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REFLEXIONES DIARIAS AA 6 FEBRERO

    Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.

    6 FEBRERO

    «UN PUNTO DE CONVERGENCIA»

    Por lo tanto, el Segundo Paso es el punto de convergencia para todos nosotros. Tanto si somos ateos, agnósticos, o antiguos creyentes, podemos estar unidos en este Paso.

    — DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 31

    Yo siento que A.A. es un programa inspirado por Dios y que Dios está en todas las reuniones de A.A. Yo veo, creo y he llegado a saber que A.A. funciona, porque yo me he mantenido sobrio hoy. Asistiendo a una reunión de A.A. yo entrego mi vida a A.A. y a Dios. Si Dios está en mi corazón y en el de todos los demás, entonces yo soy parte de un todo y no soy único. Si Dios está en mi corazón y me habla a través de otra gente, entonces yo debo ser un canal de Dios para otra gente. Yo debo tratar de cumplir con Su voluntad viviendo conforme a principios espirituales y mi recompensa será el sano juicio y la sobriedad emocional.

    Del libro Reflexiones diarias
    Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.

    En las emociones negativas, en mis pensamientos erróneos y en mi obsesión por querer controlar mi vida, a las personas, las cosas y a la sustancia, es que se encuentra el cimiento de mi enfermedad adictiva

    ¡Hola!; buen día. El puente de comprensión que se da dentro de AA, NA o los grupos de Doce Pasos, en mi caso, primero lo encuentro en la narración de la forma en que he consumido, por mi compulsión y sus devastadoras consecuencias; después, con más cuidado, observo que me identifico por mis emociones negativas, mi obsesión de querer controlar y mi errónea manera de pensar.

    En el Primer Paso es muy fácil la empatía con mis compañeros porque la clase de excesos, de tonterías y de situaciones que he realizado intoxicado son muy parecidas, solamente ha cambiado el escenario; esta parte es la que con mayor facilidad voy admitiendo porque se sustenta y se alimenta de esta serie de actos sin razón (falta de sano juicio) y por las consecuencias que he vivido (violencia física, verbal, agresividad, pérdida de la moralidad, inconsciencia total). Después, aunque me voy identificando, me va costando más trabajo, aceptar mi igualdad en la ingobernabilidad, puesto que al principio no hay duda que pensé que de lo que se trataba era únicamente de dejar de consumir. Así las cosas la ingobernabilidad de mi vida va encontrando eco en la de mis propios compañeros, lo que no me deja lugar a duda para aceptar que aquí, en estas emociones negativas, en mis pensamientos erróneos y en mi obsesión por querer controlar mi vida, a las personas, las cosas y a la sustancia es que se encuentra el cimento de mi enfermedad adictiva.

    Impotencia es la palabra con la que yo me identifico con cada uno de mis compañeros, que me han precedido o que vienen después de mí; Ingobernabilidad es mi forma de actuar que detecto en cada alcohólico, adicto y/o enfermo de sus emociones pues no tengo el control sobre ellas y estos sentimientos y emociones me gobiernan. Poder Superior es algo que todo alcohólico, adicto y/o enfermo de sus emociones debe encontrar, para eso está hecho el programa, y en este punto llego a converger con todos mis compañeros, pues de otra forma no hay manera de practicar el programa, pues es indispensable que mi rendición implique mi aceptación de que soy “falto de poder” y que por eso requiero de algo o alguien que “Si Pueda” lo que yo no he podido, no puedo ni podré, y por tanto tiene una capacidad, un dominio, una energía y una eficacia (Poder) que está arriba por encima de mí, inclusive de otra persona (Superior).

    Este Poder Superior, de pronto lo descubro dentro de cada uno de mis compañeros. Me habla a través de ellos, me enseña con el ejemplo de la modificación y mejora de la vida de cada uno de mis iguales alcohólicos, adictos y/o enfermos de emociones negativas, descubro que efectivamente estamos hechos a imagen y semejanza de la divinidad, y que muy eficazmente se instaló dentro de una parte de nuestro espíritu, que por eso puedo ser un conducto de su paz, un instrumento para llevar consuelo, comprensión y amor, y de la misma forma cada uno de mis compañeros, incluso de los seres humanos con quienes trato, es uno con Dios (si lo dejan actuar) y por tanto puede transmitirme cuál es la Voluntad de Él. Así es como descubro que somos uno, y de ahí el legado importantísimo de la unidad.

    No siempre estaré en unicidad de objetivos ni en armonía con Dios, mas debo tratar de restablecerlo y mantenerlo, pues si hago un hábito de comunicarme de corazón a corazón con Dios estaré buscando el contacto consciente con Él utilizando la oración y meditación, para así conocer y Su Voluntad.

    Yo soy ferviente en expresar, como creo que a su manera lo expresará cada compañero:
    ¡Dios, hágase en mí y a través de mi Tu Voluntad!

    Felices 24 horas.

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