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REFLEXIONES DIARIAS AA 8 JULIO

    Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

    8 JULIO

    «UNA LIBERTAD SIEMPRE CRECIENTE»

    En el Séptimo Paso efectuamos el cambio de actitud que nos permite, guiados por la humildad, salir de nosotros mismos hacia los demás y hacia Dios.

    — DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 73

    Cuando finalmente le pedí a Dios que me liberase de esas cosas que me estaban apartando de Él y de la luz solar del espíritu, me embarqué en el viaje más glorioso que me hubiera podido imaginar. Experimenté una liberación de aquellas características que me tenían envuelto en mí mismo. Debido a este Paso de humildad, hoy me siento limpio.

    Estoy especialmente consciente de este Paso porque ahora puedo ser útil a Dios y a mis compañeros. Sé que Él me ha concedido la fortaleza para hacer Su voluntad y me ha preparado para cualquier persona o cosa que se me presente hoy en mi camino. Verdaderamente estoy en Sus manos, y doy gracias por la alegría de poder ser útil hoy.

    Del libro Reflexiones diarias
    Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

    Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.

    El enunciado del Paso Siete dice: “Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos”: Entonces yo pensaba que se trababa exclusivamente de reconocer que tenía una serie de defectos de carácter derivado de mi inventario moral y de mi admisión (Cuarto y Quinto Paso), y sabiendo cuáles son dichos desperfectos, irregularidades, deterioros y desviaciones de mi personalidad – (una vez que estuve enteramente dispuesto) – única y exclusivamente tendría que pedir e implorar a Dios que los eliminara y extirpara.

    MI sorpresa es que al abordar el segundo párrafo del Séptimo Paso me encuentro con la contundente afirmación, nacida de la experiencia, de que sin humildad, no puede haber sobriedad, que para mantenerla debo incrementar mi humildad para poder estar en posibilidad de ser feliz; y si no tengo la suficiente, bastante y necesaria humildad no puedo ser útil para mí ni para los demás, así como en la adversidad no podré tener la fe necesaria para responder ante los imponderables de la vida.

    Se hace hincapié en que sin humildad no puedo vivir ni intentar practicar los Doce Pasos pues es su principio fundamental, y entonces recuerdo que en el Primer Paso, al referirse a mi debilidad ante el alcohol y/o la sustancia así como todas mis consecuencias derivadas de ello, dice: “Hasta que no la reconozca humildemente, su sobriedad, si acaso logra alguna, será muy precaria y no encontrará felicidad verdadera.”

    Así mismo, en el Segundo Paso me dice que para adquirir un fe que obra, una fe que es confianza, una fe que ayuda a enfrentar la realidad de la vida y sus problemas de índole puramente humano estamos “dispuestos a pagar lo que fuera por conseguir humildad.”, y que para evitar la autoconmiseración necesito de la humildad que implica aprender a verme en mi justa medida (Cuarto Paso), además de que es una cualidad indispensable para reconocer mi errores y desperfectos de personalidad, así como poder confiar y admitir mis defectos de carácter ante otro ser humano, lo que va aunado a que “Solamente ventilando nuestras vidas sin retener nada; solamente estando dispuestos a recibir consejos y a aceptar ser dirigidos, podremos ir por el camino de la debida manera de pensar, de la honradez sólida y de la humildad genuina.” (Quinto Paso).

    Al repasar estas sugerencias que me proponen los Doce Pasos, me doy cuenta de que el Paso Siete no se trata exclusivamente de pedir sino que implica que despliegue acción de mi parte para ir teniendo actos de humildad que me preparen a tener un cambio de juicios y actitudes que me pongan en posibilidad de solicitar que Dios elimine mis defectos de carácter, y precisamente para que se vayan eliminando debo poner buena voluntad y mente abierta para ejercer las cualidades que confronten a mis averías y deterioros de mi temperamento y personalidad.

    Entonces al comenzar a practicar la humildad voy en busca de ser tolerante, honrado, verdaderamente amoroso hacia Dios y hacia mis semejantes para que vaya mostrándose en lo cotidiano mi nueva consciencia y ese cambio profundo de personalidad derivado de aplicar los principios espirituales a que me invita todo el Programa de recuperación.

    En mi experiencia personal he podido observar y vivir la importancia de hacer énfasis en los Pasos Seis y Siete, que muchas veces son Pasos olvidados y que ponen en riesgo que se vaya mi obsesión por consumir y que no permiten que mi Poder Superior elimine lo que me afecta de mi carácter, de mis emociones negativas, de mi falta de espiritualidad porque me aferro a una actitud de soberbia pensando que yo puedo quitarme mi propios defectos, que yo puedo trabajar mis defectos, en fin que yo puedo controlarlos, siendo que en realidad estoy actuando de la misma manera que con la obsesión por consumir donde creía que yo tenía el poder y yo tenía el control. Sé que yo puedo trabajar en lo positivo para ser generoso, altruista, comprensivo, tolerante, amoroso y contrarrestar con ello mi egoísmo, mi egocentrismo, mi intolerancia, mi egolatría, mi egotismo, mi desconsideración con la finalidad de que la soberbia y autoconmiseración sean confrontados con los actos de humidad que puedo hacer.

    Es aquí donde he encontrado una gran ayuda en el Legado del Servicio porque me va entrenando para tener actos de humildad y poderla practicar con mis compañeros, en mi grupo y dentro de la Comunidad de la recuperación para poder hacerlo, poco a poco, en mi casa, con mi esposa, mis hijos, mi madre, mis hermanos y así en sociedad con quienes me rodean. De antemano sé que habrá ocasiones en que carezca totalmente de humildad mas para ello la importancia de saber que se trata de serlo un día a la vez, y muchas ocasiones por determinados momentos, de tal suerte que aprenda a vivir y dejar vivir sin querer imponer nada y aprendiendo a tener aceptación ante las vicisitudes de la existencia.

    En fin se trata de poner el ingrediente básico para tener humildad: “el deseo de hace la Voluntad de Dios.” (Séptimo Paso).

    Felices 24 horas de una libertad siempre creciente.

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