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18.COMPROMISO

    capacidad que tiene el ser humano para tomar conciencia de la importancia que tiene cumplir con el desarrollo de su trabajo dentro del tiempo estipulado para ello”. Al comprometernos, ponemos al máximo nuestras capacidades para sacar adelante la tarea encomendada.
     

    Hay que ser constante y perseverante hasta alcanzar con aquello a lo que te has comprometido
    es tener palabra
    «Comprometerse va más allá de cumplir con una obligación, es poner en ACCION nuestras capacidades para obtener RESULTADOS de aquello que se nos ha confiado.»
    Una persona comprometida es aquella que cumple con sus obligaciones haciendo un poco más de lo esperado al grado de sorprendernos, porque vive, piensa y sueña con sacar adelante a su equipo de trabajo, y a todo aquello en lo que ha empeñado su palabra.
    El hecho de aceptar formalmente un compromiso, hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que con lleva. Casi siempre, la falta de compromiso se debe a descuidos un tanto involuntarios, pero principalmente al MIEDO, LA COMODIDAD Y AL EGOISMO.
    La persona comprometida busca como dar su mayor esfuerzo… en otras palabras: va más allá de lo que supone en principio el deber contraído. Es FELIZ con lo que hace hasta el punto de no ver el compromiso como una carga, sino como el medio ideal para perfeccionar su persona a través del servicio a los demás ( se divierte).
    La forma de medir el nivel de compromiso son los RESULTADOS, así de simple.
    Podemos caer en el error de tener la intención y voluntad de hacer todo lo que se y hacer todo lo que se requiera para lograr un resultado, pero si este no se da. Significa que todo lo que yo sé, no es todo lo que se necesita para producir un resultado esperado. Si de verdad estoy comprometido, entonces la acción que tomare será de pedir apoyo, asesoría o entrenamiento. En otras palabras no existen compromisos a medias o resultados de 50% o 75 %. Los resultados esperados son al 100 %.
    debo contraer un compromiso y practicar, practicar, practicar. Somos lo que repetidamente hacemos, la excelencia no es un acto ( concreto, de un SOLO dia) sino un habito
    -aumentar mi capacidad de compromiso
    Dentro de la amplia gama de rasgos y condiciones que esperan hoy día las empresas que tengan sus empleados, figura el compromiso. La palabra compromiso tiene su raíz etimológica en la palabra latina «compromissum», de «com» (mutuo) y «promissum» (promesa). Es decir significa «promesa mutua», pero entendiendo que es una obligación que surge en forma voluntaria entre dos personas.
    Desde el punto de vista psicológico, el compromiso es la capacidad de asumir como propios los objetivos de un grupo al cual se pertenece, y de luchar por su realización, poniendo todo de nuestra parte. El compromiso no es una cosa intelectual, sino en realidad un vínculo emocional y de respeto que se establece entre dos personas. El compromiso es sentir, pensar y actuar de modo que sea más importante el «nosotros» que el «yo». Por esta razón no le podemos pedir compromiso a un niño, ya que su desarrollo está todavía en una etapa egocéntrica. El compromiso aparece en las etapas tardías de la niñez, en las cuales el niño comienza a entender que su grupo familiar, o su club, o su curso, merecen respeto, consideración, y son más importantes que sus propios caprichos.
    El compromiso es la base de una serie de actitudes humanas muy nobles. El logro de metas, el compañerismo, el altruismo y la solidaridad, son todas cualidades que tienen como base el compromiso. Pensemos en un jugador de fútbol descomprometido. Ese jugador, aún siendo de un gran talento, no aportará nada al equipo. O pensemos en un funcionario público sin ningún compromiso social; jamás será un buen funcionario.
    También el trabajo en equipo necesita del compromiso -fuerte y claro-, de cada miembro del grupo con el equipo. Es por eso que, en la vida laboral, la falta de compromiso inhabilita a ciertas personas para trabajar en equipo. Esto puede ser una condición crítica en las empresas modernas que están utilizando el paradigma del trabajo en equipo. El compromiso es necesario a la hora de jugársela por un compañero accidentado, o incluso enfermo, o por quien tiene algún problema. Y viceversa, el compromiso institucional se da en las acciones que realiza la empresa hacia los trabajadores, como cumplir con el día del pago, con los acuerdos legales, o cuando va más allá de lo estipulado en el contrato, brindando apoyo a través de la asistente social, o apoyo médico, o bien cuando en una desvinculación hace un proceso de reconversión laboral.
    El compromiso se nota de varias maneras: en la realización de esfuerzos extras, en la forma de hablar, en la actitud hacia las tareas poco comunes, y en la disposición general hacia el trabajo, la compañía y los compañeros. Normalmente el compromiso no es algo que se pida en forma explícita en las empresas; nadie le dice al trabajador «queremos que sea comprometido». Pero es algo que se subentiende. En raras ocasiones, en algunas personas la falta de compromiso es hasta cierto punto excusable. Se trata de casos en que la falta de compromiso es por problemas de personalidad. Así, aquellas personas que son muy defensivas, distantes, generalmente muy frías y cerebrales, que han privilegiado su desarrollo mental por sobre el desarrollo emocional, y que son demasiado racionales, normalmente tienen muy poca capacidad de compromiso, no solamente con la gente sino obviamente con sus instituciones.
    El compromiso es la capacidad del individuo para tomar conciencia de la importancia que tiene el cumplir con el desarrollo de su trabajo dentro del plazo que se le ha estipulado. Dicho trabajo debe ser asumido con profesionalidad, responsabilidad y lealtad, poniendo el mayor esfuerzo para lograr un producto con un alto estándar de calidad que satisfaga y supere las expectativas de los clientes
    Supone un esfuerzo permanente hacia la consecución de un objetivo, lo cual implica un alto grado de integración de la disposición física, emocional e intelectual de un sujeto sobre lo que desea conseguir, sea a beneficio propio o común.

