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REFLEXIONES DIARIAS AA 27 JULIO

    Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

    27 JULIO

    «DAR LIBREMENTE»

    Haremos cualesquier sacrificios personales necesarios para asegurar la unidad de Alcohólicos Anónimos. Lo haremos porque hemos aprendido a amar a Dios y los unos a los otros.

    — A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, p. 234

    Ser automantenido por mis propias contribuciones nunca era uno de mis puntos fuertes durante mis días de alcohólico activo. Dar tiempo o dinero siempre tenía que llevar una etiqueta con precio.

    Como recién llegado se me dijo que “tenemos que darlo para mantenerlo”. Cuando empecé a adoptar los principios de Alcohólicos Anónimos en mi vida, muy pronto me di cuenta de que dar a la Comunidad como una expresión de la gratitud sentida en mi corazón es un privilegio. Mi amor a Dios y a otros se convirtió en el factor motivador de mi vida, sin ningún pensamiento de recompensa. Ahora me doy cuenta de que dar libremente es la manera en que Dios se expresa a través de mí.

    Del libro Reflexiones diarias
    Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

    Muchos de nosotros en nuestros días de bebedores [adictos] hemos sufrido los terribles castigos del orgullo y la ira como para olvidarlos ahora.

    En el libro A.A. Llega A Su Mayoría De Edad, en el Capítulo III, “Domingo a las Cuatro de la Tarde”, en la que se habla de los primeros veinte años de A.A. existe este párrafo que me hace reflexionar en lo importante de que mi recuperación personal se vea reflejada y ejercitada dentro de mi grupo, con la confianza de que no hay asunto que no pueda ser tratado y dialogado abierta y directamente bajo el signo de la honestidad que permite que los problemas que tienen solución ya no sean problemas y los que no la tienen sean un hecho mas siempre con la idea de que el bienestar común, la unidad y el servicio entre los compañeros es indispensable lo que se traduce en el respeto mutuo dentro de nuestra identificación como enfermos de adicción y nuestra diversidad como seres humanos. Así las cosas, observo lo importante de la experiencia adquirida por nuestra Comunidad al compartirme: “Muchos de nosotros en nuestros días de bebedores [adictos] hemos sufrido los terribles castigos del orgullo y la ira como para olvidarlos ahora.

    Estas penas han sido el comienzo de alguna sabiduría que, desde entonces, hemos incorporado a nuestras Doce Tradiciones. Por consiguiente, siento la confianza de que estas fuerzas de destrucción nunca prevalecerán entre nosotros.”

    Que importante es para mí, saber que estoy en la más democrática Comunidad que existe en nuestro mundo, no exenta de los errores y defectos que los seres humanos, como yo, podemos infringirle a cualquier organización; sin embargo, en mi experiencia dentro del Programa he podido vivir el hecho de que aún las situaciones más complejas siempre tienen una solución.

    El hecho de que existan circunstancias de diferencias de carácter; de formas de pensar; de maneras de ser; de sabelotodo; de “gurús”; de formas de practicar el programa; de maneras de utilizar la tribuna; de estilos para coordinar una junta; de lo ampuloso de las juntas de trabajo y de servicio; de lo espinoso de la mesa de servidores; de lo esquivo de la multiplicidad de servicios y en fin de todas esas cuestiones donde no ha acabado de reducirse mi ego total y absolutamente y dónde mis defectos de la pereza, de la crítica, del chismorreo, de la ira, del orgullo y del temor hacen su aparición se resuelven gracias a que mis compañeros ponen con humildad y autenticidad a Dios al principio de cada uno de sus actos, practican el código de nuestra Fraternidad que son la tolerancia y el amor, procuran el bienestar común al envanecimiento de la propia personalidad.

    Mis compañeros me han mostrado que los principios son los que importan y no las personalidades, me han mostrado con su ejemplo que la atracción puede más que la promoción y que en cada junta hacen un intento sincero de dejar su propia personalidad en la puerta del grupo, porque no hay compañeros más valiosos, y buscan compartir lo mejor de sí mismos, de cómo avanzan en su recuperación, de cuál es el plan de acción con el que viven cada uno de los pasos, en fin me ayudan al compartirme sus experiencias, fortalezas y esperanzas.

    Las veinticuatro horas que he podido vivir dentro del Programa, en grupos, en clínica, con terapeutas, con consultores, con compañeros, con mi padrino me han enseñado a tener una lealtad hacia mi grupo y hacia la Comunidad, a ser leal con cada uno de mis compañeros aún y cuando piense o se demuestre que él no es leal conmigo; he ido aprendiendo a no hablar a las espaldas de mis hermanos de sufrimiento; a no encararlos por sus posibles fallas, por su recaída o por lo que a mi parecer son sus errores, puesto que compete solamente a él compartirme si algo anda mal. Incluso me hago el firme propósito de no pensar mal de ningún compañero, en fin no es peor que yo y con sorpresa puedo descubrir, que sí es mejor que yo. Cuando al practicar los principios espirituales de los Doce Pasos en todos mis asuntos percibo y tengo la necesidad de hacer una sugerencia para encaminar y orientar a un compañero hacia un mejor estadio de situación y de vida, primero pido a Dios su inspiración y el don de la palabra poniendo de mi parte comprensión, bondad, indulgencia y generosidad; pidiendo a mi Poder Superior que elimine cualquier actitud de prepotencia, egocentrismo, de crítica y de racionalización. Sólo por hoy procuro no dar rienda suelta a la calumnia, al chisme, al descredito, a la maledicencia, a la insidia, ni a la crítica porque son absolutamente adversos a la tolerancia.

    Los Doce Pasos y las Doce Tradiciones que me capacitan para vivir los principios espirituales (valores morales positivos) del Programa de recuperación, me dan las herramientas para poder afirmar y confirmar que: “Estamos preparados para pagar el precio de la paz. Haremos todos los sacrificios personales necesarios para asegurar la unidad de Alcohólicos Anónimos. Y lo hacemos porque hemos aprendido a amar a Dios y a nuestros semejantes.”

    En mi caso personal, me aplico estas mismas sugerencias de buena voluntad y mente abierta con mis iguales enfermos de adicción sean de Narcóticos Anónimos, Neuróticos Anónimos, Drogadictos Anónimos, Jugadores Anónimos, Comedores Compulsivos Anónimos, Sexo Adictos Anónimos, Familias Anónimas, Adictos Anónimos a las Relaciones, Deudores Anónimos, Emociones Anónimos y cualquier Grupo de Doce Pasos, porque al hacerlo hago unidad con la inmensa Comunidad y Fraternidad de la recuperación y acciono en congruencia a que subsista y exista una solución para los adictos que aún están sufriendo antepongo los principios espirituales de la recuperación.

    Felices 24 horas de dar libremente.

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