reto. Es mi manera de solicitar ayuda de mamá, quiero que ella me vea “víctima”, porque sólo así me ayudará.

Y pueden ser cosas tan simples como afrontar mi adolescencia, salir adelante de un problema escolar o profesional. No hay edad., y por supuesto que mamá no está para mí siempre, o cuando menos, no es adivina. Por lo que si yo no expreso mis necesidades, para mi será más fácil afrontarlo todo con drogas.

Hay muchos tipos de adicciones, por ejemplo un niño que no se siente querido en su familia, pide amor, una y otra vez, pero no lo obtiene. Entonces, cuando el cerebro es incapaz de gestionar esa frustración, bascula la información al cuerpo, en este caso al sistema digestivo, que esperará amor, el azúcar es el símbolo de la dulzura, del amor, el alimento para el cerebro, y el niño trata de endulzar la vida, compensar esa sensación de falta de amor con chocolate.

Otro ejemplo sería el de un niño que se muerde las uñas, siente cólera hacia sus padres, una cólera irrefrenable. pero sin embargo, este niño no puede agredirles, porque entonces perdería su amor. El niño trata de impedirse una y otra vez ese sentimiento de agresión, y por ello se come las uñas, en un sentido de “yo me impido ser agresivo”, y mi cuerpo lo compensa con el acto de morderse las uñas.

La adicción al Sexo nos habla de conflictos de placer: No soy producto del amor, sino del placer. Buscaremos en su concepción y en su árbol genealógico historias de “pecado sexual”. Soy lo que quiso ser y no pudo mi (padre o madre) por el qué dirán.

La adicción al Trabajo: Demasiado estrés afectivo que me lleva a hacer “horas extras” para no sufrir esa carencia. Debo demostrar que mi vida es productiva, no fui deseado y ahora debo hacer mucho para que vean que mi vida valió la pena. Creencias limitantes como “el dinero se gana con el sudor de tu frente”, “a quien madruga Dios le ayuda”, “el dinero no crece en los árboles”.

Toda adicción evita el contacto con la emoción. Puede ser un sentimiento de vacío existencial, falta de amor, sentirse solo, desconexión con nuestro ser superior. Nuestra realidad nos hace sufrir y la adicción enmascara nuestro sufrimiento, de forma temporal para luego recrudecerlo. Necesidad de obtener amor o reconocimiento del otro (con raíz en los padres) ¿van a venir a ayudarme? ¿No ven que sufro?.

En ocasiones Transgeneracionales en los que la madre debió tomar medicamentos para no perder el embarazo, y se instaura la impronta de droga=vida. Las adicciones están en relación con lo no dicho (a-dicción) pero más precisamente con la falta de palabra (a-dicción también), la falta de verbo: No tengo la capacidad de llegar al Verbo, no quiero o no puedo experimentarlo, no quiero o no puedo decir, nombrar, no quiero arriesgar la palabra puesto que tengo miedo a fallar. Busco algo de afuera que tome el lugar de quien dirige mi vida, lo que soy en realidad mientras me evado experimentando con el exterior. Busco un vicio que gobierne por mi, me apoye, me ayude a tomar decisiones y tome la responsabilidad de mis errores, puesto que me desvalorizan y debo ser perfecto.

El Tabaco

El tabaquismo, está relacionado con conflictos de madre y territorio. Marco mi territorio con el humo y el gesto que realiza el fumador de aspirar con fuerza, es la necesidad inconsciente biológica de “Necesito aire, libertad”.

Conflictos del Tabaquismo: Necesito introducir en mí una atmósfera conocida, que me haga sentir seguro y me haga sentir acompañado (razón por la cual uno engorda cuando deja de fumar: protección).

Conflicto Edípico: Hay que matar a la madre para obtener el amor del padre. O hay que llegar al padre sin pasar por la madre (mala y asesina): ver historias de aborto en la madre aún después de nacido el que luego será fumador. Necesidad de una “muleta para funcionar”, para tener una experiencia de vida más intensa. No quiero que mi madre me quite la alegría de vivir. No tengo placer estando solo. Necesito compañía para sentir placer, el cigarro es la compañía que no juzga.

Resentir: “Me ahogo en esta situación/conversación/casa” “Me falta el aire, me falta libertad en mi territorio” “Me siento apartado del territorio, me siento apartado de mi madre”.”Me siento invadido en el territorio, invadido por mi madre”.