    • Una persona comprometida con su organización:
    • Siente como propios los objetivos de la organización
    • Apoya e instrumenta decisiones comprometido por completo con el logro de objetivos comunes
    • Previene y supera obstáculos que interfieran con el logro de los objetivos de la organización
    • Controla la puesta en marcha reacciones acordadas

    Son personas dispuestas a dedicarse a la consecución del objetivo de la organización por encima de suyo propio, recurren a los valores esenciales de grupo para clarificar las alternativas y tomar las decisiones adecuadas, buscan oportunidades para cumplir las decisiones adecuadas.
    El compromiso es una de las competencias en la cual hay que destacar su carácter de estabilidad y perduración en el tiempo.
    En el término compromiso se encuentra involucrado la competencia de responsabilidad.
    Capacidad de orientar el comportamiento en la dirección indicada por las necesidades, prioridades y objetivos de la organización.
    ®Habilidad para transmitir, promover y practicar los valores institucionales.
    ®Lograr que los valores institucionales se refljen en su conducta diaria.
    ®Cultivar los valores corporativos.
    ®Seguir las reglas y métodos establecidos para la convivencia profesional.
    ®Hacer fluir la información y conocimientos de que disponemos.
    ®Colaborar con los demás.
    ®Representar dignamente a nuestra organización ante terceros.
    La falta de compromiso es una de las razones que explican los problemas para mantener una relación prolongada y estable. Según un estudio, quienes en la infancia disfrutaron de una buena relación con su madre y en la adolescencia fueron capaces de resolver con eficacia los conflictos con sus amigos tienen menos dificultades para comprometerse en las relaciones.
    Cada vez más personas optan por estilos de vida muy diferentes al tradicional, como vivir solos o mantener relaciones abiertas (que permiten relaciones sexuales con otras personas), entre varias opciones. Da la impresión de que el compromiso no es, precisamente, uno de los valores que cotizan al alza hoy en día. Se ha analizado mucho el porqué de la falta de implicación, ya sea en la esfera de las relaciones de pareja o en otros ámbitos de la sociedad actual.
    La falta de compromiso es uno de los factores que anuncian el final de una relación
    Los sociólogos explican que hoy se vive en una época de la posmodernidad caracterizada por el individualismo, la falta de verdades absolutas y la incertidumbre, ya sea en el mercado laboral o en las relaciones personales. Esta manera de obrar y vivir con independencia de los demás, destacan numerosos investigadores, dificulta que las parejas puedan durar toda la vida, ya que para muchas personas, sus propios deseos y proyectos serán más importantes que la propia relación sentimental.
    Por otro lado, los psicólogos alertan del aumento del número de personas que sufren el síndrome de Peter Pan. El psicólogo estadounidense Dan Kiley bautizó como «Peter Panes» a los hombres adultos que son incapaces de comprometerse porque aún se comportan como niños.
    La clave: una buena relación con la madre
    Pero, aparte de un contexto social que parece favorecer el individualismo, ¿hay otras causas que puedan explicar la falta de compromiso de algunas personas? Según un estudio publicado en la revista «Psychological Science», los problemas de hombres y mujeres para mantener el compromiso con sus parejas podrían tener origen en la infancia. Para este estudio, los investigadores entrevistaron a 78 personas de 20 o 21 años de edad y analizaron qué nivel de compromiso tenían en su relación actual.
