Esas viejas angustias
Puede ser que ya no procedas las causas de nuestras viejas angustias. Sin embargo, la conducta de comer en forma compulsiva atrae de nuevo esas angustias con fuerza. Puede ser que nuestro peso sea normal, pero nunca estamos a salvo del peligro de una desintegraciĂ³n de la personalidad provocada por una recaĂda, aun breve, en los hĂ¡bitos de comer compulsivos.
Si hemos de conservar nuestra cordura y sobriedad, debemos seguir absteniĂ©ndonos por completo de todos los patrones de pensamiento y de conducta asociados con la compulsiĂ³n de comer. Nos hemos vuelto gente nueva. Diariamente nos vamos haciendo mĂ¡s fuertes y nos vamos liberando de viejos miedos y ansiedades. La nueva conducta que nos da esta libertad es la abstinencia. Sin la abstinencia, una vez mĂ¡s estarĂamos abrumados e incapacitados por una angustia y un miedo irracionales.
Estar vivo es experimentar cierta dosis de ansiedad. Nunca estaremos completamente libres de todo miedo. Sin embargo, mientras conservemos la abstinencia y nos apoyemos en nuestro Poder Superior en vez de en nosotros mismos, se nos darĂ¡n la confianza y la serenidad que necesitamos.
Te entrego a Ti mis angustias.