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REFLEXIONES DIARIAS AA 29 JULIO

    Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

    29 JULIO

    «REGALOS ANÓNIMOS DE BONDAD»

    Cuando éramos alcohólicos activos siempre estábamos pidiendo algo, en una u otra forma …

    — LAS DOCE TRADICIONES ILUSTRADAS, p. 14

    El desafío de la Séptima Tradición es un desafío personal, que me recuerda compartir y dar de mí mismo. Antes de lograr la sobriedad la única cosa que yo mantenía era mi hábito de beber. Ahora mis esfuerzos son una sonrisa, una palabra bondadosa y la bondad misma.

    Vi que yo tenía que soportar mi propia carga y permitir que mis nuevos amigos caminen conmigo porque por medio de la práctica de los Doce Pasos y las Doce Tradiciones, nunca lo pasé mejor.

    Del libro Reflexiones diarias
    Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

    En el inicio de la recuperación me sucede que muchas veces repito esta conducta en la cual sigo “pidiendo algo” sea en forma de: querer que mi esposa y mis hijos actúen como yo considero que es correcto; querer que los demás entiendan mis ideas y mi conducta; querer que me recompensen por lo bien que me estoy portando; querer tener materialmente más de lo que ya tengo; querer ser el mejor enfermo de adicción en recuperación; querer predicar el Programa en lugar de vivirlo; querer que con el estudio de la literatura baste para que cambie mi vida; querer que todo se arregle, según mi propio criterio.

    ¡Hola!; muy buen día. En el libro las Doce Tradiciones Ilustradas, al llegar a la Séptima Tradición se lee: “Cuando éramos alcohólicos activos siempre estábamos pidiendo algo, en una u otra forma…”, y efectivamente en la actividad yo pedía muchas cosas de forma insistente e inoportunamente todo lo contrario a ser dadivoso e incluso mis peticiones iban convirtiéndose en exigencias, y tengo que reconocer que incluso el dinero me sedujo y eso alimentó mi ego para continuar por el mal camino de la adicción activa.

    En el inicio de la recuperación me sucede que muchas veces repito esta conducta en la cual sigo “pidiendo algo” sea en forma de: querer que mi esposa y mis hijos actúen como yo considero que es correcto; querer que los demás entiendan mis ideas y mi conducta; querer que me recompensen por lo bien que me estoy portando; querer tener materialmente más de lo que ya tengo; querer ser el mejor enfermo de adicción en recuperación; querer predicar el Programa en lugar de vivirlo; querer que con el estudio de la literatura baste para que cambie mi vida; querer que todo se arregle, según mi propio criterio; etcétera.

    Disciplina, Aceptación y Responsabilidad en el diario accionar de mi Programa de recuperación, por periodos de veinticuatro horas, es la forma en que realmente puedo comenzar a dar de mi mismo, a ser generoso y combatir mi egoísmo mediante el ejercicio de disciplina y hábito constante de ser desprendido, dadivoso, magnánimo y bienhechor; a través de ejercer la aceptación de mis errores, mis limitaciones, mis debilidades, mis desviaciones, mis resentimientos, mis temores; así como, a ejercitar la responsabilidad de poner en práctica el hecho de dejarle mi obsesión por consumir a mi Poder Superior y que se haga cargo de mi enfermedad de la adicción junto con poner mi voluntad y mi vida a Su cuidado con la finalidad de tener una unicidad de objetivos, unicidad de finalidad, unicidad de propósito, unicidad de proyecto, unicidad de ánimo, unicidad de mi fuerza de voluntad y libre albedrío a su Voluntad.

    La glosa de los Doce Pasos así como la publicación de las Doce Tradiciones, derivadas y que representad Dos de los Legados que son Recuperación y Unidad, surgieron de la experiencia de miles de alcohólicos después de los primeros dieciocho años de A.A., antes solamente había existido el Libro Grande y la enumeración de los Pasos con su desarrollo en los Capítulos Quinto y Sexto, “Nuestro Programa” o “Cómo Funciona” y “En Acción “, así como muy especialmente el Capítulo VII, “Trabajando con los Demás” enteramente sobre el Paso Doce, que invariablemente a mí me lleva al Legado del Servicio y en el cual se comprende la Unidad y la Recuperación.

    Al principio mi experiencia fue que para mi recuperación individual los Doce Pasos me dan el sencillo “juego de herramientas espirituales” que se refiere el Capitulo II, “Hay Una Solución”, del Libro Grande; y las Doce Tradiciones me encaminan a aprender la forma de que se mantenga existente, subsista y se desarrolle la Comunidad de la recuperación, por lo que la mantenerse mi grupo, la oficina intergrupal, el distrito y así toda la estructura me voy beneficiando en mi propio camino de rehabilitación, rescate y mejoría; tanto los Pasos como las Tradiciones me dan las sugerencias necesarias para mi liberación espiritual y de esta manera poder tener un progreso que se vea reflejado en un cambio profundo de mi personalidad, de mis pensamientos y conductas, de mi incipiente estabilidad emocional, salvando mi vida y mi alma.

    Felices 24 horas de regalos anónimos de bondad.

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