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REFLEXIONES DIARIAS AA 24 JUNIO

    Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

    24 JUNIO

    «UN JARDÍN DE INFANCIA ESPIRITUAL»

    No dirigimos sino un jardín de infancia espiritual, en el que se hace posible a los borrachos superar la bebida y encontrar la gracia para vivir de mejor manera.

    — COMO LO VE BILL, p. 95

    Cuando llegué a A.A. estaba agotado por la botella y quería perder mi obsesión por la bebida, pero realmente no sabía cómo hacerlo. Decidí quedarme el tiempo suficiente para aprender de los que me habían precedido. ¡De repente estaba pensando en Dios! Se me dijo que encontrara un Poder Superior y yo no tenía idea de cómo sería éste. Descubrí que hay muchos Poderes Superiores. Se me dijo que encontrara a Dios como yo lo concibo, que en A.A. no había doctrina sobre la Divinidad. Encontré lo que me daba resultados y luego le pedí a ese Poder Superior que me devolviera mi sano juicio. Se me quitó la obsesión de beber y —un día a la vez— mi vida continúa y he aprendido a vivir sobrio.

    Del libro Reflexiones diarias
    Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

    Hoy puedo sentir vibrar dentro de mí, el insospechado recurso interior que me deja avanzar en el camino del progreso espiritual iniciando por el jardín de niños que me mostró la recuperación.

    Encontrar un Poder Superior es de lo primero, en adición a la enfermedad de la adicción, con que me identifico en el trabajo de los Pasos con los Agnósticos y Ateos, ayudándome a poder concebir a Dios a mi manera sin que necesariamente esto lo haga referente a opiniones religiosas, mas sí con el ánimo de iniciar una auténtica Vida Espiritual, como me lo marca en estos temas Tal Como la Ve Bill en su cápsula 95,“Un Jardín de Infancia Espiritual”, que textualmente dice: “No dirigimos sino un jardín de infancia espiritual, en el que se hace posible a los borrachos superar la bebida y encontrar la gracia para vivir de mejor manera. La teología de cada cual tiene que ser su propia búsqueda, su propio asunto”. [CARTA, 1954]
    “Cuando se estaba planeando el Libro Grande, hubo algunos que creían que debería ser cristiano en el sentido doctrinal. Otros no tenían ningún inconveniente en utilizar la palabra “Dios”, pero querían evitar las cuestiones doctrinales. Espiritualidad, sí. Religión, no. Otros deseaban un libro psicológico que atrajese a los alcohólicos. Una vez que llegasen, los alcohólicos podrían aceptar a Dios o no, según les pareciera.

    Para el resto de nosotros, esta era una propuesta algo escandalosa, pero afortunadamente la consideramos. Nuestra conciencia de grupo estaba trabajando para construir el libro más aceptable y eficaz posible.

    Cada una de las veces estaba entonando su papel apropiado. Nuestros ateos y agnósticos ampliaron la puerta de entrada para que todos los que sufrían, pudieran pasar por ella, sin importar su creencia, o falta de creencia.” [A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, págs. 171, 172, 175]

    Saber que estoy en el Jardín de Niños en materia emocional es algo que tuve que reconocer al admitir mi ingobernabilidad de mi Primer Paso, puesto que el hecho de padecer inmadurez emocional y por tanto no poder tener ningún tipo de manejo ni control de mis emociones negativas y a veces de las positivas me llevaba a consumir, sobre todo porque beber era una manera de evadirme a “un mundo feliz” que al final solamente era aparente y que dentro de la actividad y en la intoxicación me llevaba a hacer una serie de actos que no me atrevería a hacer abstemio mucho menos sobrio.

    El Segundo Paso donde llego a creer en un Poder Superior me da la posibilidad de saber que si yo no puedo controlar el consumo y por tanto no puedo controlar mi enfermedad de la adicción, sí existe una capacidad, energía, dominio y eficacia por encima de mí que puede hacerlo y puede hacerse cargo de mi enfermedad para devolverme una manera de pensar sana que sea el inicio para lograr comenzar mi jardín de niños en la vida espiritual.

    Voy aprendiendo, con la ayuda de Dios, la mejor manera de conducir mis emociones, buscar y mantener en equilibrio mis emociones como alcohólico y/o adicto, para poder reformar mi personalidad, construyendo y reafirmando mis cualidades y mis fortalezas, así como el manejo adecuado de mis características positivas y la eliminación de mis defectos de carácter que me impiden alcanzar mi máximo potencial individual y social, por ende que impiden mi bienestar físico, mental, emocional y espiritual.

    Al practicar el Programa, gracias a que mi Poder Superior me devuelve el sano juicio, y a que Dios cuida de mi voluntad y mi vida, así como elimina mis defectos de carácter voy adquiriendo autoconciencia, autoestima, autocontrol, empatía, dedicación, integridad habilidad para comunicar, pericia para iniciar y aceptar cambios, porque el Libro Grande me muestra que tendré un cambio profundo de personalidad, adquiriré un nuevo estado de conciencia y tendré un despertar espiritual con lo que podré gozar de una vida útil y feliz junto con las Doce Promesas.

    En la medida que voy dando mis primeros pasos en el aprendizaje de la vida espiritual y por tanto del jardín de niños y pre-primaria emocional voy adquiriendo, con la ayuda de Dios, la capacidad para reconocer mis propios sentimientos así como los ajenos y la habilidad para manejarlos, sabiendo que el control lo tiene Dios si estoy dispuesto a que se haga Su Voluntad.

    Sólo por hoy parto de la idea de que si Dios es quien se hace cargo de mi enfermedad de la adicción y es quien me retira la obsesión por consumir, de la misma manera es el único que puede darme la fortaleza y la guía para pasar los primeros grados del jardín de niños para llegar aunque sea a la pre-primaria de la madurez y con ello de la vida espiritual en busca de desarrollar mi inteligencia emocional.

    Un Día a la Vez dejo que Dios se sirva proveerme de las clases necesarias para poder aprender algo que desenvuelva mi inteligencia emocional y me permita progresar, poco a poco, en mi vida espiritual, pues tengo por cierto que mi inteligencia racional, mi coeficiente intelectual, mis grados académicos y mis conocimientos culturales no sirvieron ni sirven de nada para evitar y controlar la bebida, y mucho menos para suspender mi alcoholismo que era una forma de suicidio lento pero progresivo.

    Hoy puedo sentir vibrar dentro de mí, el insospechado recurso interior que me deja avanzar en el camino del progreso espiritual iniciando por el jardín de niños que me mostró la recuperación.

    Felices 24 horas de inicio en la vida espiritual.

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