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LDA 1 MARZO

    Deja ir la ira

    En la recuperación, a menudo discutimos objetivamente acerca de la ira.
    Sí, razonamos, ésta es una emoción que todos tendemos a experimentar.
    Sí, la meta en la recuperación es liberarse del resentimiento y de la ira.
    Sí, está bien sentir enojo, estamos de acuerdo. Bueno, quién sabe…

    La ira es una emoción poderosa y a veces atemorizante. También es beneficiosa si no le permitimos que se endurezca hasta convertirse en resentimiento o utilizarla como un mazo demoledor para castigar a la gente o para abusar de ella.
    La ira es una señal de advertencia. Señala los problemas.
    A veces, señala problemas que necesitamos resolver.
    A veces, señala límites que necesitamos fijar.
    A veces, es el estallido final de energía antes de que nos entre la aceptación o el dejar ir.
    Y, en ocasiones, la ira simplemente es. No necesita justificarse.
    Por lo general no se puede confiar en un pulcro envoltorio. Y no es necesario que ésta nos asfixie a nosotros o a nuestra energía.

    No tenemos que sentirnos culpables cada vez que experimentemos ira. No tenemos que sentirnos culpables.
    Inhala profundamente. Podemos, sin vergüenza, sentir todos nuestros sentimientos, incluyendo la ira, y seguir asumiendo la responsabilidad de nuestra conducta.


    “Hoy sentiré y liberaré cualquier sentimiento de ira que tenga. Puedo hacerlo de manera adecuada y segura”.

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