Los pulmones simbolizan la idea de libertad y comunicación, y las personas intentan crear esa libertad (que no tienen con su madre) y esa comunicación (que no tienen con su madre), fumando. Pero como esas creaciones no son reales, y como la persona ve que no logra ese real acercamiento materno, continúa fumando.

Fumar no es malo y no causa ninguna enfermedad, esas son “falsas creencias” ampliamente extendidas, pero si lo que buscas es una solución, mejor habla y arregla las cosas con tu madre. Y si vas a fumar, disfrútalo y hazlo con plena conciencia de que es un gusto tuyo.

Date cuenta de lo que realmente quieres y hazlo realidad. La verdadera comunicación solo puede ocurrir en un ambiente de claridad, y no rodeado por una cortina de humo.

Puede ser simbólico “tengo la impresión de ahogarme”. En mi casa hay aire suficiente para respirar, pero yo me ahogo simbólicamente. Y ¿qué hacemos? Voy a dar un paseo para respirar y fumarme un cigarrillo. El ambiente es tóxico, por tanto me voy fuera a respirar un poco. Aquí podemos ver la relación entre el tabaco y el cáncer de pulmón. No es el tabaco sino las circunstancias por las cuales estoy fumando. Si alguien fuma tranquilo, no desarrolla un cáncer. Si alguien fuma porque está nervioso agrava su situación.

Por tanto el conflicto de raíz: “me ahogo, necesito libertad, este ambiente tóxico en mi casa me mata”.

El alcohol

El alcoholismo, está frecuentemente relacionado con el deseo de huir de responsabilidades, si es una adicción buscaremos también la relación con la función materna. Con el deseo de seguir siendo el niño irresponsable y no ser castigado. O bien el miedo a afrontar situaciones negativas en el plano afectivo, por miedo a ser herido. Es mi forma de evadir el ser adulto responsable y a enfrentar mi vida.

El vino es aquello que honra a la tierra, la sangre de Cristo, contacta con uno mismo, te permite una comunión con el otro, una intimidad, fuerza para sostener tus emociones, te permite dejarte caer en el aquí y el ahora. En muchas ocasiones, las personas alcohólicas, fueron hijos no deseados, aunque haya sido por un segundo. Por lo tanto, aunque vivan un buen embarazo y sean hijos muy queridos, queda una emoción guardada en el inconsciente que le dice a la persona: tu padre, tu madre no te ama, todo el amor que te demuestra es falso. Por lo tanto, la persona busca hacerse daño y ser víctima para retar al padre o la madre a “que lo amen”.

Conflictos y resentires del alcoholismo: “¿De qué me sirve ser o hacer tal cosa, qué caso tiene?”, Rechazo de uno mismo. Sensación de inutilidad, futilidad, culpa e incapacidad.
No se llega al Padre si no es a través de la madre, pero no puedo aceptar su intransigencia.

Escapar a la realidad para construir una realidad propia, olvidar, “In vino veritas”, el vino dice la verdad: cuando las palabras de la persona son desvalorizadas permanentemente.

Deseo/Miedo vivenciado conflictivamente de querer reconciliar padre y madre.

Conflicto de drama familiar y de hogar destruido. Escape.

Creo soberbiamente que puedo controlarlo todo, hacerlo todo… pero no puedo, me quedo solo y el alcohol me hace compañía, necesito más compañía y bebo más alcohol. Quiero sacar a mi clan materno de la desesperanza.

Las drogas

Relacionadas con el sentimiento de sentirse alejado, separado o ignorado por mamá o papá, cada droga tiene también su significado sistémico. Es una manera de evadir la emoción de sentirse poco amado o poco importante para los padres. Es muy común que niños con madre o padre ausente caigan en drogas o tranquilizantes, porque esas sustancias los hacen evadir su “abandono”, que en muchas ocasiones no es físico. Pueden ser hijos de padres ricos o pobres, eso no importa, pero es un hecho que nunca están los padres en casa o bien, aunque están, ignoran a la persona. No hay una convivencia familiar fortalecida y entonces la persona, encuentra en las drogas, la manera de evadir ese dolor. Encontraremos situaciones tanto en la vida de la persona como en su árbol genealógico, de padres o madres “ausentes” real o simbólicamente.

