Saltar al contenido

EL ABETO INCONFORME

    Había un abeto, joven y elegante, que vivía infeliz en el bosque. Los niños pensaban que era muy bello y les encantaba jugar con él, pero el abeto sólo pensaba en crecer rápido; quería ser un árbol grande para que lo convirtieran en el mástil de un barco y así recorrer el mundo y visitar muchos países. Después, si se cansaba, le gustaría ser un gigantesco árbol de navidad que lleno de colorido y luces, colocarían en una plaza grandiosa para que todo el mundo lo admirara. Siempre insatisfecho, era incapaz de escuchar las canciones de los pájaros y no lograba disfrutar con las caricias de la brisa, del sol y de la lluvia. Sólo deseaba que lo cortaran y se lo llevaran, para así huir de esa monotonía., ¡Cómo sufría el infeliz cuando veía que se llevaban a otros árboles del bosque, sin duda menos hermosos y esbeltos que él! . Por fin, un día, llegó un hombre con un hacha,se fijó en él, asintió con la cabeza, lo cortó y se lo llevó a su casa. Era navidad y allí lo adornaron con luces y bambalinas, y él se moría de las ganas de que anocheciera para relucir, y luego que fuera de día para que los niños vinieran a recoger sus regalos… Cuando estaba ya fastidiadísimo de esa monotonía de días iguales donde ya nadie alababa su belleza, sintió que un día lo desnudaban de todos los adornos y su corazón empezó a latir de la emoción porque pensaba que lo iban a llevar a conocer otros lugares.Para su tristeza y decepción, lo retiraron de la casa y lo llevaron a un desván. Le costó mucho aceptar que lo habían abandonado y lloraba desconsoladamente de rabia y de impotencia. Unos ratones intentaron consolarlo, le propusieron ser sus amigos y le invitaron a jugar y a divertirse, pero el abeto infeliz pensaba que él había nacido para algo mucho más importante que jugar con unos pobres ratones y vivía en solitario su desencanto. Cuando por fin, alguien entró a buscarlo, pensó que lo iban a plantar de nuevo o que lo llevarían a recorrer el mundo, pero lo picaron en pedazos e hicieron con él leña. “Se acabó, se acabó –pudo quejarse antes de morir- ¡Si me hubiera alegrado cuando aún podía!”(Versión libre de un cuento de Christian Andersen)
    Con frecuencia, nos pasa como al abeto del cuento. Ansiosos de vivir elfuturo, agotados en planes y más planes, somos incapaces de vivir el presenteque es lo único que tenemos. El afán de la eficiencia, de amontonar dinero, desobresalir y llamar la atención, nos impide disfrutar la vida. Vivimos siempre enfunción del mañana, del futuro, posponiendo la intensidad del momento.Queremos que los niños crezcan pronto y, cuando son jóvenes, les obligamos aactuar como mayores. Nos la pasamos haciendo planes y posponiendo el gozopleno del momento presente: cuando me gradúe, cuando tenga casa, cuandovengan los niños, cuando crezcan, cuando se gradúen, cuando se casen… Endefinitiva, la vida se nos escapa sin empezar a vivirla.Vive y disfruta el presente. Esto no es irresponsabilidad. Todo lo contrario:nada recogerás en el futuro que no hayas sembrado en el presente. Si te
    21propones vivir a plenitud cada presente, irá siendo pleno tu futuro. Quien no escapaz de vivir el presente, no puede vivir el futuro. Busca la plenitud en todo lo quehaces. No seas un eterno campeón de la fuga. Vive intensamente cada día,proponiéndote que nada ni nadie te va a preocupar, ni va a empañar tu alegría. Site surge algún problema o la angustia te lanza sus dentelladas, dile que, durante eldía de hoy, no va a lograr su cometido, no le vas a hacer caso. Y así cada día,pero sólo el día. Cuando le preguntaron a Santa Teresita de Jesús cómo podíavivir tan alegre en medio de tantos problemas y sufrimientos, la santa respondiócon sencillez: “
    Es que yo sólo vivo un día cada día. Y no hace falta ningúnheroísmo para vivir con alegría y en paz las pocas horas que tiene el día”.
    Semejante fue la respuesta de San Felipe Neri cuando le preguntaron cómo hacíapara estar siempre contento y de buen humor en medio de tantos peligros ysufrimientos: “
    Es que yo cargo sobre los hombros sólo el peso del momentopresente”
    .Los antiguos romanos eran sumamente prácticos y tenían dos lemas querepetían contínuamente:
    Carpe diem
    , que significa, aprovecha o vive el díapresente y
    age quod agis
    , es decir, haz bien lo que tienes que hacer, sindistraerte en otras cosas…Trata desde que te levantas, de vivir el día en total gozo y plenitud, deser un regalo para todos los que vas a encontrar en tu camino. Bríndales tu mejorsonrisa, una palabra de aliento, un saludo cariñoso. Vive la vida derramándotesobre los demás. Vive el presente en toda tu intensidad, pues es lo único quetienes. Recuerda el poema de Borges:
    Instantes
    Si pudiera vivir nuevamente mi vida,en la próxima trataría de cometer más errores.No intentaría ser tan perfecto,me relajaría más.Sería más tonto de lo que he sido;de hecho, tomaría muy pocas cosas con seriedad.Sería menos higiénico.Correría más riesgos,haría más viajes,contemplaría más atardeceres,subiría más montañas,nadaría más ríos.Iría a más lugares a donde nunca he ido,comería más helados y menos habas,tendría más problemas reales y menos imaginarios.Yo fui una de esas personasque vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida;
    22claro que tuve momentos de alegría;pero, si pudiera volver atrás,trataría de tener sólo buenos momentos.Por si no lo saben,de eso está hecha la vida,sólo de momentos,no te pierdas el ahora.Yo era uno de esosque nunca iban a ninguna partesin un termómetro,una bolsa de agua caliente,un paraguas y un paracaidas.Si pudiera volver a vivir,comenzaría a andar descalzo a principio de la primaveray seguiría así hasta concluir el otoño.Daría más vueltas en calesita,contemplaría más amaneceresy jugaría con más niños.Si tuviera otra vez la vida por delante.Pero, ya ven, tengo 85 añosy sé que estoy muriendo
    error: Content is protected !!