Inicia relaciones
Frecuentemente podemos aprender mucho acerca de nosotros mismos de la gente a quien atraemos.
A medida que progresamos en la recuperación, aprendemos que ya no podemos seguir estableciendo relaciones únicamente sobre la base de atracción. Aprendemos a ser pacientes, a permitirnos tomar en cuenta hechos importantes y a procesar información acerca de esa nueva persona.
Por lo que estamos esforzĆ”ndonos en la recuperación es por tener una atracción sana con la gente. Nos permitimos ser atraĆdos por gente que ya es, no por su potencial o por lo que tenemos la esperanza de que sea.
Entre mƔs trabajemos los asuntos relacionados con nuestra familia de origen, descubriremos que vamos necesitando trabajar menos esas mismas cuestiones con la gente que nos atrae. Resolver nuestros asuntos del pasado nos ayuda a formar nuevas y mƔs sanas relaciones. Entre mƔs superamos nuestra necesidad de cuidar en exceso a los demƔs, descubriremos que nos atrae menos la gente que necesita que la estƩn cuidando constantemente.
Entre mĆ”s aprendemos a amarnos y a respetarnos, mĆ”s nos veremos atraĆdos por gente que nos amarĆ” y respetarĆ” y a quien podremos amar y respetar, sin peligro.
Este es un proceso lento. Necesitamos ser pacientes con nosotros mismos. El tipo de personas que descubrimos que nos atrae no cambia de la noche a la maƱana. Ser atraĆdos por gente disfuncional es algo que sigue sucediendo ya bien adentrados en la recuperación. Eso no significa que debamos permitirnos que eso nos controle. El hecho es que iniciaremos y mantendremos relaciones con la gente con la que son disfuncionales.
No importa con quien nos estamos relacionando y que descubramos que esta ocurriendo en la relación, el asunto sigue siendo nuestro, y no de la otra persona. Esa es la médula, la esperanza y el poder de recuperación.
Podemos aprender a cuidar de nosotros mismos durante el proceso de iniciar y establecer relaciones.
Podemos aprender a ir despacio.
Podemos aprender a poner atención. Podemos permitirnos cometer errores, aunque ahora ya sepamos mejor como comportarnos
Podemos dejar de echarle la culpa de nuestras relaciones a Dios y empezar a asumir la responsabilidad de ellas. Podemos aprender a disfrutar de las relaciones sanas y apartarnos mas rƔpido de las de las que son disfuncionales.
Podemos aprender a ver lo que nos conviene, en vez de lo que le conviene a la otra persona.
āDios mĆo, ayĆŗdame a prestar atención a mis conductas durante el proceso de iniciar relaciones. AyĆŗdame a asumir la responsabilidad que tengo para conmigo mismo y para aprender lo que necesito aprender. ConfĆo en que la gente que quiero y necesito vendrĆ” a mi vida. Entiendo que si una relación no me conviene, tengo el derecho y la capacidad para rehusarme a establecerla, aunque la otra persona piense que a ella si le convendrĆa. EstarĆ© abierto a las lecciones
que necesito aprender acerca de mĆ en mis relaciones, para estar preparado para establecer las mejores relaciones posibles con la genteā.