También puede suceder que la persona tenía una hermosa vida familiar, pero por circunstancias profesionales, sentimentales o simplemente de la vida, se ha alejado de la familia y eso le duele, por lo tanto lo evade. Esa mujer cuyo marido trabaja todo el día y no le presta la mínima atención y cuando él está en casa la ignora. Ese hombre que vive para trabajar, que vive solo y que al llegar a casa sólo encuentra silencio.

Cocaína: Ayuda a manejar el odio para con el padre, a expresar lo que no me atrevo a expresar, puesto que la cocaína me deshinibe. Ilusión de un gran despertar que facilita la relación con los demás. Quiero recobrar mi pureza o aquello que ya no puedo generar más, como la admiración de los otros.

Marihuana: Ayuda a manejar una separación de pareja, y mi identidad o posición frente a esa separación. Droga del adolescente que se busca a sí mismo, que no sabe que vino a hacer sobre el planeta. Conflicto de identidad ¿Quién soy? ¿Quién es mi padre? El útero segrega una molécula que es captada por el huevo, la anandamina (un cannabinoide) administra la implantación del huevo. Si no lo hace, habrá un embarazo fallido. Esto nos lleva a un conflicto de elección ¿Elijo vivir, para qué?. La Marihuana nos devuelve a la tierra, arraiga, y así puedes dejarte llevar.

Haschish: Buscar Transgeneracionales ligados a asesinatos, guerras.
Heroína: Impresión de energía y gran optimismo ¿De quién no he sido el héroe? ¿A quién defraudé? Tengo toda la intención de ser un héroe, de defender aquello en lo que creo, de ser el mejor, pero no lo logro. Anula el instinto de agresión/violencia, por no matar a los demás, me mato yo. Buscar en el árbol historias de violencia.

Morfina: No soporto el sufrimiento, el dolor emocional en el que vivo.

Speed: Movimiento. Te permite actuar sin conciencia. Huída hacia delante.

LOS REMEDIOS NO CURAN LAS ENFERMEDADES DEL ALMA, DUERMEN EMOCIONES

YO FUI ADICTO.

Fernando Reyes.

Un adicto puede ser dependiente, ya sea emocional, física o fisiológicamente, dependiendo de las drogas usadas. Sus intensos deseos le conducen a conseguir por cualquier medio la droga. Satisfacer su deseo se convierte en la mayor prioridad del adicto, incluso al costo de perder todo aquello que alguna vez fue importante: empleo, hogar, amigos y familia.

La adicción a las drogas es una dependencia obsesiva a una droga legal o ilegal. Las drogas pueden incluir medicación prescrita, drogas ilegales y alcohol. Aunque un adicto puede usar más de una droga, usualmente esta persona tiene una «droga de preferencia»: su adicción más fuerte a vencer.

Pese a esto hay que saber diferenciar lo que es la dependencia de lo que puede llegar a ser un hábito.

Hábito: estado que resulta del consumo repetido de la droga. Existe el deseo de tomarla por el placer y el bienestar que produce, pero no es un deseo compulsivo. Posiblemente se puede presentar una tendencia a aumentar la dosis, pero el individuo es capaz de controlar su relación con ésta.

Dependencia: es la situación provocada por el consumo continuado de una droga (compulsivo), que obliga a seguir tomándola para sentir sus efectos psicofísicos o para cortar el malestar que supone su privación (síndrome de abstinencia).

La anomia del adicto, le promueve pobreza en la identidad, falta de límites, confusión y miedo respecto de la realidad que lo circunda, trastornos en el manejo de la agresión y perversión de los valores que guían el propio accionar.

Podríamos decir que la problemática del adicto se refleja en la falta de un proyecto de vida que le brinde o que esté sostenido por identificaciones. Esta falta la suplirá con la droga, pegándose a la etiqueta de «drogadicto», siendo ésta la única que lo representa.

