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ES QUE ESTE NIÑO ES MUY MALO.

    La solucion facil que dan los padres que no saben manejar la situacion. Porque los niños malos no existen
    Has pegado a tu hermano vete a la habitación y no salgas hasta que yo te lo diga. Eres un niño malo siéntate en esa silla y no se te ocurra levantarte hasta que hayas reflexionado sobre lo que has hecho. Ya te dije que no lo lograrías, has suspendido de nuevo, te quedarás sin salir un mes. ¿Alguna de estas frases os resulta familiar? Son castigos, un modo de educar.
    Me estreno en este espacio con un tema feo, si cabe, sin ningún atractivo pero afrontarlo es necesario. Lo reconozco, no hubiera hecho falta que me espolearan mucho para escribir sobre él, a cada poco brota de mi interior con la incontinencia del deseo más urgente. Abandonar definitivamente el castigo como estrategia educativa es, a mi entender, un reto inaplazable.
    El castigo es uno de los grandes dramas de esta sociedad, la violencia encubierta que ejercemos los adultos contra los niños, base y catapulta de la transmisión de una generación a otra de la agresividad, la intolerancia y la incomprensión. Es una afirmación rotunda, tal vez más de uno la considere excesiva, no importa. Hay que persistir en la denuncia, hasta que desterremos las malas prácticas de la vida de los niños.
    Tiene amparo y reconocimiento de buena praxis. Desde el entorno hogar hasta el escolar, ningún grupo adulto escapa a la lacra que impide que la infancia sea reconocida y tratada con dignidad y respeto, sí, dignidad y respeto, el mismo con el queremos ser tratados cada uno de nosotros. No me resisto a señalar la gran cantidad de centros escolares que aún cuentan con la expulsión como solución al mal comportamiento infantil en los reglamentos de régimen interno ¿Acaso no serían esas situaciones oportunidades sin par para ayudar al niño en lugar de hacerle pagar por lo hecho?
    Lo que decimos, lo que escuchamos, lo que leemos, el engranaje entero del entramado social habla de un niño querido, mimado por una sociedad que presume de atender su bienestar. Se podría llegar a la conclusión errónea de que los niños gozan de la satisfacción de todos los requerimientos para llegar a ser un adulto íntegro, autónomo, feliz y capaz. Se hacen leyes, se aplican normas, planes estratégicos, servicios variopintos… pudiera parecer que la actitud social es incuestionable por sus buenas prácticas.
    Levantemos alfombras, no aparecerán verdades tan solo apreciaciones de una maestra de escuela pretendiendo una revisión somera a una de las prácticas educativas menos eficaces y sin embargo más extendidas.
    Sentir no es opcional. Ese es el primer paso del reto si quieres dejar de ser un educador punitivo. Acepta los sentimientos de los niños, aceptar no es estar de acuerdo, tan solo es el reconocimiento de un derecho. El castigo anula la posibilidad de acceder a las razones que motivaron el mal comportamiento, un niño acusado previamente  no nos abrirá la puerta a sus emociones. “Da igual que hayas sentido celos y no hayas sabido meterlos en cintura, tan solo contemplo la bofetada que le has dado a tu hermana y para solucionarlo te etiqueto, ignoro tus posibilidades para reparar lo hecho y tomo por ti las decisiones, no tienes opción porque has cometido un error y eso es imperdonable, debes pagar por ello”.
    Si un niño no percibe que sus sentimientos son comprendidos ¿pensáis que querrá cooperar en la modificación de conducta? O tal vez ¿debe ocultarlos, debe negarlos? ¿Y qué puede pensar acerca de sí mismo si su mente se anega de celos, envidia, rabia, incapacidad, venganza y no se le permite sacar la ira? Insisto, comprender no es consentir, es permitir la expresión, es escuchar con humanidad. No hay otra vía, los niños dan según lo que reciben, no aprenderán a manejar el enfado, tan solo a reprimirlo y/o engordarlo.
