Reflexiones Diarias. Escritas por los A.A. para los A.A.
7 MAYO
«RESPETO PARA OTROS»
Estas partes de nuestra historia se las contamos a alguien que comprenda pero que no resulte afectado. La regla es que debemos ser duros con nosotros mismos pero siempre considerados con los demás.
— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 74
La lección que yo he sacado de la cita anterior es el respeto para otros. Si deseo encontrar esa paz mental que he buscado por tanto tiempo, debo hacer todo esfuerzo por liberarme. Sin embargo, nada de esto debe hacerse a expensas de otros. El egoísmo no tiene lugar en la forma de vivir de A.A.
Cuando dé mi Quinto Paso, es más prudente escoger una persona con quien tenga objetivos en común, porque si esa persona no me entiende, mi progreso espiritual puede ser retrasado y yo puedo estar en peligro de una recaída. Así es que pido orientación divina antes de escoger el hombre o la mujer en quien depositar mi confianza.
Del libro Reflexiones diarias
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Debemos ser duros con nosotros mismos pero siempre considerados con los demás.
“Estas partes de nuestra historia se las contamos a alguien que comprenda pero que no resulte afectado. La regla es que debemos ser duros con nosotros mismos pero siempre considerados con los demás”. En el Capítulo VI del Libro Grande, “En Acción”, encuentro esta sugerencia imprescindible para poder dar y vivir adecuadamente el Quinto Paso, tomando en cuenta que en la fecha en que se escribió el Libro Azul no se hacía referencia al Padrino porque no se acostumbraba todavía en la Comunidad esta figura y servicio, como tal, por eso menciona a religiosos, familiares, médicos o psicólogos.
En mi caso personal se hizo evidente que así como al escoger a mi Padrino me fijé en su manera de vivir el Programa, en sus resultados dentro de la Comunidad como fuera de ella, así como una identificación e manera de ser, de intereses comunes, de circunstancias similares y otras que, como sugerencia de los compañeros y de la literatura, puse en práctica para que me fuera benéfico, pues de la misma manera hice oración para pedir guía respecto de si con mi Padrino o con quien debía poner en acción el Quinto Paso, para ello repasé los siguientes párrafos del Libro Grande:
Justa y naturalmente, lo pensamos bien, antes de escoger a la persona o personas con quienes dar este paso íntimo y confidencial. Aquellos de nosotros que pertenezcamos a una religión en la que se requiere confesión, debemos y querremos acudir a la autoridad debidamente designada para recibirla. Aunque no tengamos ninguna conexión religiosa, podemos, a pesar de ello, hacer bien en hablar con alguien que esté ordenado por una religión establecida. Con frecuencia encontramos que una persona así se da cuenta rápidamente de nuestro problema y lo comprende. A veces por supuesto tropezamos con personas que no comprenden a los alcohólicos.
Si no podemos o preferimos no hacer esto, buscamos entre nuestros conocidos a algún amigo reservado y comprensivo. Puede ser que nuestro médico o psicólogo sea la persona indicada. Puede ser alguien de nuestra propia familia, pero no podemos revelar a nuestras esposas ni a nuestros padres nada que pueda lastimarlos y hacerlos desgraciados. No tenemos ningún derecho a salvar nuestro propio pellejo a costa de otro. Estas partes de nuestra historia se las contamos a alguien que comprenda pero que no resulte afectado. La regla es que debemos ser duros con nosotros mismos pero siempre considerados con los demás.
Al pedir la guía de Dios pude encontrar que mi Padrino , en mi caso personal, es la persona idónea para compartir conmigo el Quinto Paso, y además tuve la claridad de entender que no se trata de un ejercicio en el que me la pasé describiendo todo lo malo que me han hecho y que por ello se han generado resentimientos en mí; no se trata de establecer todo lo que he sido amedrentado y toda la inseguridad que me ha acobardado para generar mis temores;
Tampoco se trata de describir mis rechazos eróticos y afectivos que me llevaron a exigir más satisfacciones sexuales y atenciones; ni siquiera de todo el repudio social que logró que me aislara y causara tanta frustración; sino más bien se trata de entrar al fondo de ello para descubrir cuáles han sido mis defectos de carácter y las acciones derivadas de los mismos que provocan que yo genere a mi alrededor las circunstancias que acaban causando resentimientos, temores, inadecuadas conductas sexuales, incompatibilidad con la sociedad, el daño a mi familia y la autodestrucción física, mental, emocional y espiritual de mi persona.
Hacer de esta forma mi inventario moral minucioso y tener la completa sinceridad y honestidad para compartirlo ante Dios y ante otro ser humano, me permite se duro conmigo mismo (en realidad despiadado con mi enfermedad de la adicción) y me ayuda a ser considerado no sólo con aquellos a quienes consideraba que eran los causantes de todos mis males sino con quienes no deben enterarse ni saber la naturaleza exacta de mis defectos porque puede dañarlos más, en el mismo sentido que debo tomar esto en cuenta al momento de hacer reparaciones como me indica el Noveno Paso.
Las referencias que me da el Libro Grande son muy claras y me sirven para elegir a la persona indicada con la que comparto mi inventario, además me vuelve a poner en el camino de ejercer un acto de humildad porque me hace reconocer que no soy superior a nadie sino que me iguala a cualquiera que tiene la misma enfermedad de la adicción, así mismo me ayuda a ejercitar el respeto por los demás siendo considerado con ellos para no cargar a nadie, indebidamente, de todos mis malos actos, mis emociones negativas, mis pensamientos nefastos, sobre todo me permite acudir a mi Poder Superior para que se haga Su Voluntad y pueda cumplir correctamente con esta confesión y reconciliación, buscando seguir con mi despertar y progreso espiritual, a través de ahondar en mi autoconocimiento y con ello un cambio profundo de personalidad (juicios y actitudes) y la adquisición de una nueva conciencia.
Felices 24 horas con respeto para otros.