La cotidiana realidad muestra que los adictos suelen padecer una amplia gama de trastornos psicológicos, como estados de ánimo negativo e irritabilidad, actitudes defensivas, pérdida de autoestima e intensos sentimientos de culpa.A pocos escapa que la adicción suele conllevar la aparición de multitud de síntomas físicos incluyendo trastornos del apetito, úlcera, insomnio, fatiga, más los trastornos físicos y enfermedades provocadas por cada sustancia en particular.Los adictos a drogas, con frecuencia se ven envueltos en agresiones, desorden público, conflictos raciales, marginación, etc. Y cuando se comienza a necesitar más a las drogas que a las otras personas, pueden arruinarse o destruirse las relaciones íntimas y perderse las amistades.En ese contexto se puede dejar de participar en el mundo, abandonar metas y planes, dejar de crecer como persona, no intentar resolver constructivamente los problemas y recurrir a más drogas como «solución».El abuso de las drogas puede también perjudicar a otros, dado que el dinero con que son pagadas las drogas puede privar a la familia de satisfacciones vitales como comida o ropa.

Así las cosas, la relación con la familia, amigos o pareja se altera, aparecen discusiones frecuentes, la comunicación se interrumpe, y hay pérdida de confianza, alejamiento y toda una secuela de alteraciones en la convivencia.Y como conseguir y usar la droga se ha vuelto casi más importante que ninguna otra cosa, los adictos se vuelven egoístas, y no les importa nadie más que ellos mismos.De la misma forma en que se comportaría el organismo cuando tiene sed o hambre al faltarle el agua o el alimento necesario, así se comporta el cerebro del adicto con respecto a la droga. El centro instintivo del cerebro es el que le avisa al adicto que necesita la sustancia con la que ha establecido una dependencia. Así surge el afán del adicto por satisfacer su deseo tan fuerte. De modo que el deseo de consumir droga es un mensaje urgente de supervivencia para el adicto (consume o muere).

El adicto no controla la droga. Es la droga la que controla al adicto. La droga altera el funcionamiento sistema nervioso central y produce cambios en los estados de ánimo y en el comportamiento normal de la persona.

Ninguna droga puede hacerse psicológicamente atractiva, sin que hayan ocurrido estos cambios físicos en la actividad celular del cerebro, los cuales- resultan de, y contribuyen a- el uso repetitivo y creciente de la sustancia.

El desequilibrio químico en el cerebro, que es la enfermedad como tal, lo causa la perdida creciente de neurotransmisores, sustancias químicas que nos provocan todo tipo de emociones. Los neurotransmisores se pierden porque la droga bloquea los receptores o los emisores que debieran recibirlos, y así impide que los neurotransmisores sean reasimilados por la célula que lo produjo. Esa mecánica constituye la parte biológica de la enfermedad.

Un dato interesante de saber es, que el efecto emocional intenso de la droga, no es resultado de la droga en sí, sino del exceso de neurotransmisores, que asaltan en mayor cantidad a las pocas neuronas que no están bloqueadas por la droga.

A nivel mental la enfermedad afecta de la siguiente manera: el cerebro no llega a percibir claramente la relación entre el consumo de la droga y las consecuencias negativas que le produce.

El cerebro racional se convence a si mismo de que es lógico responder a la necesidad de drogarse, porque la droga le causa enorme alivio de la ansiedad y de la angustia, además de que le borra todo sentido de culpa. Pero como aparte de eso, le produce tantas lagunas mentales en las que se reprime, o definitivamente se olvidan los comportamientos vergonzosos, la persona solo relaciona el recuerdo del consumo, con las memorias de placer y no con ninguno de los aspectos desagradables que le trae como resultado.

En fin que la locura del adicto no es lo que hace cuando esta bajo el efecto de la droga, sino el que nunca por sí mismo llegara a darse cuenta de que la droga es la causante de sus problemas.

La locura del adicto es el permiso que se dará una y otra vez de volver a consumir, a pesar de las claras evidencias de que su vida se esta deteriorando por culpa del consumo.

La parte mental de la enfermedad, consiste pues en un sofisticado sistema de autoengaño, de negación de la realidad y de justificación para volver una y otra vez al consumo.