    Lo que se siente se puede procesar y controlar, para ello hay que aprender a reconocer, a expresar y a regular emociones mediante el pensamiento (la corteza prefontal que es la encargada de estas funciones tarda 25 años en madurar). Un niño de dos años ni siquiera saber poner nombre a lo que le emociona, un niño de seis años sí pero aún no puede decidir con la lógica, la flexibilidad o la adecuación adultas. Uno y otro dependerán de las experiencias vitales que ejerciten los músculos de la calma, de la exploración de la relevancia de lo que les acontece, de probar su iniciativa y la eficacia y los efectos de sus decisiones.
    La necesidad vital por explorar y conocer es en demasiadas ocasiones interpretada como comportamiento inadecuado, se controla y reprime con procedimientos punitivos y coercitivos. Nada más alejado del aliento y apoyo que precisa un niño para poder desarrollar sus potencialidades ¿Dónde tiene el niño el modelo que necesita para construir un yo comprensivo, solidario y tolerante? ¿Ese padre/ madre que no escucha  que no ve, que no comprende, que no empatiza con la necesidad infantil?
    Los gritos, los castigos, la indiferencia hacia un niño nos alejan inexorablemente de ese mundo pretendido en eslóganes de armonía, paz y solidaridad. La exhortación a la violencia “no seas bobo, si te pega defiéndete”, la humillación por insultos o menosprecio “es que eres un subnormal”, el ninguneo porque no responde a expectativas, la desidia en cuidados que precisan paciencia y esfuerzo, la dejación de atenciones que devienen en desorientación e inseguridades… socavan el autoconcepto y la autoestima, se zahiere la posibilidad de que el niño se acepte y quiera a sí mismo, ponen en riesgo su futuro de adulto equilibrado.
    El temor y la culpa son malas herramientas como asiento de comportamiento y desde la superioridad adulta se usan cuando se agotan paciencia o estrategias adecuadas. La confianza y el respeto no solo debe conocerlos el niño cuando responde como queremos, es indispensable que sepa que la resolución de conflictos se basa en la reflexión, el afecto y la calma, que cuando yerra no es etiquetado de torpe o malo porque el error es una estupenda oportunidad de aprendizaje.
    ¿Qué modelo somos? Tal vez solo de impotencia. Es humano perder los nervios pero no debemos hacerlo sobre los niños.
    Si los interrogantes tienen un ápice de verosimilitud, no veo cómo diantre nos obstinamos en mantener que la infancia está bien cuidada, incluso no entiendo cómo nos sentimos ajenos a una infancia insegura, solitaria, resentida, unaadolescencia descreída, desmotivada, con problemas de adicciones y agresividad. Tal vez pudieran ser las correlaciones presumibles y sin embargo parecen asombrarnos, es como si por arte de birlibirloque los muchachos de estas generaciones se hubieran sacado su manera de ser de la manga cuando el comportamiento no se improvisa es una cadena de eslabones y los adultos tenemos parte importante a la hora de ensartarlos.
    Todo lo que no hacemos en su momento se nos echa encima en forma de losa después, en formato de detección y actuaciones, para intentar remedar la falta de decisiones sabias y oportunas.
    ¿Lo pinto negro? Se potencia el silencio, se prima la sumisión, se castiga al que difiere ¿dónde está la violencia? ¿En los niños? Prefiero equivocarme hasta la médula y que realmente los hogares y aulas sean ese lugar donde se adquiere habilidad, se desarrolla capacidad y se alimenta para siempre las ganas de aprender, ese sitio que pone de relieve y aporta valía a los niños. Núcleos en los que haya muchas personas que como Bruner piensen que cuando un aprendizaje falla no es culpa del niño.
    ¿Algo se salva en este artículo abrumador?  Afortunadamente las leyes del aprendizaje no son fórmulas matemáticas y a pesar de las mil variables que pueden predecir el fracaso se evidencia que entre comportamiento y aprendizaje, a los adultos se nos escapan las estrategias infantiles para filtrar, negar, huir o inventar fórmulas que les permiten ser.
    Si os he encogido el alma pensad en las palabras de Gabriel García Márquez:
    “La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado”.
    HIJOS TIRANOS O DEBILES DEPENDIENTES
    http://books.google.es/books?id=Rz1A877xgL8C&printsec=frontcover&dq=hijos+tiranos+o+debiles+dependientes&hl=en&sa=X&ei=lU8jVIyDDurY7AavtoDoDQ&ved=0CCIQ6AEwAA#v=onepage&q=hijos%20tiranos%20o%20debiles%20dependientes&f=false