    También entrevistaron a sus respectivas parejas para cotejar las respuestas. Antes, los investigadores habían recabado información sobre dos aspectos importantes del pasado de las personas entrevistadas: cómo había sido la relación con sus madres en la infancia y cómo manejaban las discusiones en los años adolescentes. Las personas que disfrutaron de una relación cariñosa y responsable por parte de su madre y que fueron capaces de resolver con eficacia los conflictos con sus amigos en la adolescencia estaban más comprometidas en sus relaciones sentimentales.
    Mismo nivel de implicación, unión más estable
    Otro de los interesantes resultados que arrojó el estudio fue que un factor fundamental para que una pareja dure es que tenga un nivel de compromiso similar, ya sea este nivel bajo o alto. Para analizarlo, cada pareja tuvo que debatir sobre un tema que fuera importante para ella y sobre el que no había logrado un acuerdo. Los investigadores grabaron la discusión. Las uniones en las que ambos tenían un bajo nivel de compromiso tenían más posibilidades de éxito que otras en las que uno quiere poca implicación en la relación y el otro mucha.
    Los expertos concluyen que la ausencia de compromiso por parte de uno de los miembros puede poner en serio riesgo la relación. Según el psicólogo estadounidense George Levinger, el defecto de compromiso es uno de los cuatro factores que anuncian el final de una relación. Los otros tres son: creer que una nueva vida es la mejor solución para los problemas sentimentales, tener parejas alternativas y la expectativa de que la relación fracase.
     
    Cada día se separan o divorcian en España 350 parejas, según el Instituto de Política Familiar. La falta de compromiso es una de las razones que explican los problemas para mantener una relación prolongada y estable. Según un estudio, quienes en la infancia disfrutaron de una buena relación con su madre y en la adolescencia fueron capaces de resolver con eficacia los conflictos con sus amigos tienen menos dificultades para comprometerse en las relaciones.
    Cada vez más personas optan por estilos de vida muy diferentes al tradicional, como vivir solos o mantener relaciones abiertas (que permiten relaciones sexuales con otras personas), entre varias opciones. Da la impresión de que el compromiso no es, precisamente, uno de los valores que cotizan al alza hoy en día. Se ha analizado mucho el porqué de la falta de implicación, ya sea en la esfera de las relaciones de pareja o en otros ámbitos de la sociedad actual.

    La falta de compromiso es uno de los factores que anuncian el final de una relación

    Los sociólogos explican que hoy se vive en una época de la posmodernidad caracterizada por el individualismo, la falta de verdades absolutas y la incertidumbre, ya sea en el mercado laboral o en las relaciones personales. Esta manera de obrar y vivir con independencia de los demás, destacan numerosos investigadores, dificulta que las parejas puedan durar toda la vida, ya que para muchas personas, sus propios deseos y proyectos serán más importantes que la propia relación sentimental.
    Por otro lado, los psicólogos alertan del aumento del número de personas que sufren el síndrome de Peter Pan. El psicólogo estadounidense Dan Kiley bautizó como «peterpanes» a los hombres adultos que son incapaces de comprometerse porque aún se comportan como niños.