El deterioro físico y moral se hace evidente con el paso del tiempo. Cuando la conciencia del adicto comienza a advertir que algo anda mal, ha generado para ese entonces tantos sentimientos de culpa y remordimientos, ya porque se ha hecho a si mismo y a otros, tantas promesas de controlar su adicción que terminan en rotundo fracaso, ya porque su conducta inmoral logre hacer que se odie a si mismo, que le asalta la inevitable angustia en la que siente que es mejor no haber nacido ni existido nunca. Es este el momento en el que toca el fondo emocional tan horrible en el que la vida pierde todo sentido; y si llegado a este punto, no se produce la intervención necesaria para salvarlo, la enfermedad puede llegar a ser fatal.
Los adictos buscan a personas que compartan sus valores y rituales relativas a la adicción que sufren. De esta manera se evita la incomodidad de confrontación o cuestionamiento y se refuerza la negación. El grupo de uso se convierte en un fuerte componente de la vida social de la persona. El comportamiento tribal separa a los adictos incluso de otros adictos considerados como realmente enfermos. Este aislamiento selectivo puede transformar mucho la psiquis de la persona quien encuentra apoyo a su estilo de vida adictivo, causando además conflictos familiares que pueden llegar a ser muy severos.

Las relaciones familiares se deterioran mientras proceso adictivo avanza. La codependencia resultante termina promoviendo el desarrollo de la adicción. Por otro lado el significado que la familia tiene en el bienestar emocional del adicto disminuye y el adicto invierte cada vez menos energía en las relaciones familiares y más en su grupo de uso.

CICLO PERSONAL DE ADICCION

Un adicto en el fondo es alguien que quiere ser consolado y al mismo tiempo se aisla de todos los demás.

LUDOPATIA
ADICTA AL SUFRIMIENTO
personalidad inmadura
CARACTERISTICAS DE PERSONAS ADICTAS
¿SUFRES UNA ADICCION?

¿PERCIBES ESTAS CONSECUENCIAS?:

¿De qué eres esclavo?
¿De las heridas que recibiste cuando eras pequeño?,
¿de lo que alguien más decidió que fueras?,
¿de una relación que no te satisface?,
¿de un trabajo que no disfrutas?,
¿de tus traumas de la infancia?,
¿del gobierno de tu país?
¿de la rutina de tu vida?
¡Ya libérate! ¡Tira ya ese costal que llevas en la espalda en el guardas el resentimiento, el rencor y la culpa. Deja ya de culpar a otros y a tu pasado por lo que no marcha bien en tu vida. Cada día tienes la oportunidad de empezar otra vez. Cada mañana, al abrir los ojos, naces de nuevo, recibes otra oportunidad para cambiar lo que no te gusta y para mejorar tu vida. La responsabilidad es toda tuya. Tu felicidad no depende de tus padres, de tu pareja, de tus amigos, de tu pasado, ni del gobierno, depende solo de ti.
¿Qué es lo que te tiene paralizado?, ¿el miedo al rechazo?, ¿al éxito?, ¿al fracaso?, ¿al que dirán?, ¿a la crítica?, ¿a cometer errores?, ¿a estar solo? ¡Rompe ya las cadenas que tu mismo te has impuesto! A lo único que le debes tener miedo es a no ser tú mismo, a dejar pasar tu vida sin hacer lo que quieres, a desaprovechar esta oportunidad de mostrarte a otros, de decir lo que piensas, de compartir lo que tienes. Tú eres parte de la vida y como todos, puedes caminar con la frente en alto. Los errores del pasado ya han sido olvidados y los errores del futuro serán perdonados. Date cuenta de que nadie lleva un registro de tus faltas, solo tú mismo. Ese juez que te reprocha, ese verdugo que te castiga, ese mal amigo que siempre te critica, ¡eres tú mismo!
Ya déjate en paz, ya perdónate, sólo tú puedes lograrlo.
¿Cuándo vas a demostrar tu amor a tus seres queridos?, ¿Cuándo te queden unos minutos de vida?, ¿Cuándo les queden a ellos unos minutos de vida? El amor que no demuestres hoy, se perderá para siempre. Recuerda que la vida es tan corta y tan frágil que no tenemos tiempo que perder en rencores y estúpidas discusiones. Hoy es el día de perdonar las ofensas del pasado y de arreglar las viejas rencillas. Entrégate a los que amas sin esperar cambiarlos, acéptalos tal como son y respeta el don más valioso que han recibido: Su libertad.
Disfruta de tus relaciones sin hacer dramas. Si pretendes que todos hagan lo que tú quieres o que sean como tú has decidido, si pretendes controlar a los que te rodean, llenarás tu vida de conflicto. Permite a otros que tomen sus propias decisiones como has de tomar las tuyas, tratando siempre de lograr lo que es mejor para todos. Así podrás llenar tu vida de armonía.
Y por último, ¿Qué estás esperando para empezar a disfrutar de tu vida? ¿Que se arreglen todos tus problemas?, ¿Que se te quiten todos tus traumas?, ¿Que por fin alguien reconozca tu valía?, ¿Que llegue el amor de tu vida?, ¿Que regrese el que se fue?, ¿Tener mucho dinero?, ¿Que todo te salga como tú quieres?, ¿Que se acabe la crisis económica?, ¿Que te suceda un milagro?, ¿Que por arte de magia todo sea hermoso y perfecto?
¡Despierta ya hermano!, ¡Despierta ya hermana!, ¡Esta es la vida!
La vida no es lo que sucede cuando todos tus planes se cumplen, ni lo que pasará cuando tengas eso que tanto deseas. La vida es lo que está pasando en este preciso instante. Tú vida en este momento es leer este párrafo, donde quiera que lo estés haciendo y con las circunstancias que te rodean ahora. En este momento tu corazón lleva sangre a todas las células de tu cuerpo y tus pulmones llevan oxígeno a donde se necesita. En este momento una fuerza suprema que no podemos comprender, te mantiene vivo y te permite, ver, pensar, expresarte, moverte, reír, ¡hasta llorar si quieres!
No te acostumbres a la vida, no te acostumbres a despertar todos los días y estar aburrido, o malhumorado, o preocupado. Abre tus ojos y agradece todas las bendiciones que puedes ver, agradece tu capacidad de oír el canto de los pájaros, tu música preferida, la risa de tus hijitos. Pon tus manos en tu pecho y siente tu corazón latir con fuerza diciéndote: “Estás vivo, estás vivo, estás vivo”.
Yo se que la vida no es perfecta, que está llena de situaciones difíciles. Tal vez, así es como se supone que sea. Tal vez por eso se te han brindado todas las herramientas que necesitas para enfrentarla: Una gran fortaleza que te permite soportar las pérdidas, la libertad de elegir como reaccionar ante lo que sucede, el amor y el apoyo de tus seres queridos. Se también que tú no eres perfecto, nadie lo es. Y sin embargo, millones de circunstancias se han reunido para que existas. Fuiste formado a partir de un diseño maravilloso y compartes con toda la humanidad sus virtudes y defectos. Así está escrito en tus genes, en los genes de todos los seres humanos que han existido y en todos los que existirán.
Tus pasiones, tus miedos, tus heridas, tus debilidades, tus secretos y tu agresión, los compartes con todos tus hermanos. ¡Bienvenido a la raza humana! Esos supuestos defectos son parte de tu libertad, parte de tu humanidad. Si te preguntas ¿Quién soy yo para decirte todo esto? Te contestaré que no soy nadie, soy simplemente una versión diferente de lo que tú eres. Otro ser humano más entre miles de millones, pero uno que ha decidido ser libre y recuperar todo el poder de su vida. Espero que tú también decidas hacerlo.
