Saltar al contenido

REFLEXIONES DIARIAS AA 10 FEBRERO

    Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

    10 FEBRERO

    «YO NO DIRIJO EL ESPECTÁCULO»

    Cuando nos volvimos alcohólicos, aplastados por una crisis que nosotros mismos nos habíamos impuesto y que no podíamos posponer o evadir, tuvimos que encarar sin ningún temor el dilema de que Dios lo es todo o de otra manera Él no es nada. Dios es, o no es. ¿Qué íbamos a escoger?

    ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 53

    Hoy mi elección es Dios. Él es todo. Por esto estoy verdaderamente agradecido. Cuando pienso que estoy dirigiendo el espectáculo estoy separando a Dios de mi vida. Yo oro para poder recordar esto cuando me dejo atrapar en mi egoísmo. Lo más importante es que hoy yo esté deseoso de desarrollarme espiritualmente y que Dios sea todo. Cuando estaba tratando de dejar de beber por mi propia cuenta, nunca pude; con Dios y con A.A. está dando resultados. Esto parece ser un simple pensamiento para un alcohólico complicado.

    Del libro Reflexiones diarias
    Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

    Ser auténticamente generoso y comenzar a ser humilde para hacer a un lado el egoísmo y la soberbia me permiten no querer ser el director, el tramoyista, el guionista y el actor del escenario de la vida.

    En la actividad muchísimas veces yo fui el causante de mi propia desgracia, mi mal juicio y mi impotencia terminaban por vencer. Entonces rogaba a Dios que me librase de todas las consecuencias, juraba que no volvería a beber y/o cometer los mismos errores, incluso sarcásticamente llegué a decir: “si con la borrachera te ofendí, con la cruda me sales debiendo”.

    Mi inconsciencia y mi egoísmo sustentaban mi relación con Dios en que me ayudara a evitar cualquier problema, cualquier contratiempo, de hecho estaba seguro que precisamente los actos divinos consistían en liberar al hombre, como yo lo concebía, de su sufrimiento y de los malestares físicos, así como en prodigarle los elementos materiales necesarios.

    Al fin cuando las circunstancias de mi vida no me dieron más opción que definir si quería seguir consumiendo y sufriendo, seguir lastimando a todo aquel que me rodea, destruyendo cualquier cosa que yo o mis seres cercanos lograrán tuve necesidad de derrotarme y aceptar que sólo un acto de la Providencia podía remediarlo. Al hacerlo tuve que elegir si creía o no creía en Dios, tuve que definirme a mí mismo como sería ese Dios y comprender el concepto de lo que Dios es para mí, como Poder Superior, y de esta manera encontrar una solución a mi grave enfermedad.

    Efectivamente Dios es o no es, porque o lo es todo o no es nada, ya que si no acepto que Él es quien manda, pues evidentemente el que quiere mandar soy yo. Nada más que debo tener muy claro y presente, que siempre que yo tomé el volante choqué estrepitosamente.

    Los principios espirituales que sustentan mi programa de recuperación han logrado que, poco a poco, comprenda que si quiero realmente sanar mi espíritu no debe caber la duda de que Dios me devolverá el sano juicio y de que para hacerlo, una vez que he creído, debo avanzar en la fe para poner mi vida y mi voluntad a Su cuidado.

    Hago oración de agradecimiento por todo lo que me ha dado y me da, pido la guía para que me proporcione lo mejor para mi vida; y medito ensimismado y en movimiento para que con un mayor grado de conciencia pueda estar alerta para conocer Su Voluntad y estar dispuesto a cumplirla.

    Ser auténticamente generoso y comenzar a ser humilde para hacer a un lado el egoísmo y la soberbia me permiten no querer ser el director, el tramoyista, el guionista y el actor del escenario de la vida y reconocer que Dios es el Director, el Jefe y el Padre.

    Felices 24 horas bajo la dirección de Dios.

    error: Content is protected !!