    Hijos tiranos, son resultado de una dinamica familiar, ellos cuelgan la etiqueta de malos. Son consecuencia de la falta de autoridad de los padres, que por comodidad o no se porque ceden a sus hijos que no saben como manejar y sufren, vaya que si sufren los hijos sobreprotegidos. Las estructuras jerarquicas son necesarias para que existan equilibrio, armonia y la vida misma. El que los hijos posean ese poder crea en ellos ansiedad y angustia. ¿Porque cuesta tanto establecer una disciplina familiar?
    a mi me consintio porque me vio debil, vio que mi padre me rechazaba. Ellos en su fuero interno no reconocen que lo hizieron mal, que no supieron educarme con una autoestima sana, prefieren pensar que todo sucedio por arte de magia debido a mi mal caracter, asi ellos se liberan de la culpa, cargandola yo toda entera, y toda entera pesa mucho, yo intento liberarme compartiendola con ellos pero ellos me dicen que nanai, que no la quieren, que es toda para mi y yo me llevo unos berrinches esteriles que siempre vuelven a empezar y siempre consigo los mismos resultados, Inteligencia estupida se llama
    yo me pongo nervioso cuando tu me gritas, en lugar de decir, me pones nervioso con tus gritos. Ellos creyeron que lo hacian lo mejor que podian, pero ese pensamiento conlleva peligro, el peligro de la autocomplacencia que tanto impide la evolucion, el aprendizaje. BUeno jose, tu lo haces lo mejor que puedes, no te molestes mas, la CULPA es de ella, que es que es mala y tu muy buena, demasiado buena para lo mala que es ella. Ser padre es una tarea de 24 horas que dura muchos años. Tambien es un hecho que los padres pueden sentir rechazo hacia un hijo, que un hijo nos desagrade mas que otro, que nos sea mas dificil aceptarlo y quererlo. Estos sentimientos de agobio y rechazo causan en los padres culpa.El solo hecho de reconocerlo aunque sea en secreto para nosotros mismos, nos hace sentir realmente malos y avergonzados. A mi me jodia realmente muchisimo cuando me decian que nos querian a mi hermana y a mi igual, porque yo no sentia que fuera asi, yo sentia que de ella estaban orgullosos pero de mi se avergonzaban. Recuerdo que mi padre me decia mira una mano vale lo mismo que la otra y yo pensaba, noooooo, la mano derecha la utilizas mas que la mano izquierda, no valen lo mismo.
    CUANDO UN NIÑO ES RECHAZADO POR SUS PADRES, SIIII, POR SUS PADRES, PUES NO CUMPLE LAS EXPECTATIVAS QUE ELLOS TENIAN PUESTAS EN EL. RECHADO REPRIMIDO Y NEGADO POR LOS PADRES, SENCILLAMENTE NO LES GUSTA PORQUE SE SALE DE MANERA RADICAL DE LOS PARAMETROS QUE LOS PADRES CONSIDERAN COMO ALGO ADECUADO O BONITO. SIENTEN CULPA, PARA ELLO, PARA DISMINUIR SU SENTIMIENTO DE CULPA LOS SOBREPROTEGEN, PERMITIENDOLE SER Y HACER TODO LO QUE QUIERA Y HASTA MALTRATARLOS.