Tomado del libro: El Esclavo – Autor: Francisco J. Ángel Real
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ADICCION AFECTIVA
La adicción afectiva es una manera insana de relacionarse, muchos individuos se hacen adictos a las personas, pudiendo ser éstos familiares, amigos o pareja.El adicto afectivo experimenta síntomas similares a los que atraviesan los adictos al alcohol y a las drogas, en este caso el adicto afectivo convierte a sus seres queridos en sus drogas y necesita cada vez mas de ellos, incluso llegando a exponer su propia vida con tal de obtener su dosis de afecto y placer.El adicto afectivo siempre deseará más de la otra parte, experimentando grandes sobredosis afectivas, lo cual lo sacará de toda realidad, convirtiéndolo en obsesivo, celoso y controlador, además estará dispuesto a pagar cualquier precio con tal de evitar un abandono.Existen adictos afectivos que se encuentran en una relación donde son maltratados y traicionados, pero sin embargo no pueden vivir sin la otra parte; siempre encontrarán alguna excusa para no renunciar a su fuente de placer y esa, es la misma actitud que tiene el drogadicto: “aunque todos señalan que la droga hace daño, él, la sigue consumiendo… aunque todos le digan lo mal que le va en la relación el adicto afectivo será el último en enterarse”.Igualmente como en las demás adicciones al intentar alejarse del elemento adictivo, el paciente enfermo de adicción afectiva atravesará por el síndrome de abstinencia, experimentará en cada alejamiento de sus parejas o rupturas amorosas, grandes cuadros depresivos y ansiedad, igualmente insomnio o , alteración en los hábitos alimenticios y otras enfermedades de carácter psicosomático.El adicto afectivo, también tocará fondo como lo hace el alcohólico o el drogadicto; muchos de ellos con tal de mantenerse unidos a su fuente de placer, venderán todas sus pertenencias, perderán empleos, robarán, cometerán crímenes, se prostituirán, caerán presos, sufrirán accidentes y otros perderán la vida.Pero, ¿cuando se forma un adicto afectivo?..Todos los pacientes que padecen de adicción afectiva tienen algo en común y es que experimentaron algún tipo de abandono físico o emocional por parte de las personas que los tenían que cuidar en los primeros años de sus vidas. Algunos adictos afectivos crecieron en hogares donde existía todo tipo de comodidades, pero el cariño estaba ausente, otros en hogares donde los padres trabajaban mucho y se quedaban solos con la empleada o tía, las cuales les dedicaban poco tiempo y aprecio; otros vivieron en hogares disfuncionales donde el miedo constante a la separación y agresión era el pan de cada día. Estos vacíos experimentados harán que el adicto afectivo genere una obsesión por no quedarse solo, lo cual lo llevará a comportarse de una manera inadecuada en sus relaciones.ALERTA!La Dependencia afectiva o Co – Dependencia es una enfermedad que afecta a más del 90% de la población. Es una forma de vida que impide actuar o hacer lo que se quisiera, los adictos afectivos sienten vivir a medias, experimentan resentimientos, falta de confianza y conmiseración, constantemente se quejan de los demás mientras los otros se quejan de ellos. La forma que tienen para enfrentar las dificultades de la vida parecen ser inadecuadas. La co – dependencia conduce a la deterioración de la vida y aún a la muerte.LOS ADICTOS AFECTIVOS:Asignan una cantidad de tiempo desproporcionada, una atención y un valor “por encima de sí mismos” a la persona a la que son adictos.Tienen expectativas irreales hacia la otra persona que forma parte de la relación.Descuidan cuidarse o valorarse a sí mismos mientras están en la relación.Son capaces de soportar casi cualquier cosa con tal de no ser abandonados.Evitan dentro de la relación ser conocidos con el objeto de protegerse de la absorción y control de la otra persona (evitadores).Utilizan técnicas de distanciamiento para evitar el contacto íntimo (evitadores).Experimentan sentimientos de celos y se tornan posesivos.Experimentan sentimientos de inferioridad o tienden a ocultar estos sentimientos aparentando superioridad.Se echan la culpa o se sienten culpables cuando algo sucede.Son buscadores de la aprobación, sus actos tienen como objetivo agradar a los demás.Tienen escasa o ninguna vida social aparte del otro.No sienten otros intereses aparte de su relación.Esperan que una relación cambie sus vidas.Intentan cambiar al otro para que se adecue a su forma de vida.Ocultan sentimientos hasta que estallan en violencia.Se convierten en héroes, bufones y cuidadores de la vida de los demás.Cuando se separan de su fuente de placer pasan por el síndrome de abstinencia igual que en otro tipo de adicciones (temblor, perdida o aumento del apetito, perdida o aumento del sueño, ideas obsesivas, ansiedad, tristeza, deseos de obtener su fuente de placer a toda costa y por todos los medios posibles, enfermedades, entre otros)..
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La adicción es una enfermedad crónica que aparece gradualmente y permite a las personas adictas ajustarse a la enfermedad por un momento, siendo capaces de continuar funcionando aún con la enfermedad.
