Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
5 JUNIO
«¿COMPLETAMENTE LISTO?»
“Este es el Paso que separa los hombres de los niños” …la diferencia entre los niños y los hombres es la diferencia entre aquel que se esfuerza por alcanzar un objetivo marcado por él mismo y aquel que aspira alcanzar el objetivo perfecto que es el de Dios. Se sugiere que debemos llegar a estar enteramente dispuestos a aspirar alcanzar la perfección… Al decir “¡Nunca, jamás!” cerramos nuestra mente a la gracia de Dios… Este es el punto en el que abandonamos los objetivos limitados, y nos acercamos a la voluntad de Dios para con nosotros.
— DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 60, 65-66
¿Estoy completamente listo a que Dios me libere de estos defectos de carácter? ¿Reconozco por fin que yo no puedo salvarme por mí mismo? He llegado a creer que no puedo. Si soy incapaz, si mis mejores intenciones resultan mal, si mis deseos son motivados por mi egoísmo y si mi conocimiento y voluntad son limitados — entonces estoy listo a abrazar la voluntad de Dios para mi vida.
Del libro Reflexiones diarias
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Estar enteramente dispuestos es la actitud de buena voluntad y de mi intención firme y sincera por cumplir con los principios del Programa y actuar comprometiéndome para no buscar tácticas evasivas ni dilatorias que pongan obstáculos para que se eliminen mis defectos de carácter e incluso auto-engañarme con el hecho de que debo guardar y preservar ciertas actitudes y formas de ser porque me sirven en el mundo.
En la glosa del Sexto Paso, el mismo empieza con una oración muy contundente, porque al decir “Este es el Paso que separa los hombre de los niños” busca hacer que me enfrente a la realidad de mi inmadurez emocional y psicológica porque fundamentalmente me invita a poner en acción ¡un cambio auténtico! para alcanzar el objetivo de la sobriedad que en mi caso implica la abstinencia, el equilibrio emocional surgidos de una experiencia espiritual constante y de progreso para hacer la Voluntad de Dios.
Al defender mi ego y poner mi egoísmo en primer lugar, hago a un lado la posibilidad de que Dios actúe en mí y para mí porque decido soberbiamente que “yo tengo el poder” para determinar cuáles son los defectos que tengo y que se deben eliminar y cuáles no son defectos o que siéndolo son indispensables para sobrevivir en este mundo selvático de “la normalidad”, la cotidianidad e incluso de la recuperación.
Mi poder es bastante limitado porque mi propia historia me muestra todas las veces que no pude controlar consumir precisamente porque no podía manejar, erradicar, controlar y/o utilizar adecuadamente mis instintos y mis defectos de carácter, ya que aunados a mis emociones negativas y a mis pensamientos nefastos y “grandilocuentes” me llevaron a la ingobernabilidad de mi vida, a la pérdida de mi dignidad, el sentido común, la responsabilidad, la moral y la parte positiva de mi ser.
En mi caso, para dar el Sexto Paso no puedo dejar de aplicar el Tercer Paso de poner mi voluntad y mi vida al cuidado de Dios. Entonces si le dejo a Su cuidado no debe haber obstáculos para no estar con total firmeza, sinceridad, integridad, entrega, rectitud, lealtad y entereza preparado, listo, dispuesto y decidido a que Dios elimine mis fallas, insensateces, culpas, omisiones, desviaciones, errores y atrocidades de mi temperamento, forma de ser y mi carácter.
En el Cuarto y Quinto Pasos identifiqué y admití mis patrones y esquemas de pensamiento, sentimiento y conducta, vi la manera en que estos modelos y pautas han afectado mi vida y las de una buena parte de las personas que me han rodeado y me rodean. El Sexto Paso es más que tomar una acción difícil o desafiar una creencia atesorada. El mensaje es muy claro se trata de estar “enteramente dispuestos”.
Se trata de estar completamente preparado y listo para accionar, y precisamente haber terminado el Quinto Paso es una gran parte de esa preparación, ya que al detectar y admitir el defecto de carácter me puedo preguntar a mí mismo si estoy enteramente dispuesto a que se me elimine, la elección es mía.
Felices 24 horas completamente listo.