    La creencia de ser malos padres.estamos convencidos de que podriamos hacerlo mejor. Estoy convencida de que ningun padre o madre hace algo intencionalmente
    http://books.google.es/books?id=gg1DjHqNYgMC&printsec=frontcover&dq=EN+HONOR+A+LA+VERDAD&hl=en&sa=X&ei=uE8jVIj_DYm07Qbdv4DgBg&ved=0CCIQ6AEwAA#v=onepage&q=EN%20HONOR%20A%20LA%20VERDAD&f=false

    http://books.google.es/books?id=aCJ768XrTiYC&printsec=frontcover&dq=MARTA+ALICIA+CHAVEZ&hl=en&sa=X&ei=2E8jVIfuHI3Y7AaqxIHIDg&ved=0CE0Q6AEwBQ#v=onepage&q=MARTA%20ALICIA%20CHAVEZ&f=false

    http://books.google.es/books?id=hDzaBfCsCq4C&printsec=frontcover&dq=MARTA+ALICIA+CHAVEZ&hl=en&sa=X&ei=2E8jVIfuHI3Y7AaqxIHIDg&ved=0CFUQ6AEwBg#v=onepage&q=MARTA%20ALICIA%20CHAVEZ&f=false

    http://books.google.es/books?id=6_iUAwAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=MARTA+ALICIA+CHAVEZ&hl=en&sa=X&ei=2E8jVIfuHI3Y7AaqxIHIDg&ved=0CGoQ6AEwCQ#v=onepage&q=MARTA%20ALICIA%20CHAVEZ&f=false

    http://books.google.es/books?id=eV-X2Y1Pgb4C&printsec=frontcover&dq=MARTA+ALICIA+CHAVEZ&hl=en&sa=X&ei=2E8jVIfuHI3Y7AaqxIHIDg&ved=0CCUQ6AEwAA#v=onepage&q=MARTA%20ALICIA%20CHAVEZ&f=false

    NIÑOS RECHAZADOS POR SUS PADRES.TIRANOS INDEFENSOS, NADIE LES ESTA AYUDANDO A MANEJARSE BIEN EN LA VIDA ADULTA
    Rechazo parental: abandono, traición,
    descuido y desinterés

    El miedo al rechazo es un tema conocido en las familias con vergüenza. A los niños se les deja solos repetidas veces, víctimas del desinterés o descuido parental, incluso cuando los padres están en casa pueden ignorarlos u olvidarse de ellos. Algunas veces los padres están tan absorbidos en sus propias vidas, que no disponen de tiempo o de amor para dar. En ocasiones el descuido puede llegar a extremos cuando los padres están abstraídos por su alcoholismo, enfermedad mental o algunas situaciones similares sumamente tensas. El des cuido es deliberado. Por ejemplo, hemos tratado a varios adultos que cuando niños tuvieron padres que no les dirigían la palabra durante semanas y hasta meses.
    El niño puede experimentar el ser traicionado cuando repetidamente los padres rompen sus promesas. En caso de divorcio, cuando un miembro de la pareja no obtuvo la patria potestad pero tiene visitas programadas que no cumple, traiciona a los hijos. Lo mismo hace el padre o madre que con frecuencia promete pasar un tiempo con ellos pero finalmente nunca lo hace.
    El niño rechazado, por lo general cree que hay algo malo en él, razón por la cual sus padres lo rechazan. Cada uno de los rechazos mencionados puede provocar sentimientos y pensamientos ligeramente diferentes.
    . El niño descuidado con frecuencia decide que no es «nada», que tiene tan poco valor que ni siquiera les importa a sus padres.
    . El niño abandonado se sentirá muy solo porque no le pertenece a nadie.
    . El niño cuyos padres se han desinteresado de él, empezará a sentirse reducido y debilitado.
    . El niño traicionado se volverá desconfiado, sin poder creer que eventualmente alguien no lo rechazará.
    El tema en común es la vergüenza; el sentimiento de imperfección interna que provoca irremediablemente el rechazo.
    Es imposible que los padres les pongan atención a sus hijos en todo momento. La vergüenza provocada por los tipos de padres de los que hemos hablado, no ocurrirá sólo porque los padres ocasionalmente ignoren a sus hijos. Los rechazos que provocan la vergüenza excesiva son importantes, traumáticos o muy repetidos.
     

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