No están conscientes de que se están COMPENSANDO  Y ADAPTANDO a la enfermedad y que por un periodo serán  capaces de negar que están enfermos.
La distorsión del pensamiento se incrementa por el deterioro neurológico que desfigura la realidad, por la «pérdida de la memoria» creando lagunas mentales (black outs) por el efecto de la intoxicación en la percepción y memoria.
Este sistema psicopatológico forma el núcleo de la enfermedad adictiva en su parte psicológica. Se compone de una serie de creencias o mecanismos de defensa que son: la negación o autoengaño y otras distorsiones del pensamiento que en conjunto son conocidas como el Pensamiento Adictivo.
Negación o Autoengaño…
cuya función es la de separar al adicto de la conciencia que las consecuencias que la adicción tienen en su vida. De esta manera se reduce la ansiedad y además se protege el sistema adictivo, estableciéndose un equilibrio enfermo, del cual el adicto se mantiene atrapado, y que además es la razón por la que el adicto insiste en volver a usar aún después de una crisis.
Negación ….
La negación de la enfermedad es parte de la misma. La persona adicta es capaz de negar la existencia de la enfermedad porque en el nivel primario no hay problemas físicos ni de comportamiento, en el nivel medio los problemas no son asociados con el uso, y en el nivel crónico el pensamiento está deteriorado y el juicio distorsionado. La negación bloquea la motivación para recuperarse evadiendo la dolorosa realidad de una vida atrapada en un ciclo de dolor, de negación y de uso de alcohol y drogas, del cual parece no haber escape alguno.
Minimización:
Restarle importancia o significado a los eventos relacionados con las consecuencias de la adicción.
Racionalización:
Asignar una razón lógica a algo que no la tiene o que es por naturaleza irrazonable.
Justificación:
Justificar el uso en virtud de algo que ocurrió en el pasado o por la forma en que lo tratan o por cualquier otra condición existente en la vida del adicto.
Proyección:
Ver en los demás los problemas que el adicto está pasando en su propia realidad, de modo que puede culpabilizar a otros de su problema.
Futurización…
Salirse de la realidad presente y vivir en el futuro como una manera de no ponerse en contacto con su realidad presente.
Distorsiones del Pensamiento ….
propias de la adicción, que son generadas por las creencias adictivas. La función de estas distorsiones es producir sufrimiento de modo que se justifique el uso de sustancias o conductas adictivas para «aliviar» ese dolor de manera enferma. Sumadas a la negación y el autoengaño, estas distorsiones tienden a facilitar el proceso adictivo y despegan al adicto de la realidad de sus enfermedad.
Catastrofización:
Asignarle una categoría de catástrofe aún al mas leve inconveniente de la vida personal. Es una manera de auto-sabotearse el crecimiento con el fin de justificar finalmente el uso. El adicto desarrolla una visión catastrófica que lo coloca en una actitud de víctima frente al mundo.
Mortificación:
La preocupación constante ante cualquier problema hace de la vida cotidiana, una constante ansiedad y sufrimiento que se usan como justificativo para continuar el uso.
Rigidez:
Dificultad para abrir la mente y considerar otros puntos de vista. El adicto se aferra a sus percepciones con una fuerza tal, que puede hacer la comunicación muy difícil, sobre todo en el área del uso y el comportamiento adictivo.
Control:
El miedo es la emoción fundamental en la personalidad del adicto y para manejar ese miedo, que muchas veces es desproporcionado, el adicto desarrolla relaciones basadas en el control interpersonal.
Esto causa dolor en las relaciones y muchas veces termina produciendo violencia.
Pensamiento Blanco y Negro:
La incapacidad para ver los grises es muchas veces un fuerte componente de la mentalidad adictiva, dificultando la comprensión mutua y animando a los juicios severos.
Impaciencia e Intolerancia:
El adicto desarrolla una intolerancia marcada por situaciones que involucra incomodidad o es y más bien actúa por impulsividad siguiendo la regla de «quiero lo que quiero, cuando lo quiero y como lo quiero».
Soberbia y grandiosidad:
La personalidad del adicto “regresa” en cierta forma a la adolescencia, aflorando muchas veces conflictos no resueltos con la autoridad y, conducta de reto permanente. Esto se debe a una hipertrofia del ego como compensación al deterioro en la autoimagen que se produce por el impacto de la adicción en la vida de la persona.
Todas estas distorsiones provienen del sistema de creencias adictivo que conforman la raíz del desorden en el plano mental. Para poder recuperarse de la adicción es necesario detectar y cambiar dichas creencias adictiva
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la comida es mi dios, mi poder superior, mi estado de animo depende de ella
morderse las uñas
un acto compulsivo, repetitivo, que no puedes parar, pierdes el control
morderme las uñas ( comportamiento adictivo)
 

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