    La clave: una buena relación con la madre

    Pero, aparte de un contexto social que parece favorecer el individualismo, ¿hay otras causas que puedan explicar la falta de compromiso de algunas personas? Según un estudio publicado en la revista «Psychological Science», los problemas de hombres y mujeres para mantener el compromiso con sus parejas podrían tener origen en la infancia. Para este estudio, los investigadores entrevistaron a 78 personas de 20 o 21 años de edad y analizaron qué nivel de compromiso tenían en su relación actual.
    También entrevistaron a sus respectivas parejas para cotejar las respuestas. Antes, los investigadores habían recabado información sobre dos aspectos importantes del pasado de las personas entrevistadas: cómo había sido la relación con sus madres en la infancia y cómo manejaban las discusiones en los años adolescentes. Las personas que disfrutaron de una relación cariñosa y responsable por parte de su madre y que fueron capaces de resolver con eficacia los conflictos con sus amigos en la adolescencia estaban más comprometidas en sus relaciones sentimentales.

    Mismo nivel de implicación, unión más estable

    Otro de los interesantes resultados que arrojó el estudio fue que un factor fundamental para que una pareja dure es que tenga un nivel de compromiso similar, ya sea este nivel bajo o alto. Para analizarlo, cada pareja tuvo que debatir sobre un tema que fuera importante para ella y sobre el que no había logrado un acuerdo. Los investigadores grabaron la discusión. Las uniones en las que ambos tenían un bajo nivel de compromiso tenían más posibilidades de éxito que otras en las que uno quiere poca implicación en la relación y el otro mucha.
    Los expertos concluyen que la ausencia de compromiso por parte de uno de los miembros puede poner en serio riesgo la relación. Según el psicólogo estadounidense George Levinger, el defecto de compromiso es uno de los cuatro factores que anuncian el final de una relación. Los otros tres son: creer que una nueva vida es la mejor solución para los problemas sentimentales, tener parejas alternativas y la expectativa de que la relación fracase.

    EL APEGO ENTRE MADRE E HIJO

    Una mala relación entre madre e hijo durante la primera infancia provoca, con mucha probabilidad, que el futuro adulto tenga serios problemas en sus relaciones personales. Una interesante demostración de la importancia del apego fue el experimento que realizó el psicólogo Harry Harlow. Separó a un grupo de crías de monos Rhesus de sus madres. Debido a la ausencia de estas, las crías se abrazaban a unas almohadillas que había en el suelo de las jaulas.
    Harlow tuvo entonces la intuición de que la relación madre-hijo tiene una función primordial para la supervivencia psicológica de las crías. Así que formó cuatro grupos de crías. Los monos de un grupo estarían en contacto con una madre de madera vestida con ropas suaves y que proveía de leche. Otros estarían con una madre parecida, pero sin aporte de leche. Un tercer grupo estaría con una madre realizada con alambre y que daba leche. Y, por último, otras crías estarían con una similar, que además no proporcionaba leche. El resultado fue que los monos preferían el contacto con la madre de ropas suaves que no daba leche. Optaban por pasar hambre antes que renunciar al contacto.
    Como señaló Harlow, «cuando la madre cubierta de ropas suaves estaba presente, los bebés corrían rápidamente hacia ella, se cogían a su cuerpo, se frotaban contra las ropas, se apretaban contra ella… Pero cuando estas madres estaban ausentes, los bebés corrían de un lado a otro, se agarraban a sus caderas y cuerpos, y gritaban de aflicción». Ya adultos, fueron incapaces de realizar con éxito el acto sexual. Según el especialista, tenían problemas en sus relaciones personales por culpa de una mala relación materno-filial en la infancia.
    -desarrollar la autoconfianza y la responsabilidad, aumentar mis capacidades

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