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REFLEXIONES DIARIAS AA 13 FEBRERO

    Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

    13 FEBRERO

    «NO PODEMOS LOGRAR LA SOBRIEDAD SÓLO CON EL PENSAMIENTO»

    Al hombre o a la mujer intelectualmente autosuficientes, muchos A.A. les pueden decir: “Sí, éramos como tú — nos pasábamos de listos… Creíamos que podíamos flotar por encima del resto de la humanidad debido únicamente a nuestra capacidad cerebral».

    — COMO LO VE BILL, p. 60

    Ni el más brillante cerebro puede defendernos contra la enfermedad del alcoholismo. No puedo lograr mi sobriedad con el solo poder de mi pensamiento. Trato de tener presente que la inteligencia es un atributo dado por Dios que puedo aprovechar — una felicidad, como tener dotes para el baile o el dibujo o la carpintería. No hace que yo sea mejor que otra persona, y no es un instrumento de recuperación en que se pueda confiar mucho, porque es un poder superior a mí mismo el que me devolverá el sano juicio — y no un alto cociente de inteligencia ni un título de la universidad.

    Del libro Reflexiones diarias
    Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

    He apagado la linterna de mi propio pensamiento como fuente de solución a mi adicción, al control de mis emociones negativas y defectos de carácter, la experiencia repetida infinidad de veces se ha encargado de mostrarme que mi pensamiento no es la solución.

    Hasta el día de hoy, sólo por hoy y un día a la vez, No He Logrado Detener, ni Curarme de Ninguna Enfermedad, por más que me digan que con pensamientos positivos y repetitivos de bienestar lo voy a lograr.

    No es que la intención de tener pensamientos buenos y positivos no sirva, sino que si mi enfermedad fuera psicosomática, probablemente podría tener algún tipo de mejoría psicológica  siendo que estaría atacando el mal en su raíz subconsciente, porque esa enfermedad psicosomática no sería la enfermedad física que se ve sino la enfermedad que mental y emocionalmente me estaría causando de manera inconsciente.

    Sin embargo en lo que respecta a la enfermedad de la adicción, debo confesar que intenté todo, incluso pensar que llegando a un estado superior de conciencia, a través de la hipnosis, podía remediarlo, o que con un a voluntad férrea conjuntada con una gran inteligencia podría hacerlo, sobre todo si aprendía a conocer mi enfermedad.

    No es en balde que el Libro Grande diga que son muy pocos los casos en que se ha logrado una victoria en una batalla mano a mano con la sustancia, y mi experiencia personal (conocimiento empírico) me enseñó que no pude solo y que definitivamente la solución a mi problema fue adquirir un Poder Superior, aceptando mi locura y la necesidad de que Él me devuelva el sano juicio y que se encargue del cuidado de mi vida y mi voluntad.

    ¿Cómo es posible, qué teniendo un gran bagaje cultural, una inteligencia cognitiva, un coeficiente intelectual alto, no haya podido ni pueda controlar mis copas? Bueno, en principio porque tengo una alergia física que me pide que siga consumiendo (compulsión). Acaso alguien que es alérgico a las fresas cuando se pone mal lo detiene con su pensamiento o requiere de cortisona u otros medicamentos para aliviarlo de su mal y evitarle la muerte. Y, con toda seguridad, no podrá volver a comerlas. Entonces no hay forma posible de que yo logre vencer mi alergia, por más positivo, intenso y fuerte que sea mi pensamiento, mi autosugestión, mis decretos y demás.

    Si la inteligencia, mi fuerza de voluntad y las constantes enseñanzas de querer es poder no funcionan es en principio, para mí, porque mi inteligencia emocional no ha llegado más allá de preescolar (bebesaurio), padezco una inmadurez muy grande, en la que ir desarrollando el intelecto emotivo va a ser un curso lento, muy lento de santidad porque soy bastante lerdo en este aspecto.

    Una vez que admito que no tengo la inteligencia emocional para lidiar con esa serie de sentimientos que alborotan mis sensaciones, mis reacciones y acaban por invadir mi pensamiento de dudas, miedos, desplantes, cinismo, hipocresía, maldad e inmoralidad, una falta total de conciencia y de bien vivir, reconozco que no hay forma de que yo mismo encuentre la solución, bien dice el dicho que dos cabezas piensan más que una.

    En la actividad soy tan arrogante que pretendo yo solo encontrar todas las respuestas. No tengo el menor rasgo de humildad para pedir ayuda, una sugerencia o cuando pido una opinión o consejo no estoy dispuesto a aceptar lo que se me diga si no es lo que quiero escuchar. ¡Soberbia absoluta!

    Una vez que comencé a leer la glosa del Segundo Paso, voy sintiéndome reconfortado porque voy quitando todas aquellas defensas absurdas y barreras para comprender que nunca he podido solo, y que ahora es el momento de reconocer y aceptar que requiero la intervención de un Poder Superior, cómo quiera que sea o lo entienda, pero que es urgente pues de otra manera no hay quien me ayude con mi carga, además voy comprendiendo que no necesito darle la carga de la duración de toda mi vida, sino únicamente por veinticuatro horas, quizá haya momentos en que sea solamente por unos segundos, al fin y al cabo es un Poder Superior, que como yo lo concibo, tiene todos los mandatos, facultades, atribuciones y poderes sobre mí y mis circunstancias, porque se lo permito.

    Encender el switch de la espiritualidad para que fluya la energía del Poder Superior, que en mi caso es Dios, me ha resultado más fácil pues no tengo que preguntarme de dónde viene la energía que alimenta la espiritualidad, de donde viene el dominio, la capacidad, la eficacia del Poder Superior sino simplemente atestiguo que así sucede, al igual que cuando enciendo el apagador de la luz sin tener que entender qué es la electricidad ni tener que generar dicha electricidad yo mismo.

    He apagado la linterna de mi propio pensamiento como fuente de solución a mi adicción, al control de mis emociones negativas y defectos de carácter, la experiencia repetida infinidad de veces se ha encargado de mostrarme que mi pensamiento no es la solución, a diferencia de mi buena voluntad, sinceridad y mente abierta para dejar actuar a Dios.

    Felices 24 horas prendiendo el switch de la espiritualidad.

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